Cata 234: Asturias patria querida... por sus vinos también.

Celebramos la cata 234 con dos novedades. La primera, en el plano gastronómico, es que visitamos por primera vez el restaurante Gadhus en Rocafort. Ya conocíamos bien a Alfonso Gallego, puesto que habíamos celebrado varias catas en su restaurante Malkebien. Recientemente, Alfonso, adquirió el antiguo restaurante Été y tras las obras de renovación reabrió en verano con el nombre de Gadhus, ampliando su oferta gastronómica. Ya tenía ganas de visitar el local y como comentaré más abajo, la experiencia fue más que satisfactoria. En el plano enológico, nuestro amigo Alessandro nos preparó una cata sorprendente e interesante. Habiendo recorrido Asturias en verano, tuvo ocasión de visitar varias bodegas de la zona y de empaparse de la ilusión de unos bodegueros que están recuperando varietales regionales para dar un impulso a los vinos de la región.

Nos cuenta Alessandro que la inspiración para la cata surgió de la lectura de un artículo de Carlos Delgado  -Asturianos de pura cepa-, aunque la determinación se consolidó después de la cata 232, cuando descubrimos nuevas variedades y nuevos parajes. Él quería seguir por esa senda en su cata y la oportunidad de estar de vacaciones en Asturias el pasado verano hizo que pudiera informarse y conseguir los vinos con relativa facilidad. La idea inicial era la de catar vinos de distintas bodegas, pero ni siquiera en el mismo Oviedo, en la tienda de Coalla Gourmet, pudo conseguir botellas de cuatro bodegas distintas, dentro de la Denominación de Origen Vino de Calidad de Cangas. Esto le llevó a elegir cuatro vinos distintos de la misma bodega, Bodega Monasterio de Corias, lo cual además reduce la variabilidad a la hora de catar puesto que se trata de vinos elaborados por el mismo enólogo en las mismas instalaciones. Además, la cantidad de uva empleada en la elaboración por la Bodega Monasterios de Corias representaba el 50% de toda la producción de la D.O. en 2010, por lo que bien puede considerarse una buena muestra de los vinos de la D.O. La recuperación de los viñedos, situados dentro de los terrenos del monasterio, se ha producido mediante la plantación de varietales tradicionales como Verdejo Negro, Albarin Negro, Carrasquin y Albarin Blanco con criterios modernos de racionalización. Los vinos, por su parte, se elaboran en la bodega benedictina del mismo Monasterio de San Juan Bautista de Corias, edificio de siglo XI restaurado y rehabilitado a tal fin.

Como comenta Carlos Delgado en su artículo, la recuperación del viñedo de la zona del Valle del Narcea tiene un gran potencial porque las condiciones climáticas y del terreno son propicias para la elaboración de vinos con personalidad. Esperemos que así sea y que la evolución de los vinos de la D.O. nos ofrezca en breve todo el potencial, la autenticidad y la finura que esperamos que alcancen los vinos de la zona.

En cuanto a los vinos que probamos, conviene mencionar que, desgraciadamente, el primero de los que probamos, Escolinas Carrasquín 2010, tenía un clarísimo TCA. Uno de esos que no generan la más mínima duda. El mejor puntuado fue Escolinas Albarín negro 2010. Con una crianza de 10 meses en barricas de primero y segundo año, es un tinto atractivo con notas de tabaco, balsámicos finos, aceituna negra sobre fruta roja y recuerdos de geranio. Con buena acidez y buena estructura tánica es de paso vivo y equilibrado. A mí es el que más me gustó.  En segundo lugar quedó Monasterio de Corias Diez Meses Barrica 2010. Elaborado con Albarín negro (40%), Mencía (20%), Carrasquín (20%) y Verdejo negro (20%), tiene una crianza de 10 meses en barricas de roble americano (30%) y francés (70%). Vino interesante, de nariz más bien ligera  pero con un elegante bouquet floral de violeta y geranio y buen paso por boca. El tercero fue Corias Guilfa tinto 2010.  Coupage de Carrasquín (60%) y Verdejo negro (40%) con 10 meses de crianza en barricas de roble francés de  primer año.  De nariz atractiva, muy especiada con notas ahumadas y minerales tiene, no obstante, un paso excesivamente cálido por boca.

Resultados de la cata:

Escolinas Albarín negro 2010:        76.1 puntos.                                     

100% Abarín Negro. D.O. Vino de Calidad de Cangas. Graduación: 13%. Bodega Monasterio de Corias. Monasterio de Corias s/n. 33800-Cangas del Narcea. Asturias.

Monasterio de Corias 2010:            73.1 puntos.                                     

40% Albarín negro, 20% Mencía, 20% Carrasquín y 20% Verdejo negro. D.O. Vino de Calidad de Cangas. Graduación: 12,5%. Bodega Monasterio de Corias.

