Bonita botella y bonito diseño, moderno y desenfadado.
Presenta color amarillo pajizo limpio.
En nariz, muy agradable, hay predominio de aromas florales, junto con fruta, especialmente melón. Hay también manzana verde, cítricos (limón), herbáceos y recuerdos almibarados.
En boca es fresco, de buena acidez, predominan las notas florales y herbáceas. Posee cierta untuosidad, es agradable, de persistencia media y amargosa. Muy agradable y curioso, además de ser una buena apuesta por uvas autóctonas. Que cunda el ejemplo.

Antes de abrirlo ya nos entra por el ojo: la presentación de la botella y la etiqueta es magnífica.

Color amarillo intenso, muy brillante. Limpio y homogéneo al trasluz.

En nariz nos da flores silvestres, manzana madura, más un predominio de cítricos, de pomelo, muy penetrantes

En boca nos da una entrada fresca, paso lento. Untuoso. Llena mucho la boca. La personalidad de la merseguera se hace presente sobre todo en boca, es un blanco distinto a todos.
Tiene bastante acidez, deja un postgusto largo. La elevada acidez hace pensar que soportará muy bien el paso del tiempo e incluso que mejorará. Habrá que probarlo nuevamente en un año o dos.

La cata empezó a temperatura de nevera, 6º más o menos; demasiado frío para este vino. Mejoró notablemente conforme subía la tempratura. La próxima botella no la empezaremos a menos de 9 o incluso 10º.

De entrada, todos son factores favorables a un vino que llega con una etiqueta preciosa, juvenil, y de perfil vanguardista para lo que se estila en un mundo poco dado a la innovación en aspectos de branding.

Limpieza y brillantez en la visual, una nariz atractiva, que habla del uso adecuado de las lías, y sobresaliendo las notas blancas y cítricas, para completar una gustativa en la que la falta de reposo le resta algo de contundencia pero que anima a beberlo repetidas veces, fundamentalmente manteniendo la temperatura adecuada.

Un blanco imprescindible en comidas levantinas, en mediodías de sosiego y recuperación tras el baño en la playa, o en una caída del sol en un verano que todos esperamos. Su estructura, el concepto con el que se han elegido las varietales, y el trabajo en bodega se redondean con un precio excelente. A reservar 2 cajas para este Agosto que aún no se ve sino en lejanía.

En la visual se nos presenta un vino de color amarillo pajizo, con tonos verdosos y algún destello dorado, brillante y limpio. La lágrima es densa, y no muy abundante.

En la fase olfativa nos muestra en un principio aromas cítricos como el limón. Algo de hinojo para pasar posteriormente a la fruta blanca. También podemos sacar algunas sensaciones tropicales como de piña.

En la fase gustativa es muy amable y dulce en boca, pasa y deja algo de amargor que contrarresta bien su dulzura, en un principio pensaba que le falta algo de acidez, pero al cabo de unos sorbos me parece que es la correcta para el vino. En la retronasal me vuelve melón y cítricos.

A mi me gustó, aunque a mis compañeros de cata les pareció un vino complicado, sobre todo cuando sube la temperatura.

Amarillo pajizo con destellos verdosos y ligeros restos de carbonico.
Notas de fruta blanca madura como melon,pera, tambien tiene bolleria y pan tostado, algun toque floral,hierbas de monte y cascaras de naranja y un peuqño tufo final.
En boca tiene un ataque untuoso y algo verde con notas de raspon y una buena acidez pero el paso es algo corto, le falta algo de volumen.
Un vino interesante con una nariz compleja y agradable a la vez, que en boca tiene que madurar en botella para darnos el potencial que su nariz desvela.

