Malditos Camaradas

Ya es tan frecuente en el mundo de los entusiastas del vino la frasecita ¿qué copas tienes? que resulta hasta embarazoso no disponer de algo contundente y apropiado si el que viene es un maestro de la cata o un perfiladísimo profesional del ruido de copas y aromas. Y no menciono las cuestiones de mantenimiento, utillaje, vidrios al cuidado de otros vidrios, trapos y linos, balletas...

Breuer en sus vinos busca elegancias manieristas y los resultados son la especialidad personal, una fuerza de elementos dimensionales que si no fuera porque el vino es siempre algo vivo y constantemente cambiando se diría que logra una composición de manera calculada. Y puede que lo sea. Es vino en boca de humanos.

Tenía que llegar algo bello, un puño de caramelo, los recuerdos de pasas, alguna vez te sugiere la mermelada de naranja amarga o el mundillo de flores exóticas. Lanzarote es una isla de paisajes insólitos. Hay que navegar hasta ella, calar en sus puertos y playas, sacudirse salitre del cuello o mojarse los labios con algo de la blanca de la isla, bella y a veces semidulce. &nbsp

La Pinot Noir, recordémoslo, es como un semidios, con toda la riqueza y las limitaciones que implica esta pertenencia a un mundo bien definido. Sus raíces vitales se hunden en el mismo mundo obsesionante de la Côte d’Or que surca como proa única y es guillotina de cualquier insurrección; es como un sentimiento religioso.