Como leí el otro día comentado de otro vino: podría ser la gasolinera más maravillosa del mundo. Curiosamente al proncipio huele a gasolina pero de manera muy fina no como otros riesling que huelen a petroleo. Si se me permite la expresion esto era gasolina de 98 octanos...
Con movimiento de alejan los hidrocarburos y tenemos toques florares y cítricos.
En la boca el vino está dominado por una superlativa acidez. Un caramelo totalmente ácido.
Pese a sus 13 años este vino comienza a vivir ahora y estará en sazón en 10, 15 o 20 años.
Increible.
Un vino que empezó con potentes aromas a hidrocarburos que poco a poco fueron diluyéndose para dar paso a matices mucho más florales y de frutas blancas, piel de cítricos, aromas minerales. En boca está francamente bien equilibrado el vino, con esos 11,2 grados exactos alcohólicos que hacen que se muestre realmente apetecible, con esa buena acidez que refresca y da viveza al vino y con la sutileza y elegancia que los buenos riesling nos tienen acostumbrados. Le queda mucha vida por delante
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