Entrevista a Ignacio de Miguel
Ignacio de Miguel: uno de los grandes enólogos de España
Ignacio de Miguel es uno de los enólogos más conocidos de nuestro país. Desde pequeño sintió la llamada del campo y de la viticultura y, tenía claro que hiciese lo que hiciese, iba a ser desde la libertad que otorga la naturaleza.
Empezó a estudiando Ciencias Químicas, luego estudió Enología en Burdeos y posteriormente comenzó a trabajar codo con codo con Carlos Falcó, Marqués de Griñón.
Desde entonces ha trabajado con los mejores, como por ejemplo, Emile Peinourd o Michel Rolland y asesora desde hace años diferentes proyectos en numerosas bodegas.
Ignacio de Miguel Poch. Fotografía de Daniel Ubeda
Uno de los grandes
Eres un enólogo que asesora a una veintena de bodegas, por lo que vas y vienes sin parar e imagino que gran parte de tu tiempo la pasas en el coche. ¿Puedes contarnos cómo es un día tuyo de trabajo?
Sí, mi trabajo es necesariamente presencial, por lo que me hago cerca de 100.000 kms al año.
Mi día empieza pronto, y la primera alegría es pensar que tengo unas cuantas horas
conduciendo solo en mi coche. Me gusta conducir y usar esas horas para meditar. Llevo una
grabadora donde voy dejando mis mensajes. Lo mejor de mi trabajo es que cada día me
enfrento a un proyecto diferente, gente distinta, nueva filosofía. Paso todo el día en bodega y
siempre como con el equipo. Después de comer, vuelta a casa y de nuevo tiempo para ordenar ideas. Muchos días, al volver me espera Susana, mi mujer, y cenamos con amigos.
¿Cómo se puede asesorar a tantas bodegas y mantener tu huella personal al margen?
No queda del todo al margen. Me gusta usar el símil del maquinista y el tren. El maquinista es
el jefe del tren, toma sus decisiones, algo manda, pero las vías están ancladas al terreno, el
paisaje no lo decide el jefe. Yo trabajo con railes, que son los viñedos unidos al su suelo y su
clima, ellos mandan, pero es imposible que algo de mí no quede allí.
En tu opinión, ¿cuál es el arma que mejor debe dominar un ensamblador?
Lo primero es tener claro qué es lo que quiere conseguir. No basta con saber que quieres “el
mejor vino”. Hay que saber su destino comercial, su tiempo de consumo, incluso su precio.
Luego hay que “desmontar” el vino en tu cabeza, y comprender para qué sirve cada parte.
Luego volver a unir las partes de cada vino para que formen un conjunto armónico donde
sobresalga la cualidad que quieres destacar.
Tu nuevo proyecto se encuentra en la Sierra de Cádiz, Bodega Tesalia, todo un reto en vinos tintos bajo una dirección de influencia inglesa. Dinos qué es lo más te ha sorprendido de la Tintilla de Rota de Tesalia.
Honestamente me ha sorprendido más lo que este equipo ha “sacado”. Un inglés “loco” quiere
hacer el mejor vino en una finca para criar caballos, y junta a un equipo de “división de honor” para lograrlo. Nada queda fuera de control: el mejor técnico de viñedos, el mejor comercial, el mejor diseñador, la mejor agencia de comunicación, y todos los medios necesarios; ¿así cómo no van a salir vinos sorprendentes?
Uno de sus nuevo proyectos: Bodega Tesalia
¿Qué tiene la tierra de Castilla- La Mancha que ha hecho que te enamores hasta la médula? ¿En qué momento se encuentran ahora sus vinos?
Me gusta su campo y su diversidad. Muchos piensan que CLM es solo un extenso mar de
viñedos corrientes, pero hay “mil manchas distintas”: 80.000 km2, 400 km. de norte a sur y de este a oeste, altitudes de 300 a más de 2.000 metros, 7 cuencas hidrográficas…También me gusta su gente, como dice mi mujer “donde este la gracia de un manchego que se quite el
andaluz”.
