Y acabando con mis existencias de este Donnhoff de gama "básica" no puedo añadir mucho a mis apreciaciones previas... hay franqueza y expresividad... no tiene mucho volumen pero si una notable definición, con sus toques de fruta que pasan pro el lado fresco de la piña, la manzana verde y la lima, pasando por las notas un poco más densas de corte floral y acabando con ligeros apuntes minerales. La boca lo tiene todo, frescura, acidez, fruta, mineralidad y persistencia... No se si es mi última botella... pero parece tener todavía mucha vida por delante...

Esta selección de un depósito concreto -entiendo que llevada a cabo por el importador- muestra la sencillez de un vino básico, pero también la precisión de los grandes rieslings alemanes... en la nariz domina la expresión frutal, con toques de piña y manzana verde, abundantes toques de lima y un fondo de flor amarilla y blanca y en boca asoma mineral, resulta ligero, aunque con peso de fruta -sobre todo cítrica- muy bien de acidez, con los justos amargos, cierta estructura y notable persistencia. Tengo más.... afortunadamente...

Dorado pálido brillante.
Media intensidad en nariz, destacando su gran limpieza de registros además de su carácter primario. Notas florales, fruta blanca fresca, tonos minerales y cítricos, ligeros especiados y ciertas trazas herbáceas.
En boca es igualmente directo y redondo, limpio y fresco, mostrando una fina definición. Paso ligero pero sabroso y final armónico y con una cierta profundidad, dejando sensaciones frutales, cítricas y minerales. Buena longitud. Muy equilibrado.
Este riesling “básico” del maestro de Nahe siempre es un vino muy convincente, rico, directo, transparente y encantador, en este caso se trata de la selección de un tonel en concreto y ahora se muestra joven y primario, sin duda mejorará con el tiempo. Por algo menos de 20 euros es siempre un seguro.