Blog de Eugenio Saenz

Michel Gaunoux, productor de culto en Pommard

Hace un tiempo que les hablábamos de Pommard como uno de los pueblos más importantes de la Borgoña tinta, quizá el más prestigioso de la Côte de Beaune junto con Volnay. Les comentábamos que sus vinos tienen fama de ser los más tánicos, poderosos y austeros en la zona, además de poseer una gran capacidad de envejecer. En aquella cata repasamos algunos de los viñedos más famosos de este pueblo como Grands Epenots, Arvelets o Rugiens y algunos destacados productores como De Montille, Domaine de Courcel o Domaine Comte Armand. Pero como afortunadamente nos quedan todavía muchos vinos por probar y productores por descubrir y lo más importante, que disfrutamos mucho practicando en ello, hace pocos días conocimos los vinos de un productor de culto en la zona, en especial entre los más acérrimos círculos de aficionados a la Borgoña más auténtica, siendo ese productor el Domaine Michel Gaunoux.

En un nuevo “lunes borgoñón” en La Fisna, Delia e Iñaki nos prepararon una cata de 6 vinos del productor, y  lo cierto es que el ambiente era de las grandes ocasiones, apuntaba a gran cata, y pese a que inicialmente los vinos nos dejaron algo fríos, lo cierto es que con el paso de los días hemos vuelto la vista atrás y no cabe duda que estamos hablando de unos vinos complicados, llenos de personalidad y portadores de una clase, expresión de terruño y capacidad de envejecer que los sitúan entre los grandes de Borgoña. No hablamos de un productor precisamente novel pues data de 1885, fundado por Alexandre, abuelo de Michel Gaunoux. Michel está al frente del Domaine desde 1957 hasta su fallecimiento en 1984, estando comandando en la actualidad por su mujer y sus hijos Alexandre y Anne, por tanto hablamos de un pequeño y tradicional productor familiar, de esos que transmite romanticismo y amor por un trabajo artesanal y bien hecho, de los que afortunadamente todavía quedan unos cuantos ejemplos en Borgoña.

El estilo del productor es, como hemos dicho, más bien tradicional aunque suelen despalillar toda la uva intentando vendimiar lo más tarde posible siempre dependiendo de las características de la añada. Las vinificaciones tienen lugar en viejos fudres con fermentaciones en altas temperaturas y utilizando igualmente depósitos de acero en ocasiones determinadas, aunque solamente para una pequeña parte de los vinos, con encubados de unas dos o tres semanas y crianzas de aproximadamente 15 meses utilizando tan solo un 20% de roble nuevo como promedio, no clarificando los vinos previo embotellado. Tal y como hacemos habitualmente vamos a ir comentando los seis vinos de la cata, vinos de sobria y elegante presentación, con unas etiquetas clásicas y realmente bonitas, alguien comentaba que “viendo las etiquetas, ya te imaginas que ahí dentro hay un gran vino”. Y es totalmente cierto.

Michel Gaunoux Bourgogne rouge 2009

Hay una máxima que no suele fallar en Borgoña y no es otra que medir la calidad de un productor basándose en el nivel de sus vinos regionales y “villages”, al fin y al cabo elaborar un gran vino a partir de un gran viñedo (premier cru o grand cru) resulta siempre algo más sencillo y factible que elaborarlo a partir de viñedos regionales y por tanto algo que denota la calidad del trabajo en viña y bodega de un productor. Y desde luego que este “Bourgogne” pasa con nota el examen, se trata de un vino serio, complejo, que denota clase y estilo, francamente fresco pese a la añada y portador de una estructura tánica que sin duda le  hará mejorar en botella unos cuantos años, un vino con equilibrio entre la fruta y jovialidad que uno espera de un regional pero con la pegada y el fondo mineral que hace pensar en viñedos de más categoría, así que sin duda hablamos de uno de los mejores “básicos” de la Côte de Beaune. Muy buen vino para comenzar.

Michel Gaunoux Pommard 1er Cru 1999

Este vino se elabora a partir de la mezcla de las uvas de dos premier cru, en concreto 0,26 has de “Les Charmots” y 0,25 de “Les Combes Dessus”, que fueron adquiridas por el productor en los años 80. ­­Quizá fue el vino que más fríos nos dejó de la cata, aunque bien es cierto que su nariz es de libro, compleja, madura, con esos matices térreos y fúngicos que distinguen los vinos de este productor a tenor de lo que catamos, pero en este caso algo más apagado en boca, no en absoluto caído pero si algo falto de la pegada esperada en un vino de una añada tan buena como fue 1999 y con un tanino final no tan bien integrado como el de sus hermanos mayores que luego cataríamos. Buen vino pero al final se quedó algo pequeño.

