Ambarino claro con destellos cobrizos, ligera presencia de posos.

Es un vino intenso en nariz, muy complejo, la crianza oxidativa le ha aportado sus inequívocos matices de profundidad, que ha redondeado después el tiempo en botella. Toques de frutas maduras, tabaco de pipa, maderas viejas, regalices, balsámicos, trazas herbáceas, en fin, un complejo mosaico de aromas entre los que destaca un precioso fondo especiado y de higos. El alcohol está perfectamente integrado.

En boca es un vino fantástico por su equilibrio, da la sensación de que se encuentra en un momento perfecto de consumo mostrándose sumamente delicado y redondo, pero sin perder un ápice de fuerza y carácter. Largo y persistente en el final tras el que nos queda un marcado recuerdo de frutos secos, fruta madura y especias. Una maravilla.

Los colheitas son vinos en cuya elaboración hay un equilibrio entre una crianza oxidativa y una crianza reductiva en botella, donde evolucionan poco a poco. Este del 57 muestra un gran equilibrio entre las dos, con 20 años en pipas y algo más de 30 en botella, llegando ahora en un momento perfecto de consumo. Se puede conseguir en torno a los 400 euros, parece caro pero estos vinos valen eso y más. Una joya.