Diseño di Vino: un poco de diseño, un mucho de vino y un plus de ilusión
Ya les hemos comentado en anteriores ocasiones la admiración que profesamos hacia nuestros amigos del grupo de cata de Segovia por el tremendo y loable trabajo que hacen en pos de fomentar la cultura del vino, trabajo que se ve reflejado en diversas acciones como catas, exposiciones o un pequeño club de vinos, siempre poniendo una ilusión y unas ganas que terminan por contagiarse. Si a finales de mayo organizaron un completísimo homenaje a la gran dama blanca del Rhin, esta vez se trataba de una exposición dedicada a varios de los mejores productores de Castilla y León a través de una muestra multidisciplinar y de la presentación y cata de sus vinos, evento que tuvo lugar los dos primeros sábados de julio en ese extraordinario entorno que es el Palacio de Quintanar, un imponente edificio del siglo XV situado en pleno casco histórico segoviano y rehabilitado para fines culturales.
Nosotros estuvimos en la primera de esas jornadas que comenzamos con una comida en la Venta Magullo, un gran complejo hostelero situado a las afueras de la ciudad del Acueducto. Si bien al final hubo alguna baja, lo cierto es que fue una comida distendida en la que nos acompañaron bodegueros como Pepe Herrero de Herrero Bodega o Nacho León de Demencia de Autor. Por la mesa y además de un menú degustación de tintes mediterráneos, fueron pasando algunas botellas francamente interesantes como un fresco, delineado y estupendo Keller rielsing trocken 2010, uno de esos vinos para beber sin moderación y que confirma el enorme nivel de esta bodega en vinos secos, el que probablemente es nuestro “alvarinho” preferido, Dorado Superior 2005, la obra magna del amigo Marcial Dorado y un vino que envejece de maravilla, de hecho este 2005 se encuentra en un momento excepcional, mezclado unas dosis de frescura y complejidad que llegan a recordar a los mejores blancos centroeuropeos, siguiendo con la Bota de Manzanilla Nº32, que 9 meses después de la saca está comenzando a dar de sí todo lo que lleva dentro, estos vinos de Navazos tanto Macharnudo Alto como esta manzanilla, comienzan a expresarse más o menos al sexto mes de la saca y a partir de ahí no hacen más que crecer y crecer. ¿Dónde llegarán? Algo guardamos de la Bota Nº 2 y de la Nº 4 para comprobarlo en unos años, pero esta manzanilla está en un momento soberbio, pura expresión de la flor y de la mar, un vino siempre espectacular.
Tres magníficos tintos completaron la tanda, en primer lugar Peña Caballera 2010, una soberbia expresión de lo que es una garnacha de Gredos sobre suelos graníticos y que bajo nuestro punto de vista es uno de los mejores vinos de esta variedad que se elaboran en España, se trata de una garnacha fresca, en perfecta madurez, con un alcohol integrado, aromática y fácil de beber sin perder un ápice de prestancia, sin duda un gran vino. Después se abrió un Beryna 2004 que contaba con la particularidad de proceder de una partida destinada al mercado americano y que estaba en un perfecto momento de consumo, una muestra ideal de lo que entendemos debe ser la monastrell mediterránea, un vino equilibrado y accesible, armónico y disfrutable, para terminar con un mágnum de La Batalla de la Coliflor, ahora no recordamos si 2010 o 2011, un vino que nos pareció muy joven pero con maneras, nariz muy pura y sin disfraces y un paso por boca fresco y lineal, se dejaba beber de maravilla con la presa ibérica e incluso el foie del final, tres tintos francamente interesantes que reflejan perfectamente su terruño de origen y sus variedades y eso es lo mejor que se puede decir de un vino. Luego cada uno tiene sus preferencias, pero son tres vinos que no engañan, que dejan su huella de calidad.
Terminamos en la terraza con el fantástico Erre de Herrero Verdejo 2011, un vino que tampoco engaña en absoluto: es verdejo segoviana pura y dura, un auténtico placer, incluso Pepe experimentó con su vino y los distintos Gin Tonics que fuimos compartiendo, realizando combinaciones de lo más interesante, pero el tiempo iba transcurriendo y había que presentarse en la exposición, así que por allí acudimos. Ya había un importante número de personas cuando llegamos y antes pasamos a ver un poco lo que es la muestra en sí, diseñada por Giovanni Ferraro, comisario de exposiciones del palacio y realmente interesante tanto por su formato como por su contenido, fotografías, vídeos, botellas, un impecable trabajo en la presentación de los productores, en fin, puro diseño italiano. Además, cada productor disponía de sus mesas de cata para dar a probar sus vinos, catas que se desarrollaron en grupos en vez de una a una, lo cual mejoraba la comunicación entre bodegueros y asistentes, pero también ralentizó en exceso la muestra, terminando más tarde de lo previsto.
En esta primera jornada estaban presentes bodegas como La Horra con sus interesantes Corimbo, los Riberas de Roda, Alfredo Maestro con su excelente albillo Lovamor, uno de los mejores que hemos probado, además de su fresca garnacha tintorera Amanda, vinificada en rosado y su tinto Castrillo de Duero, todavía algo cerrado pero mostrando muy buenas maneras, Pepe Herrero con ese magnífico verdejo del que antes hemos hablado, Madai con sus interesantes godello y mencía sobre lías, Astrales con un Ribera de corte más moderno y poderoso, Nacho con su fresco Demencia 2008, Leyenda del Páramo con su imagen joven y jovial y unos vinos en consonancia, en fin, una serie de productores de la comunidad de Castilla y León escogidos con buen criterio. Además, tuvimos que echar una mano y presentar los vinos de Goyo García Viadero que no pudo estar presente en el evento y lo cierto es que teniendo en cuenta la dificultad que siempre supone el hecho de comentar unos vinos tras los que realmente no estamos, el público salió contento con su Valdeolmos y el Viñas de Anguix, unos Riberas con mucho carácter. Lo más importante de todo es echar una mano en estos casos y por buenos amigos siempre estamos dispuestos, aunque presentar no sea lo nuestro.
Las horas fueron pasando, los vinos cayendo, el jamón desapareció en un abrir y cerrar de ojos y la magia Segoviana en la Noche de la Luna Llena terminó por atraparnos. A pesar de que hacía un poco de fresco rematamos cenando en una terraza de la Plaza Mayor un día de buenos vinos y mejores amigos, que han conseguido con su trabajo e ilusión hacer presente la cultura del vino en la pequeña capital castellana. No pudimos asistir a la segunda jornada del pasado sábado con bodegas del nivel de Ossian, Hermanos Sastre, Vizcarra o Pago de Carraovejas, pero es que estábamos celebrando nuestro cumpleaños en un impresionante homenaje eno-gastronómico en El Bohío, uno de los más intensos que hayamos vivido jamás. Pero de eso les hablaremos en la próxima entrega, última ya antes de disfrutar de un merecido descanso estival.
Una vez más disfrutamos mucho por Segovia. Muchas gracias por vuestra dedicación y pasión por vino.
Un saludo,
Eugenio Sáenz de Miera Arnau
(EuSaenz)