Michel Gaunoux Pommard 1er Cru “Arvelets” 1999

Parcela de 0,26 has en un viñedo situado en la parte norte de la comuna y un vino que los expertos señalan como el más destacado que se elabora en dicho “climat”. Aquí ya percibimos de forma clara la enorme seriedad de los vinos de este productor, nos encontramos con una gran complejidad en nariz, con esos matices terrosos y minerales y con una tremenda estructura en boca, se trata de un vino dotado de una gran acidez y con un paso firme y poderoso, dejando una larga y noble huella tánica en el final, austero, joven, con mucho recorrido todavía pero que ya nos da muestras de su innegable nivel.

Michel Gaunoux Pommard 1er Cru “Grands Epenots” 2001

Hablar de Grands Epenots es hablar de uno de los más importantes viñedos del pueblo de Pommard y la mayor propiedad del productor con 1,76 has. Con suelos de componente más pedregoso, sus vinos tienen fama de ser algo más elegantes en su fase inicial siempre dentro de los parámetros de los vinos de este pueblo. El salto de calidad se va haciendo patente y es un vino que en varias fases, sobre todo en boca, nos recuerda a un potente Barolo de Serralunga por su acidez, su marcada mineralidad y su tanino firme y recio pero lleno de nobleza, eso sí, en nariz no engaña y no oculta su casta y origen, aunque siempre en esos registros más complejos, más secundarios y menos frutales que muestran los vinos de este soberbio productor. Un vino para recrearse y disfrutar con mucha tranquilidad.

Michel Gaunoux Pommard 1er Cru “Rugiens” 2001

Rugiens es probablemente el viñedo más destacable de Pommard y el auténtico Grand Cru de facto de la zona, de hecho hace poco tiempo la Unión de Viticultores de Pommard solicitó su ascenso (junto con Epenots) a la máxima categoría al INAO. Son 12 has divididas en dos principales zonas, Rugiens-Hauts y Rugiens-Bas, siendo mejor la parte baja, pues los suelos poseen mejor drenaje y componente calizo con capas profundas arcillosas, ideales para otorgar estructura y capacidad de envejecer a un vino. La parcela de Gaunoux se encuentra en esta parte baja y tiene 0,69 has, fue adquirida en 1940.

El vino es sin duda el mejor de la cata, grande, serio, poderoso, eterno, un vino que mejora continuamente en copa mostrando la clase que atesora este viñedo, síntesis de las mejores características de fuerza, estructura tánica, concentración y capacidad de envejecimiento que se espera de los grandes vinos de Pommard, siendo un 2001 mostraba mucha juventud, hablamos de un vino con proyección de guarda de décadas. Es el tercer vino que probamos de este viñedo, tras los del Domaine De Montille y Domaine de Courcel y lo cierto es que en efecto algo tiene, los vinos que salen de esta parcela portan una grandeza que merece la máxima categoría, además en el caso del que nos ocupa (Gaunoux) lo cierto es que el nivel llega a cotas muy importantes, dando lugar a uno de los mejores tintos de la Côte de Beaune.

Michel Gaunoux Corton Renardes Grand Cru 2001

En el único Grand Cru tinto de toda la Côte de Beaune, el productor posee una parcela de 0,65 has comprada en 1957 en una subzona llamada Les Renardes, una de las mejores de la colina para la producción de tintos, cercana al Clos du  Roi. Son cepas de unos 50 años.

Los vinos de este Grand Cru suelen tener una cierta disparidad en su calidad y al igual que ocurre en el Clos de Vougeot, encuentras vinos formidables y otros que no lo son en absoluto, por lo que hay que ser cuidadosos con las selecciones, en el caso de Gaunoux elabora uno de los mejores Corton que podemos encontrar en el mercado. Son vinos que muestran una pinot noir poderosa, compacta, de marcada estructura tánica y firmeza, vinos que dentro de sus registros son garantes de una larga vida y de un fuerte carácter. Este 2001 nos revela toda su clase, es joven, austero, mineral, tánico, estructurado, un vino de gran categoría que es digno de representar a todo un Grand Cru, que tenemos claro no hará más que ir mejorando con el tiempo y que es uno de los mejores Corton tintos que hemos catado.

Con los vinos de Michel Gaunoux hay que ir con cuidado. No son vinos sencillos, son de muy largo recorrido, hay que tener en cuenta que estábamos catando 99 y 2001 y hablamos de vinos muy jóvenes, de marcada austeridad y de evidente carácter de su zona, que portan una sellada expresión de terruño y que requieren un tiempo tanto de botella como de copa, que hay que entrar en ellos poco a poco, incluso a nosotros nos descentraron en un primer momento, aunque al final terminas rendido a sus indudables encantos. No son vinos que recomendemos a ciegas, sólo lo haríamos para bebedores iniciados en Borgoña que busquen vinos portadores de un brutal grado de autenticidad, que busquen vinos que transmitan sensaciones, que busquen vinos que hagan reflexionar. Y eso son los vinos de Michel Gaunoux, un productor de culto que encuentra la esencia de Pommard transmitiéndola a sus creaciones. Una cata francamente interesante.

Un saludo,

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)

(*) El mapa de viñedos de Pommard es de borgovinsl.wordpress.com


Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar