Tiene su picota, brillo y limpieza, atizamos para liberar aromas y buscamos la persistencia. Lo tenemos todo apuntado. El ribete chocolateado y la intensidad compleja me sale siempre en este provinciano zonal del Priorato cálido que además según qué dia del año aporta licorizados, torrefactos y gusto por el dátil y tabacos.
El vino se sirve a una temperatura de 12 grados. Yo prefiero la copa ancha, la capullona, para meter todo el morro, nada sísmica y con el tallo para hacer virguerías. Es que hay ese punto de azucar que se puede pegar en el indice y colgar su melaza para descubrir lo alargado que puede ser un sorbo de auslese, con el tambor de su núcleo dando nota de melocotón, el dignísimo toque salino .
Teniamos otro título para esta entrada del bloc: “Enosicóticos desde las medianias, fletes, consignment y radicalmente vino” porque la verdad es que nos motiva más beber, dejar pasar unos dias y comentar sin haber tomado notas oficiales de las impresiones de los vinos, asi, extremadamente desordenados....