​​​​Un gran señor, un gran maestro, un gran hombre

El Valle del Duero es el paisaje vitícola que abarca unas nueve denominaciones de origen controladas de España y Portugal, es en la zona de Toro y en sus llanuras donde nos vamos a centrar. Una zona con una marcada raíz de patrimonio y cultura del vino. Tierras que han dado desde antaño vinos protagonistas de momentos relevantes, han acompañado a personajes ilustres en la literatura o han sido compañeros de viajes de mil y un aventureros. Tierras que han sido cuna de grandes hombres y grandes vinos.

Es por eso que viajamos a través del tiempo para trasladarnos a 1944, año en el que Mariano García vió la luz por primera vez en Valbuena del Duero y lo hizo con un vino bajo el brazo, pues se crió entre viñedos, lagares y bodegas que le hicieron llegar a la cumbre de la enología en España y crear un nombre, una seña de identidad, la que lleva su nombre, la de un gran señor y un gran hombre.

 

 

Estudió en la Escuela de la Vid y el Vino de Madrid, completó su formación con cursos, seminarios y viajes vinculados al sector vitivinícola conociendo distintas regiones productoras de vino, viñedos, enólogos, experiencias y conocimientos. Su carrera despegó en una época donde el vino de calidad se realizaba solo en determinadas  bodegas concretas, casi se podían contar con los dedos de una mano. Su primera elaboración fue a partir de la cosecha de 1968 en Vega Sicilia donde asentó hasta 1998 una larga vida vinculada al que hacer vitivinícola. Tres décadas en las que despuntó como enólogo, dió vida en 1991 al tinto Alion, fundó el proyecto y Bodega familiar Mauro, se convirtió en el principal artífice de la progresiva modernización de los vinos reduciendo los tiempos de crianza en barrica, pionero en realizar microvinificaciones y ver el potencial de los viñedos y terrenos en Toro por lo que comenzó a comprar una serie de parcelas en 1996, naciendo así sus vinos Prima y San Román. Otra de las fechas destacables es 1999, año en el que emprendió un ambicioso proyecto en Ribera del Duero con Bodegas Aalto. Actualmente está centrado en la consolidación de sus proyectos familiares: Mauro y San Román.

Nosotros hemos tenido el privilegio de poder entrevistar a este inquieto, emprendedor y gentleman del vino, que le dió un giro a la elaboración, viñedo y en general el mundo del Vino en España. Os dejamos a continuación las preguntas que tuvo la amabilidad de responder.

Toda una vida, desde Vega Sicilia hasta San Román.

Estudiaste enología y viticultura en la Escuela de Madrid, ¿Quien fué tu referente en esta etapa formativa?

Recuerdo con cariño y especial nostalgia aquella etapa en la que tuve buenos maestros en la escuela de Madrid, pero sin duda los referentes que más influyeron en mí por su magisterio y calidad humana fueron los doctores Hidalgo y Mareca.

De tu etapa activa como enólogo, ¿qué fases o etapas destacarías más?

Uno de los periodos más emocionantes fue la revolución vitícola y enológica que se llevó a cabo a inicios de los años 80. Fueron momentos de cambios importantes en el sector del vino, en los que se volvió la mirada hacia los viñedos y se empezó a valorar más el papel de la viticultura. La enología comenzó a ser más preventiva y menos curativa, como había sido tradicionalmente. Además, los profesionales españoles comenzaron a viajar, formarse fuera de España y tener contacto con profesionales de otros países.

Hubo un cambio de mentalidad muy importante hacia la diferenciación y la calidad entre los viticultores y elaboradores, que se reflejó en los vinos y en un consumidor más inquieto y curioso.

De tus 30 años en Vega Sicilia se destacan los vinos pertenecientes a las añadas de 1968-1970 y 1994. ¿Según tu criterio, destacarías esas mismas u otras?, es decir, para tí ¿cuál ha sido tu mejor o mejores añadas? (hayan sido elaboradas o no en Vega Sicilia)

Por su potencial de guarda, las añadas más interesantes fueron 68, 70, 86 y 94. Las 82 y 85 son también de mis preferidas por un perfil más hedonista, clásico y maduro.

Durante mi etapa más reciente en Mauro, las añadas más sobresalientes en el valle del Duero han sido 1996, 2004, 2010 y 2014, por la madurez del tanino, el equilibrio, la frescura y la elegancia, aunque el 2015 no le anda a la zaga.

¿Qué anécdota destacarías de tu etapa más activa como elaborador?

Quizá aquella en un restaurante de Nueva York en la que presentábamos varios vinos a prensa y antes como aperitivo nos abrieron un importante blanco borgoñón. El sumiller no probó, primer error, y paso directamente la copa a nuestro importador, que a su vez me la cedió a mí para darle el visto bueno. Tenía un corcho de libro y dadas las circunstancias y el contexto te aseguro que no fue nada fácil pedir que lo retirarán. Siempre insisto que incluso entre profesionales, si el sumiller prueba el vino evita llevarlo a la mesa si no está en condiciones.

