Color rojo picota muy intenso con ribete violáceo y capa alta.
En nariz hay una muy buena expresión de fruta roja y negra, acompañada de hoja de tabaco, regaliz rojo, mentolados y fondo lácteo.
El ataque en boca es exuberante, frutal, ligeramente dulce. Su corpulencia se apoya en un tanino equilibrado. Tiene asimismo un punto alcohólico que se ve compensando por una excelente acidez. El tacto es carnoso y el final ligeramente dulce.
El vino de la gama básica de Pago de Vallegarcía sorprende por no ser nada básico sino todo lo contrario.

Corcho no muy largo, pero sí lo suficiente, relativamente poco bañado en vino rojo picota por el interior. Huele bien.

Abierto casi 3 horas antes de la cata.

Visual: rojo picota claro con destellos rubí, de buena capa (media-alta), ribete granate-transparente con ligerísimos destellos aún cardenalicios (lo que indica la juventud del vino para tener más de 5 años ya). Limpio, brillante y de muy buena y abundante lágrima de lenta caída.

Nariz: de una intensidad media va con la oxigenación a una intensidad alta; tenemos frutos rojos entre frescos y maduros (no muy maduros aún), potentes balsámico-mentolados que le aportan frescor en nariz, herbáceos poderosos, pimiento verde asado, lácteos (yogur de frutos del bosque), nuez moscada, canela, pimienta negra, notas florales potentes (violetas y gladiolos), laurel, sutil toffee, cantos rodados, monte bajo, sotobosque, intensos ahumados y tabaco rubio. Buena complejidad no exenta de mucha frutalidad y frescura. Es un vino de curiosa nariz y, en general, aún bastante primario para tener más de un lustro de vida.

Boca: ataque a fruta roja y negra, bastante seco pero, a la vez, paradójicamente es un vino que se percibe carnoso y goloso (con dejes dulzones sin serlo), bien estructurado, de cuerpo medio-alto y de bastante densidad. Se nota un vino fresco, frutal, de acidez alta, de ligeras puntitas alcohólicas muy controladas para su graduación (lo esperaba más alcohólico con 15% que posee), con notas amargoso-dulzonas en un paso por boca, en global, muy agradable. El tanino es dulce y sabroso pero muy poderoso aún, se pega a las mucosas ligeramente y se "mastica" literalmente: le queda cuerda para rato. El final es largo, con muchísima fruta roja balsámica de perfil dulce-ácido-amargosa, ligeras notas vegetales y a pimiento verde más yogur de frutos rojos en un retrogusto muy sabroso; en la retronasal aparecen muchos aromas licorosos, a monte bajo, herbáceos, pimiento verde asado, flores violetas, canela, pimienta, nuez moscada, tabaco y ahumados que dejan una excelente impresión del vino.

Al descorche no me ha convencido mucho: mucha fruta roja balsámica unido a mucho lácteo (yogur) con pirazinas (pimiento verde) que, en conjunto y junto al alcohol que posee, no me terminaba de convencer demasiado (aparecía ligeramente desequilibrado para mi gusto)... Con la aireación, el vino ha ido equilibrándose e integrándose, ganando en intensidad olfativa, en complejidad y, sobre todo, en boca es donde se ha notado la diferencia.

Otro vino que, EMHO, creo que ganará con 2-3 años más de reposo en botella: el tanino se redondeará y el conjunto ganará en elegancia y complejidad.

Su PVP normal ronda los 12-13€ y, aunque de inicio, no me ha convencido demasiado, luego me ha parecido un estupendo vino, con futuro en botella y de muy buena RCP.

Color rojo picota de gran intensidad y reflejos violáceos.
Se abre con aromas de frutos rojos y negros maduros. Después pasa a notas ahumadas o de recuerdos al tabaco, balsámicos de monte bajo fondo lácteo, piedra negra y guiños de especia picante.
Tiene un ataque en boca elegante y fresco, con fruta carnosa, notas tostadas y especias dulces (canela) y picantes (pimienta). Largo y persistente, no tiene el perfil de un segundo vino sino que tiene personalidad y carácter propios.
Vino catado durante la visita a la bodega Pago de Vallegarcía Pago de Vallegarcía: Una joya escondida en los Montes de Toledo

Me gusta Vallegarcía, tal vez porque su viognier me encanta, ya me predispone a encontrar cosas bien hechas, como este Petit Hipperia que me parece un vino con una RCP muy buena.

Color rojo picota de capa alta y ribete violáceo.
Nariz de buena intensidad con aromas de fruta negra, notas especiadas, con apuntes florales de fondo y especias como la pimienta negra o la nuez moscada. La presencia de fruta está muy marcada, lo que hace que tenga una nariz sugerente, atractiva e interesante.
En boca tiene una entrada ligeramente golosa donde las notas de higo fresco te inundan la boca, especias dulces como la vainilla, pero una acidez excelente que pone en vereda cualquier salida de madre de notas maduras.

El enólogo Joao Lobo firma este tinto de color picota granatoso de buena capa. Con una nariz intensa y atractiva, con toques especiados, algo de fruta negra, algún apunte de flor morada y un fondo de aceitunas negras. En boca tiene buen ataque, pasa fluido, con cuerpo medio, muy buena acidez, tanino vivo pero dulce y bastante pulido, con estructura bien armada y notable longitud.

A la vista se presenta con un color picota alto, con ribetes con algún detalle volaceo, capa de tipo alta y lagrima densa.

En la fase de nariz intensidad alta, complejo de entrada, abundante de fruta roja y negra y algún detalle de la madera, pero bien integrado.

Al paso por la boca resulta agradable, con cuerpo, alguna nota de madera y aqui curiosamente aprecio sobre todo la cabernet.

Fase final larga.
Me gusta tanto este como el del año anterior.

Capa alta, color picota violáceo muy intenso.

En nariz, resalta una mezcla de olores agridulce. Fruta negra madura, ligeras notas de lácteos, frutos rojos, frambuesa y regaliz.

En boca es muy pimentoso con taninos presentes, con final amargo intenso y alcohólico pero se siguen notando los frutos tojos, que lo equilibra muy bien.