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Hoy voy a hablaros de una bebida especial y diferente, la absenta. Comenzó a elaborarse en un convento suizo, como elixir medicinal, más tarde, un ciudadano francés, J. Edouard Pernot, compró la fórmula a las monjas y abrió la primera destilería en Francia. La absenta es un licor de fuerte gradación, en torno a un 70%, cuyo nombre deriva de la planta con la que se elabora.
Fue una bebida muy popular en Francia en el S.XIX, sobre todo entre los artistas, pues se decía que estimulaba su imaginación. Reconocidos bebedores de “hada verde”, como también se la conoce, fueron: E. A. Poe, Edward Munch, Jack London, Rusiñol, Paul Gauguin, Óscar Wilde, Van Gogh entre muchos otros.
Hay muchísimas pinturas que hacen referencia a esta bebida: “El bebedor de absenta” (Manet, 1859), “La absenta” (Degas, 1876), “La mujer bebiendo absenta” y “El vaso de absenta” (Picasso, 1901 y 1911) “Naturaleza muerta con absenta” (Van Gogh, 1887), “La musa verde” (Maignan, 1897)
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La absenta. Degás |
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Naturaleza muerta con absenta. Van Gogh |
Su época dorada coincidió con una gravísima plaga de filoxera en los viñedos franceses, que provocó que la producción de vino se redujese muchísimo
El “hada verde” es una bebida esencialmente social, y se toma con agua muy fría, se le puede añadir también azúcar
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Ya en el S.XIX se diseñaron preciosas fuentes de agua, especiales y diferentes, que se colocaban en el centro de la mesa, para ir rebajando la bebida, adquiriendo ésta un color "lechoso"
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También existen unas cucharillas especiales, perforadas. Una de las formas tradicionales de tomarla, es añadiendo azúcar: El ritual consiste en verter la absenta en una copa grande, colocar luego una cucharilla perforada de absenta encima del vaso, con un terrón de azúcar y verter el agua despacio por encima. La proporción de absenta, agua y azúcar varía según el gusto.
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Los vasos en los que se sirve la absenta pueden ser muy diferentes, los más adecuados son los que tienen en el fondo una especie de burbuja, con la medida más común, una onza.
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Creo que merece la pena probarla, aunque sólo sea por el ritual, tan original y diferente, y ver si también estimula nuestra imaginación.