Has fundado y trabajado en las grandes marcas del panorama español. En la actualidad tus marcas de culto como Mauro o San Román tienen una alta cobertura en el mercado nacional ¿Qué porcentaje de estos grandes vinos se van a mercados internacionales?

En la actualidad, aproximadamente un 45% de la producción va destinada a la exportación, repartido ese porcentaje entre más de 60 países. 

En un enólogo es importante viajar a otras zonas de producción. Hoy día muchas bodegas aconsejan viajar a Chile o Australia, como referente de muchas generaciones de enólogos, ¿cuál es tu visión del tema? ¿Qué recomendarías o aconsejarías a las nuevas generaciones de enólogos?

A las nuevas generaciones les aconsejaría que dominen idiomas y que viajen todo lo que puedan, que contrasten experiencias y conocimientos con otros enólogos en distintas regiones productoras de vino. 

Las zonas vitivinícolas del Nuevo Mundo tienen mucho que ofrecernos, pero no debemos olvidar la vieja Europa, donde hay tradición, historia, cultura, raíces. 

 

La firma Mariano Garcia en los vinos: vinificación y filosofía de trabajo

Seguro que esta es una pregunta típica que te habrán realizado a lo largo de tu vida, pero, ¿qué debe tener un buen vino para Mariano García, para ser catalogado como excelente?

Un vino excelente debe reflejar el territorio, y ser equilibrado, genuino, emocionante y placentero. Para que un vino sea excelente no tiene por qué ser perfecto. Los vinos perfectos no me emocionan, y admito que me gusta cierta imperfección, cierta originalidad. Y en definitiva, debe ser un vino hedonista que permita disfrutar. Hay vinos que emocionan y otros que no.

¿Cual es tu uva fetiche, como consumidor de vino y como elaborador. ¿Porqué?

Sin duda la tempranillo, porque es una de las variedades más completas que conozco: ninguna característica sobresale sobre las demás, y aporta una enorme madurez y complejidad. Es una uva perfectamente equilibrada, dúctil, y que adquiere gran elegancia con tiempo en botella.  Como consumidor disfruto de todos los vinos pero especialmente los Burdeos tintos y los blancos de Borgoña.

Cada vez que buscas un viñedo ¿qué cualidad buscas en él?

Que refleje la zona, el entorno, y también que exista una relación humana detrás de ese viñedo. Por eso me gusta conocer a las personas que lo han cultivado, que lo han trabajado, y su historia. La sensación, la emoción que sientas al pisar ese lugar es fundamental.

Sabemos que eres partidario de innovar lo menos posible en el vino, porque lo que buscas es conseguir una personalidad o identidad propia en cada vino. Fuiste uno de los primeros en aventurarte a realizar microvinificaciones, pero, ¿cuál es el verdadero secreto de Mariano García para elaborar vino?

Tener un gran viñedo y orientarlo, si es posible, hacia un cultivo ecológico que permita que se manifieste la autenticidad de ese terruño.  El respeto al entorno y a la uva es fundamental.

En la elaboración es importante saber conducir esa uva, no desvirtuar su potencial y su singularidad, pensar en el vino a largo plazo, en su evolución. Y por supuesto,  tu conocimiento, experiencia e intuición, que no dejan de ser sino el bagaje de muchos años.

 

¿Cuál es tu método para estar en el top 10 de los vinos españoles año tras año e imponiéndote a las novedades/ movimientos innovadores en el mundo del vino?

Confiar en tu viñedo, trabajar desde la honestidad y buscar sobre todo la armonía.

La base de mi filosofía como elaborador es el respeto al viñedo, trabajar con libertad y ser fiel a la personalidad del terruño y a la mía propia como elaborador. Por ello, procuro ser consecuente con mi ideario, intervenir lo menos posible y no dejarme influenciar por modas efímeras, aunque procuro estar al tanto de lo que se cocina en el sector y probar todos los vinos que puedo para que no se me pare el reloj.

 

Visión del vino en España a través de los ojos de Mariano

Uno de los grandes Maestros de la enología en España, de tí han bebido muchas personas, como ha cambiado el mundo del vino desde que tu empezaste hasta ahora?

Desde la cosecha del 68, que fue con la que comencé a elaborar vinos, hemos experimentado cambios muy importantes en el sector, especialmente entre 1980 y 1996, cuando se consolida el sector y la evolución en la enología nos permite elaborar vinos de mayor calidad. En los últimos 10 años la revolución en la viña hacia cultivos ecológicos y sostenibles nos permite desde la tradición y la integridad ser más puristas en las elaboraciones. 

También ha crecido la oferta formativa en enología, viticultura, sumillería. Se han atravesado fronteras en el sector del vino, pues España despertó a la exportación y esto ha permitido una mayor interactuación e intercambio de experiencias con otros con productores que a su vez redunda en que se beban más vinos extranjeros, incrementando nuestras experiencias. 

En mis primeros años, muchos profesionales se conformaban con elaborar vinos correctos, sin defectos, luego se dio un paso hacia la calidad y hoy el reto es la singularidad.

