Color amarillo limón brillante con lágrima abundante.

Nariz de buena intensidad, con algo de neumático al principio. Luego se dejan notar las frutas con hueso y la fruta tropical junto con la notas de mineralidad y ligeras notas lácteas.

En boca tiene buen ataque , sabroso con muy buena acidez que vertebra todo su recorrido y con mineralidad latente y bien de persistencia.

Color amarillo dorado.
Nariz de buena intensidad con aromas amielados, a hojaldre con almíbar, jazmín y flores blancas, permanecen los aromas herbáceos, pero ahora son más sutiles, la mineralidad cada vez más marcada y, de momento, ni rastro de los hidrocarburos de otras añadas.
En boca la acidez es cortante, excelente, los minerales están muy marcados, con mucha fruta en todo su desarrollo y un largo recorrido.

Va mejorando, pero está en un excelente momento.

Y en total sintonía con la cata que me precede.

Aunque yo, prometo consumirlo una y otra vez desde ya... pues aunque aún le queda mucho por dar, ya da tanto que... ¿quién podrá resistirse?

Vinazo!!!!

Prometo no consumir este 2008 hasta que no haya acabado con lo poco que me queda del 2005, pasaré al 06 (que compré poco) y así llegar a este vino que, pese apuntar maneras, le queda un largo recorrido por andar.
Color amarillo dorado.
Nariz de buena intensidad con aromas de fruta con hueso, notas de lemongrass, de gruta húmeda, minerales... pese a tener una nariz muy atractiva, echo en falta todo lo que puede dar este vino en cuanto tiene algo más de botella. A quien no le guste encontrar hidrocarburos puede consumirlo ya.
En boca tiene una acidez maravillosa que lo hace perfecto para la guarda. Es amplio, con una cremosidad muy rica, fresco, con las notas minerales apareciendo en el paladar y dejando una sensación "fría".

Dönnhoff es uno de los grandes de Alemania y sus Rieslings son para no perdérselos en ninguna añada.