Vista: el aspecto del vino es muy limpio, brillante y de un color dorado pálido con tonos verdosos. Su lágrima es densa pero en algunos partes se desintegra sin llegar a formar lágrima... puede ser la copa. A destacar el tipo de botella y la etiqueta que se ha seleccionado para este vino. Apuestan por la idea del mestizaje de culturas y ... de variedades; en mi opinión, es una buena idea y me gusta.
Nariz: Su aroma es de una intensidad discreta pero limpio y afrutado. Frutas (pomelo y ciruelas) y apuntes florales acompañados de toques herbáceos y de una nítida sensación de las lías con las que se ha fermentado. En su conjunto es sutil, afrutado y con recuerdos sutilmente golosos.
Boca: En boca tiene una suave entrada, mas bien seco aunque después el alcohol nos apunta ciertas sensaciones ligeramente dulces. Pero lo que es de destacar es su frescura, viva, y auténtico soporte del vino junto con los toques amargosos. Tiene una amplitud media y su paso por boca es más bien fluido. Afrutado (me sigue recordando pomelos y piña poco madura) y de un final de buena persistencia en el que vuelven a prevalecer las sensaciones frescas y un amargor que actúa como potenciador de su largura.
En resumen, un vino de aspecto limpio y brillante, de aroma franco y afrutado y con una gran frescura en boca, pero al que hecho en falta una mayor expresividad.
Su precio está en torno a los 8 euros.

Amarillo pajizo de baja intensidad, con destellos verdosos. Limpio y brillante.

Intensidad media baja en nariz, con aromas a manzana golden y fondo de notas florales y miel.

En boca resulta resulta seco pero fresco, con el alcohol algo marcado. En el paso aromas cítricos, a fruta blanca y alguna nota melosa. Final un tanto amargo.

Mejor tomar bien frío. Lo he acompañado con una ensalada de aguacate, atún y tomate, y ha funcionado bien. También iría bien con un queso no excesivamente curado o con unas verduritas a la plancha.

A la vista se muestra con un color pajizo o más bien dorado pálido con unos ribetes y destellos dorados o más bien ligeramente dorados. Dicho de otra forma entre uno y otro. Limpio y brillante.
En la nariz tiene una buena intensidad, con fruta de tipo blanco, melón, hinojo ya lago da azahar.
Al paso por la boca, con cierto cuerpo, buena acidez y como es de esperar con frescor, detalles untuosos, llenando la, boca.

Fase final larga y agradable.

Blanco con mucho carácter, con cuerpo y que me pregunto como será este vino blanco con un periodo pasado en madera.

Botella con una etiqueta con un dibujo m con unos canene y un supongo viola de color roja, contraetiqueta con suficiente información

8,50€
Amarillo pajizo brillante con algún reflejo dorado, una fluidez bastante densa y algo de carbónico. Nariz intensa, compleja y cambiante. Piña, melocotón, flores blancas, caramelo y zumo de limón, anisados, auvados, mosto, cereal y un fondo mineral. Boca fresca desde el ataque, cítrica, cremosa, alcohol bien integrado, ligeramente amarga y golosa. Retronasal muy bueno, piña, melocotón, limón, caramelo y cereal. Final fresco, amargo y largo.
Un vino facilísimo de beber, complejo, cambiante, mediterráneo con frescura. Me ha enganchado de principio a fin, es lo que tiene esta afición. Un buen vino en el momento idóneo crean la perfección.
90

Como han comentado ya algunos foreros, en este caso el hábito sí hace al monje, en este caso al vino. Me ha gustado tanto el tipo de botella como la etiqueta. Le dan una imagen fresca y juvenil, premonitorio de lo que nos vamos a encontrar dentro.
En vista presenta un color amarillo pajizo no menisco ligeramente verdoso. Limpio y brillante. Lágrima densa.
En nariz complejo, fruta blanca (pera), amarilla (piña, melocotón, lima), notas minerales -apuntes calizos- que recuerdan en la distancia a las notas albarizas jerezanas, flores blancas de azahar, hinojo y apuntes de frutos secos -almendra-.
En boca muestra muy buena acidez, fresco, elegante, untuoso y alegre. De buen recorrido y con un amargoso final que lo hace aún más adictivo.
En definitiva un muy buen vino valenciano que -al igual que con sus hermanos tintos de bobal- dará que hablar.