Y por otro lado, ¿Cómo has vivido, o has visto la evolución de la elaboración del vino en España? Continuando la misma línea ¿cuál es tu visión actual del vino español dentro de España y a nivel internacional?

El vino en España ha evolucionado en calidad y en diversidad. La gran apuesta ha sido la especificidad, redescubriendo variedades locales, reivindicando zonas minoritarias y vinos de paraje, de pago, de pueblo. La perspectiva dentro de España va desde lo local a lo global. 

En el ámbito internacional, la competencia continúa aumentando y frente a ello el vino español ha virado hacia cierta recuperación de usos artesanales, tradicionales, que conviven con el desarrollo técnico del que hoy disfrutamos. 

Dentro del panorama internacional ¿dónde piensas que tienen más renombre los vinos españoles? y ¿qué denominaciones de origen o " estilos de vino" gustan más?

Nuestros vinos tienen cada vez mayor difusión internacional, con una gran diversidad de estilos. Somos competitivos en precios y aportamos valor añadido por la originalidad de nuestros pagos y uvas. Por ello, los vinos españoles están presentes tanto en mercados tradicionales, como son Suiza, Holanda, Alemania y Reino Unido, como en mercados emergentes como Japón, China o Canadá. 

En cuanto a los estilos de vino, algunas denominaciones mantienen una alta difusión internacional, como Rioja, Ribera del Duero o Rueda, pero aparecen también zonas y variedades cuya presencia es creciente, como los blancos del noroeste, el Bierzo, los vinos aragoneses o el sureste. Hay uvas que nos están dando grandes vinos como bobal, garnacha, godello,  treixadura, monastrell, prieto picudo, rufete… No nos podemos quejar.

 

 

¿Crees que en España tenemos cultura del vino, somos consumidores activos y orgullosos de uno de nuestros productos estrella? ¿Qué opinas sobre las campañas de marketing que muchas denominaciones de origen o bodegas están realizando con el fin de atraer un consumidor joven y muchas veces reacio hacia el vino?

En el terreno del consumo de vino, y especialmente entre los jóvenes, queda aún mucho por hacer en nuestro país y tenemos que apostar por la divulgación, desde las aulas hasta los medios de comunicación, donde hemos estado un poco huérfanos en el pasado. 

Debemos dar al vino el nivel que ocupa en España: somos el primer país en extensión de viñedos, el tercero en producción y, lamentablemente, el décimo tercero en consumo, por detrás de países como Suiza y a la par con Dinamarca.

El vino es parte de nuestra historia y cultura, es un valor que debemos proteger y promulgar.

¿Qué proyectos futuros tiene el Dream Team García?,¿Cómo trabajáis en familia, hay discrepancias?

El último proyecto en marcha es Garmón Continental, la nueva bodega en Olivares de Duero, que completa la trilogía familiar de bodegas en el Valle del Duero, junto con Bodegas Mauro en Tudela de Duero y San Román en Toro. Garmón Continental es un proyecto en el que defendemos una viticultura minifundista, con viñedos viejos y poco vigorosos situados en zonas de Ribera del Duero más altas y frías. 

En los últimos años han visto la luz dos nuevos vinos: Mauro Godello, nuestro único vino blanco de guarda elaborado desde 2013 con uvas de Villafranca del Bierzo, y Cartago desde 2012, nuestro vino de paraje en San Román.

Hemos sido siempre muy respetuosos a la hora de sacar nuevos vinos con nosotros mismos y con el mercado, tras años de experimentación, solo lo hacemos si además de la calidad y la originalidad, creemos que detrás hay un proyecto coherente y consistente que va a tener continuidad.

En cuanto a trabajar en familia, los tres llevamos el vino en la sangre y nos apasiona nuestro trabajo. Defendemos con firmeza nuestras posturas, a veces dispares. Pero compartimos una base, unos principios y una visión compartida por lo que siempre acabamos llegando a una posición común. Consideramos que la discrepancia es positiva y constructiva y es mejor escenificarla, cuando existe, que no ocultarla. 

¿Quién crees tú, que es otro de los mejores enólogos españoles actualmente, activo o no?

Afortunadamente hoy en España tenemos una estupenda generación de enólogos jóvenes, muy formados e inquietos, que no tienen nada que envidiar a los enólogos foráneos, por lo que no podría destacar uno solo. Y por supuesto, los grandes nombres que a todos nos vienen a la cabeza. Por sus vinos los conoceréis.

En mis primeros años, mi referente fue Jesús Marrodán, director técnico de Bodegas Marqués de Murrieta. 

¿Consideras el vino como una obra de arte, o un producto resultado de un proceso químico que a veces sale bien y a veces sale mal?

El vino es historia, cultura y felicidad. Quienes nos dedicamos al cultivo de la vid y a la elaboración del vino, somos de alguna manera artesanos de un oficio milenario. Transmitimos una herencia, un paisaje, la imagen en movimiento de un momento de la historia. 

 

Terruño, experiencia, dedicación, retos, superación y família son características que marcarn a Mariano García. Gracias al breve acercamiento que hemos podido tener con él os hemos podido dejan en este artículo un poquito más de su gran persona y de su trabajo.