Premios de la Academia de Gastronomía de la Comunidad Valenciana
Castro Copete de Nou Manolin, la bodega Celler del Roure y el cocinero Alberto Ferruz de Bon Amb recibiran el premio este año
La junta de la Academia de Gastronomía de la Comunidad Valenciana decidió la semana pasada los nombres de las personas o proyectos más destacados del mundo de la gastronomía de la comunitat para recibir el premio que otorga anualmente. Este año será el primero de Sergio Adelantado como presidente.
El próximo 5 de febrero tendrá lugar en el Centro Universitario de Gastronomía Gasma de Castellón, la entrega de premios 2015 de la Academia. Este importante evento sera considerado como un encuentro de lo más destacado del mundo gastronómico, y por supuesto socioeconómico debido al peso que tiene la gastronomía en el turismo y la economía de la Comunidad Valenciana.
Los premios de la Academia de Gastronomía de la Comunidad Valenciana son: Premio Jefe de Sala 2015: Casto Copete Fernández. Maitre de Nou Manolín; Premio Cocinero 2015: Alberto Ferruz, alma de Bon Amb; Premio Bodega 2015: Celler del Roure.
En primer lugar Casto Copete Fernádez recibe el premio a la Trayectoria tras 37 trabajando en el mundo de la hostelería de los cuales, 21 los ha dedicado al grupo Nou Manolín, donde trabaja como maitre con cordialidad y sencillez pero sobre todo con la profesionalidad que le otorga su extensa experiencia reforzada debido a los numerosos cursos de especialización en los que ha participado.
Alberto Ferruz, comenzó su historia en Bon Amb en el verano de 2011 y en tan sólo 4 años ha logrado numerosas menciones en guías gastronómicas, una estrella en la Guía Michelín, el Premio al Plato de Alicante y dos Soles de la Guía Repsol lo que le convierten en el candidato perfecto a un premio más, el de la Excelencia.
El premio al Proyecto lo ha conseguido la bodega Celler del Roure por el esfuerzo y trabajo para lograr que esta empresa familiar de la Toscana Valenciana consiga poner sus caldos en las manos de los mejores sommeliers de España y que sus etiquetas sean identificadas rápidamente como el mejor de los vinos.
Todo esto gracias al excelente proyecto de recuperación de la elaboración de vinos que realizaban sus antepasados, recuperando métodos de elaboración, como el de las tinajas de barro enterradas y que permanecían ausentes desde hace más de 300 años en sus bodegas y que en la actualidad ya han puesto 20 en funcionamiento para hacer vino como se hacía desde el siglo IV antes de Cristo hasta los años 30 del siglo pasado.
Desde Verema nos hacemos partícipes de las felicitaciones y enhorabuenas a todos los premiados y agradecerles sus años de profesionalidad y de trabajo bien hecho.