Breve paseo, esta vez por Borgoña blanca.

Como continuación de nuestro breve paseo por la Borgoña negra, de magnífico recuerdo, la UEC tuvo a bien organizar una nueva cata en la que los protagonistas fueron los blancos elaborados con chardonnay en esta emblemática región. Aún cuando creemos que no alcanzo el nivel de la anterior debemos decir que la disfrutamos y que de nuevo César cumplió las elevadas expectativas que habíamos puesto en él.

Nos explicó César que las premisas con las que eligió los vinos fueron que representaran la zona de la que proceden, y que tuvieran una calidad razonable a buenos precios. Hasta un observador mediocre podrá comprobar que además los vinos están disponibles en La Tintorería, por lo que a su accesibilidad por precio se suma para los que vivimos en Madrid su disponibilidad geográfica.

El paseo, de norte a sur, nos fue brindando vinos cada vez más complejos, y lo que más nos gustó, muy marcados por el terruño. Vinos elaborados con la misma uva, reflejaban los lugares de los que procedía, aún cuando en ocasiones los productores se hayan esforzado en ocultarlo.

Estos fueron los vinos, y esto nos dijeron:

Domaine Manuel Olivier Bourgogne Aligoté Vieilles Vignes 2007. AOC Bourgogne Aligoté. (100% chardonnay). Un vino elaborado con uvas procedentes de viñas situadas a más de 400 metros de altitud. Nos comenta César que es el vino típico de chateo de la región. Se fermenta en tanques de acero inoxidable a temperatura controlada (16-18º) y la crianza se efectúa durante 16 meses en cuba sobre lías. De intensidad olfativa media baja, en nariz se muestra sencillo con abundancia de cítricos y algunas notas de flores blancas. En boca es fresco y de paso ligero, con un volumen algo escaso.

Domaine Corinne et Jean-Pierre Grossot Chablis Premier Cru Mont de Milieu 2007. AOC Chablis Premier Cru. (100% chardonnay). Uno de los descubrimientos de la cata, al día siguiente acompañó con holgura unas gambas, langostinos, y cigalas cocidos. La fermentación y crianza de este vino se efectúa en tanques de acero inoxidable. En nariz va aumentando la complejidad y la intensidad, se nos muestran aromas cítricos, y de fruta blanca de pepita (manzana ácida) junto con notas minerales (tiza). En boca se hace muy presente su frescura, con una acidez cítrica agradable, muy amplio, aunque de volumen medio. Su posgusto cítrico es muy persistente.

Domaine René Bouvier Marsannay Le Clos 2008. AOC Marsannay. (100% chardonnay). Este productor utiliza para la crianza barricas nuevas y poco usadas, y mucho nos tememos que esto es lo que ofrece este vino. En nariz dominan los aromas “maderosos” a vainilla, madera de cedro y ahumados, acompañados por algunas tímidas notas de flor blanca. En boca se muestra bien estructurado, con acidez media y buen volumen, pero su posgusto de cedro nos resultó algo molesto.

Domaine Méo-Cazumet Clos Saint-Philibert 2008. AOC Bourgogne Hautes-Côtes de Nuits.(100% chardonnay). La fermentación se realiza en barricas de roble con aproximadamente 30% de madera nueva. Nos temíamos que de nuevo fuera la protagonista, pero en esta ocasión se encontraba mucho mejor integrada. Apunta César que la mejor calidad de la uva aguanta mucho mejor el aporte de la madera, y realmente se nota. En nariz dominan los aromas cítricos y de fruta blanca carnosa (pera, manzana), acompañados por lácteos y notas ahumadas. En boca es muy fresco, con buen volumen, largo y bien estructurado. La madera como apuntábamos antes, bien integrada. Preferimos vinos de uncorte más clásico, pero esta no está nada mal.

Domaine Fernand et Laurent Pillot Chassagne-Montrachet 2007. AOC Chassagne-Montrachet. (100% chardonnay).  Crianza de 11 a 12 meses en barrica de roble francés, con un 25% de ellas de primer uso. En nariz aparecen tostados, aromas de manzana verde y de panadería (brioche).  En boca la madera está bastante presente. Tiene buen volumen y es graso. Su acidez es muy moderada.

Domaine Michel Lafarge Meursault 2008. AOC Meursault 2008. (100% chardonnay).  Uno de los vinos que más estábamos esperando y que definitivamente no nos decepcionó. En nariz se aprecian lácticos suaves, aromas de fruta blanca, y notas de panadería y de flor de manzanilla. En boca es un vino muy vertical, que se va haciendo sitio aumentando su volumen con un paso suave. Fresco y amplio, su posgusto cítrico permanece en boca. Apuntado queda para seguirlo de cerca.

Domaine   Romaric  et Hubert  Chavy-Chaouet  Pulligny-Montrachet  Les  Levrons  2009. AOC Pulligny-Montrachet. (100% chardonnay). Fermentado en barrica de roble francés de las que entre el 25% y el 50% son nuevas. Ya la etiqueta da pistas del corte moderno del vino. Se presenta bastante cerrado,  con la aireación van apareciendo aromas de manzana, cítricos y algunas notas de bollería y madera de cedro. En boca molestan algo las notas de madera, tiene un buen volumen y una persistencia cítrica media-larga. No nos convenció demasiado.

Domaine Jean-Marc Vincent Auxey-Duresses Blanc Les Hautes 2007. AOC Auxey-Duresses. (100% chardonnay). Fermentado en barrica de roble francés, de las cuales un 30-40% son nuevas. La nariz resulta algo molesta por la presencia de aromas de madera, que casi no permiten percibir otro tipo de aromas. La boca, sin embargo, resulta mucho más convincente, donde se muestra muy fresco, algo ligero, de paso suave y buena y agradable persistencia cítrica.

Domaine Leflaive Mâcon-Verzé 2009. AOC Bourgogne Blanc.  (100% chardonnay). Junto con Lafarge uno de los productores más esperados de esta cata, hace algún tiempo hemos probado su Pulligny y nos encantó. En nariz se muestra muy personal  con aromas de melocotón, flor blanca y unas sutiles notas de frutos secos tostados. En boca se mostró suave, con una acidez suficiente, vertical, y persistencia media con recuerdo de manzana madura. Quizás un vino algo sencillo, pero tremendamente disfrutable.

En fin, una cata en la que disfrutamos y aprendimos. Nos gustaron más, como era de esperar los vinos de elaboración más clásica, buen descubrimiento el del Chablis de Grossot, y también el vino de Meo-Cazumet. Este último nos demostró, una vez más, la necesidad de mantener una cierta amplitud de miras y no encorsetarse, salvo asumir el riesgo de perderse importantes ocasiones de disfrute.

Desde estas líneas nos gustaría animar a la UEC a no interrumpir esta línea de catas y seguir contando con César en el futuro para seguir profundizando en el fascinante mundo del borgoña. Tal vez una serie de catas de vinos de  los pueblos no estaría mal…