Corias Guilfa tinto 2010:                  71.7 puntos.                                     

40% Albarín negro, 20% Mencía, 20% Carrasquín y 20% Verdejo negro. D.O. Vino de Calidad de Cangas. Graduación: 13%. Bodega Monasterio de Corias.

En el nuevo Gadhus, Alfonso Gallego ha respetado básicamente la sala del antiguo Été, renovando la cocina. El estilo de los platos de Gadhus mantiene el buen criterio de Malkebien, añadiendo un plus respecto a los de este último para ofertar un menú quizá algo más amplio y atrevido. En esta ocasión disfrutamos del Menú Gargantúa para el que Alfonso nos había seleccionado además los vinos. Comenzamos los entrantes con una ostra Pousse en Claire que acompañamos de una curiosidad, Mar de Frades Albariño Brut Nature. Frescura de mar con un espumoso seco en boca pero de nariz muy fresca: Atractiva combinación. Seguimos con el segundo entrante, sardina ahumada sobre confitura de lamujo rojo y chip de plátano macho con un Condrieu Julien Pilon 2011. Excelente elección en la que el frutal y graso Julien Pilon acompañó a la perfección la untuosidad de la sardina potenciada por la confitura. Seguimos con un tocino de cielo de sepia “bruta” y cebolla morada que acompañamos de un Viña Costeira 2012, plato muy conseguido en textura y en sabor. Todavia en los entrantes, continuamos in crescendo con unos ñoquis con amanita, portobello y jamón ibérico y salsa de hinojo y tronchón de Almedíjar que acompañamos de un clásico riojano: Gran Albina Reserva 2006. Cerramos los entrantes con una Deconstrucción de la “Olleta de músic”. Versión aligerada de la olleta, es decir, cocido, muy ligera y en diferentes texturas que tomamos con un Pintia 2007. El primero de los principales fue un lomo de bacalao de Islandia “a la llauna” de aceite OVE de Viver con cous-cous de quínoa y gamba roja, americana de ropa vieja y chilindrón de chirlas que acompañamos de un Muros de Melgaço  Alvarinho 2011. Creo que ya lo he dicho alguna vez pero lo repito: Alfonso borda el bacalao. Con su punto de cocción exacto y bien acompañado pero sin enmascarar su sabor, más bien al contrario. Además, Alfonso conoce a la perfección los vinos portugueses y en esta ocasión nos ofreció un Alvariño frutal y fresco pero con muy buena estructura, perfecto para pescados contundentes. Terminamos con un Magret de pato braseado con chutney de manzana y Calvados y reducción de Madeira Full Rich con un Campolargo Branco Arinto barrica 2009. Muy bueno el Magret y excelente el maridaje con el Campolargo. Vino blanco elaborado con Arinto, varietal frutal pero de buena acidez, del que se obtiene vinos robustos; a éste la crianza en madera le proporcionó una excelente redondez y cremosidad que para nada apagaba la fruta. Me gustan, además, los maridajes atrevidos y redondos de Alfonso. Me gusta pasar del rojo al blanco (o dorado, o rosa…) y viceversa sin prejuicios cuando, como es el caso, hay criterio y acierto. En la transición hacia el postre pasamos por una selección de quesos acompañada de un Amestoi Primus 2012, un Txacoli bien fresco y ligero. Terminamos con una selección de postres de la que me quedo con un helado de orujo con torrija de Sobao Pasiego que acompañamos de un soberbio, redondo y pleno Moscatel do Douro Favaios Moscatel 1989. ¡Qué maravilla! Me acordé de Marlon Brando interpretando “El Padrino” cuando, en el jardín, con su nieto y su hijo, dice algo así como “cada vez me gusta más el vino”. A mí me pasa algo parecido con el vino dulce. Encuentro matices y complejidad en los dulces viejos como este Moscatel do Douro que me llenan, aunque espero no morir a continuación como le ocurría a Don Vito…

Una estupenda velada en la que, además, tuvimos la grata sorpresa de ser atendidos por Marilo Giner y encontrarnos en la cocina a su pareja, Massimo Bicego. Sólo me resta agradecer, en nombre de Alessandro, a Juan M. Redondo de Bodega Monasterio de Corias por su colaboración y las información facilitada y a Ramón Coalla de Coalla Gourmet por su ayuda. Y en mi propio nombre, desear a los lectores y participantes de Verema.com y de este blog, una feliz navidad y lo mejor para 2014, ya que 2013 ha tenido más bien un mal pasar. Escuchando a mis adorados Ramones: "Merry Christmas (I don't want to fight tonight)"

Texto: Javier de Castro, Alessandro Forti (2013).

Fotografías: Javier de Castro, Paco Higón (2013).