Amarillo dorado intenso y brillante.
Nariz realmente increíble, casi nos transporta a otro mundo. Da casi todo lo que se le pida. Es floral, con notas de rosas, azahar, violetas, es también frutal con manzana verde, pera williams, orejones, es también muy mineral con recuerdos de esos suelos de pizarra de este fabuloso viñedo y por su puesto es netamente cítrica con ese limón y pomelo siempre presentes. Nariz maravillosa y seductora.
Pero esto no es nada comparado con su paso por boca. Aquí se me agotan los adjetivos. Destacaría dos aspectos que son su acidez y el final. La acidez es de verdad asombrosa por su integración y presencia. El final es casi eterno y nos deja un recuerdo ligeramente dulce, cítrico y mineral. Tiene una viveza y una juventud insultante, le quedan muchas décadas de vida.
Asombroso este vino, de verdad. Uno de los más grandes que he probado. Roza la absoluta perfección. Su equilibrio entre acidez y dulzura y su impresionante estructura me han dejado prendado. Un vino mítico, de los que no hay que dejar escapar si se encuentra. Y la mejor noticia es que está disponible en botella de 0,75 litros. Doble disfrute.
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