Malditos Camaradas

Bodegas Reymar, un afortunado en Lanzarote, un panal de moscatel y una copa de malvasía.

Tenía que llegar algo bello, un puño de caramelo, los recuerdos de pasas, alguna vez te sugiere la mermelada de naranja amarga o el mundillo de flores exóticas. Lanzarote es una isla de paisajes insólitos. Hay que navegar hasta ella, calar en sus puertos y playas, sacudirse salitre del cuello o mojarse los labios con algo de la blanca de la isla, bella y a veces semidulce.

 

Arenales, zanjas y hollos, cacharros de piedras fundando una trinchera son los espacios de la uva para desarrollarse. Y aquí la gente del lugar sacrifica su tiempo para sacar lo mejor de una uva que vive bajo el sol. Es trabajo, compenetración y cultura.

Cada dia se valora más esta labor. Cultivar la tierra y obtener unos vinos que ya son memorables.

Nos hemos topado, de verdad que ha sido una gratísima sorpresa, con dos vinos dulces de Bodegas Reymar, en Tinajo, pequeña bodega familiar que regentan José Daniel, María del Rosario y Francisco A. Perdomo, fundada en 1995. Asombrados y llenos de gratitud por este acontecimiento de saborear dos vinos de antologia.

 

Vino dulce de moscatel 2007, es el resultado de varias cosechas, con 2 años de barrica, siguiendo un proceso de varios tipos de elaboración, se obtienen unas 4mil botellas de 50cl. Teniendo en cuenta que no se elabora todos los años y que los recursos son escaso y recolecta uva de varios viticultores, el vino aquí bebido es de manera rotunda espectacular.

Te llena a mandarinas, fruta escarchada, mineral, ahumados, licorosos bien integrados, támaras y hierbas aromáticas con un equilibrado (azucar y acidez), fresco (fruta) y untuoso (tacto suave) paladar que trae hinojos, cítricos con final amargo y un pizco pastel de miel. Gran estructura y pleno deleite, largo, indesgastable.

 

El Vino de licor Malvasía dulce 2006, tambien con 2 años de barrica, se abre con aromas complejos, desarrollados, en particular sobre los frutos blancos adornados de notas de yodo. En boca la mineralidad es fuerte pero bonita, ofrece este carácter yodado con delicada y compleja textura que sale de la acidez como un activo entramado... Regresan a la retronasal frutas amarillas con apuntes florales, sutilidad y opulencia, toques casi a salinas y un recuerdo de fruta al sol, rezumando azucar.... Es una delicada bebida en boca con mucho postgusto. Fabulosa.

 

 

Un magnífico descubrimiento de la mano de Aday, desde Lanzarote, con amistad.

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