Whisky y cocina
El uso del whisky de malta en la cocina es bastante habitual. Podemos encontrar diversas direcciones de internet con varias recetas que utilizan el single malt como un ingrediente de lujo.
También es relativamente habitual encontrar iniciativas de cómo maridar un malta con diversos platos.
Ciertamente el whisky - seguramente por su origen - combina bien con varios platos escoceses: hace unos años en Campbeltown tomamos un haggis acompañado de un Bowmore 12. En este caso el whisky era un buen complemento para los sabores intensos de esta peculiar especialidad escocesa.
Recientemente probé de hacer sushi y acompañarlo de un Ardbeg Renaissance. Este destilado de Islay tiene muchas notas ahumadas y de turba, acompañadas de un trasfondo ligeramente afrutado y especiado; fue un buen contrapunto al pescado, las algas y los fuertes sabores de la soja y el wasabi ...
También recientemente realizamos un maridaje de whiskys con postres:
- Pastel de queso fresco y piña con Glenmorangie Nectar dOr. El pastel llevaba también un poco de galleta e hilos de miel por encima. Estos sabores casaban bien con el Glenmorangie - especialmente para aquellas notas cítricas y afrutadas que aporta la maduración con barricas de Sauternes.
- Sorbete de piña y mango con Hakushu 12 años: Este malta japonés, ligero y afrutado era el complemento perfecto para la frescura de este sorbete. Fue el malta que sorprendió más y seguramente el maridaje más apreciado y veraniego.
- Mouse de jijona con Aberlour 15 años: El mousse llevaba almendras tostadas y chocolate negro. Las notas de un Speyside maduro - con tonos de miel, toffee y especias combinaban bien con los gustos marcados de este postre.
En fin, un mundo con muchas posibilidades…