Las guías de vinos, los puntos, las opiniones de terceros, ¿son necesarias o imprescindibles?
Las opiniones del mercado son necesarias para saber por dónde hay que ir, es imprescindible
tener siempre una oreja ahí fuera. Las de la crítica, no tanto. Me encantaría tener un buen
puñado de críticos, cada uno con sus gustos, y que cada consumidor tenga el suyo de
cabecera, y lo consulte a la hora de comprar un vino, como hace con los de cine antes de ver
una película. Me aterra que TODO el mundo esté pendiente de un solo crítico y que sus
decisiones puedan abrir o cerrar un mercado.
España: desde dentro y desde fuera
Se habla mucho de la Marca España, sin embargo, es difícil agrupar un mapa vitivinícola español con la gran diversidad de terrenos y clima. ¿Qué crees que sucede con este tema? ¿Quedará en una simple idea o algún día se llevará a cabo?
No veo la separación entre una Marca España y nuestra inmensa diversidad vitivinícola.
Manteniendo la personalidad única y diferenciada, se puede estar junto al resto de
productores remando en una misma dirección. Posiblemente muchos de nuestros problemas
se acabarían si el sector estuviera más unido.
Como conocedor de la cultura vinícola en muchos países, ¿cómo ves a España dentro del panorama internacional?
Creo que cada vez el “Spain is diferent” tiene menos sentido. Nuestra cultura ya no se forma
solo en “el patio de casa”. Las nuevas generaciones viajan por el mundo con naturalidad,
adquiriendo costumbres y conocimientos universales.
Un hombre cercano que sabe disfrutar de la vida
Siempre dices que Carlos Falcó te marcó mucho laboralmente pero que también te enseñó muchas cosas de la vida y a adoptar una filosofía de vida muy concreta. ¿Qué quieres decir con eso? ¿A qué te refieres?
Empecé a trabajar con Carlos Falcó muy joven, gracias a la amistad que tenía con mi padre,
que fue el medico de su familia. Fue mi primer trabajo importante, y aprendí a vivir como a él
le veía hacerlo: trabajando mucho, buscando siempre la excelencia, no conformándose con
nada, hacer cosas nuevas, no dejándose llevar por “lo que hace todo el mundo”, pero también
disfrutando de cada momento y sabiendo encontrar lugares, comidas o amigos con quien
cambiar de aires. ¿No es una gran filosofía de vida?
Fotografía de Daniel Ubeda
Has tenido la gran suerte de coincidir y formarte con uno de los grandes, Michael Rolland, ¿cómo lo definirías?
Lo primero una gran persona, muy simpático y generoso: creo que yo hago este trabajo gracias a lo que él me enseño. Ha sido de gran ayuda para muchas bodegas, encontrando ese valor escondido que todas guardan. Podría haberse quedado cómodamente en su Burdeos natal, pero ha ido por todo el mundo haciendo grandes vinos en sitios donde nadie los esperaba.
Para terminar, Ignacio, aparte de las motos clásicas ¿a qué otro hobby (que no esté relacionado con el vino) le dedicas tu tiempo libre?
Fundamentalmente al campo y todo lo allí se puede hacer: pasear, cuidarlo, cazar, estar con
amigos…
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Un hombre cercano, cierto.
Lo conocí gracias a Verema en el encuentro de Olite, cuando visitamos la bodega Pago de Larrainzar. Nos propusieron elaborar (en equipos) uno de sus vinos, disponíamos de cuatro varietales que debíamos descubrir y después hallar el coupage. Ahí me dí cuenta de lo importante de su trabajo, poder saber y descubrir el futuro del vino, me pareció todo un maestro y un fino catador. Como su mujer (no lo sabíamos) participó en el mismo equipo, después nos quedamos un largo rato hablando y tuve el placer, de encontrar a la persona, más allá del personaje. Lo respeto mucho al igual que a sus creaciones vinícolas.
Un acierto de entrevista... -
Es mi amigo y compañero de colegio, Ntra Sra del Pilar. Excelente presona e inmejorable enólogo, todo un crack.