Blog de Eugenio Saenz

Marqués de Riscal, dos siglos de grandes vinos

La semana pasada acudimos a una versión “light” de la impresionante cata del siglo XIX que Marqués de Riscal realizó hace poco tiempo y de la que adjuntamos a pie de página las crónicas de José Contreras y Juancho Asenjo, lecturas que recomendamos fehacientemente. La cata estuvo dirigida por Pedro Aznar, director técnico-comercial de la casa y tuvo lugar en la madrileña Bodega Santa Cecilia. Se cataron cuatro reservas de Marqués de Riscal y dos añadas del Barón de Chirel, el primer “vino de autor” de La Rioja y un vino que marcó un antes y un después en el devenir de la más importante de las DO nacionales.

La bodega es una de las más antiguas y tradicionales de la zona y data de 1858, cuando Don Guillermo Hurtado de Amézaga, Marqués de Riscal, comienza a trabajar con un enólogo francés en la Rioja Alavesa con técnicas y cepas importadas del país vecino. Pronto el trabajo comienza a dar sus frutos y sus vinos van recibiendo prestigiosos premios, entre ellos el diploma de honor en la Expo de Burdeos de 1895. A partir de aquí va surgiendo el mito de la bodega, que va expandiendo sus miras a otras zonas como Rueda o Toro y a otros vinos como el ya citado Barón de Chirel, que ve la luz en 1991 con la añada 86. Hoy en día, ha completado proyectos de la repercusión de la ciudad del vino y su fastuoso hotel, siendo sin duda adalides de ese fenómeno por explotar llamado turismo enológico.

La cata en sí puede quedar dividida en tres partes, la actualidad, la tradición y la experimentación. Repasemos por tanto cada una de ellas.

La actualidad

Marqués de Riscal Reserva 2005

Es el vino santo y seña de la casa, con una importante producción. Catamos la última añada en salir que es la 2005, una añada que está dando muchas alegrías en la zona y que sin duda atesora una gran calidad en general. Se trata de una mezcla de tempranillo (90%) y graciano/mazuelo (10%) que ha sido criada durante 26 meses en barricas de roble americano, además de un año más en botella antes de salir al mercado. Se trata de un vino correcto, con expresión frutal y balsámica, una fresca acidez en boca, un paso ligero y sabroso, y un final redondo y finamente tánico. Un vino que no deja de poseer una cierta identidad riojana y al que tampoco hay que ni mucho menos denostar, pues nos parece bastante correcto y representativo de su zona y más en los precios que se mueve. Aún así, encontramos una mayor identidad en su Gran Reserva, en especial en ese fabuloso 150 Aniversario del 2001.

La tradición

Siempre es un placer poder probar vinos viejos y ese era sin duda el gran atractivo de esta cata, máxime teniendo en cuenta que venían de bodega y que por tanto las garantías de conservación eran perfectas. Mucho hablamos sobre los vinos de antes y los de ahora y la principal reflexión es algo que ya sabíamos y que no hemos hecho sino recalcar: que aquello es historia y no volverá a repetirse. Las principales diferencias las encontramos primero en la viña, después en la elaboración y finalmente en la concepción.

Y es en la viña es donde se encuentran las principales diferencias. Se practicaba una viticultura más rudimentaria, menos intervencionista, los suelos eran más pobres, los clones eran menos productivos…en fin, que los rendimientos eran mínimos y por tanto la uva tenía una calidad muy superior. En cuanto a la vinificación, lo cierto es que se utilizaban maderas viejas y largas crianzas, por lo que los vinos salían al mercado a los ocho o diez años de la cosecha, teniendo en cuenta que además necesitaban de una serie de años más de descanso para poder ser consumidos. Esto da pie a la tercera razón, la concepción de un mercado que antaño toleraba y avalaba estas prácticas, pero que ahora serían sencillamente imposibles. Ahora se demandan vinos que ya estén listos para su consumo en cuanto salgan a la venta, con lo cual este tipo de conceptos comerciales del vino tendrían un hueco complicado en el actual mercado.

Marqués de Riscal Reserva 1956

Añada complicada con un ciclo vegetativo bastante corto, heladas primaverales y un verano fresco. Fue calificada por la DO como “buena”. Tiene 12,2º de alcohol, 2,8 de acidez (en sulfúrico)  y 3,7 de ph. Composición varietal de 75% tempranillo, 15% Cabernet, 5% Mazuelo y 5% Graciano. Crianza de 45 meses en barricas viejas. Los datos técnicos de los vinos de la época eran realmente esclarecedores, por el equilibrio que mostraban entre alcohol y acidez y que contrastan con los actuales. Se trata de un vino con mucho misterio, complejo, poco intenso, pero con muchas capas terciarias. Y en la boca está entero destacando su fantástica acidez y su final largo y armónico, donde nos muestra una gran nobleza. Posee todavía una importante carga tánica. Un vino muy elegante, para estudiarlo detenidamente.

Marqués de Riscal Reserva 1958

Añada más redonda que la anterior, con un ciclo vegetativo más largo y con un verano más cálido. Fue calificada por la DO como “excelente”. Tiene 11,5º de alcohol, 3,2 de acidez y 3,5 de ph. Composición varietal de 60% tempranillo, y 40% Cabernet. Crianza de 50 meses en barricas viejas. Gran vino. Es muy fino y suave en nariz, elegante y distinguido. Se advierten incluso ciertos toques frutales, con una portentosa acidez en boca y un final tremendamente redondo, con una todavía importante carga tánica. Persistente en boca, invita sin duda a seguir bebiendo, es un vino sorprendentemente fresco y encantadoramente elegante. Un magnífico Riscal de corte muy clásico y con todavía mucha vida por delante. Nos gustó incluso más que el 64, al menos en nariz. En boca, quizá este último se destacaba.

Marqués de Riscal Reserva 1964

Para muchos la gran añada del siglo XX tanto por cantidad como por calidad. Calificada como “excelente”. Tiene 12,2º de alcohol, 3,1 de acidez y 3,54 de ph. Composición varietal de 75% tempranillo, 23% cabernet y 2% viura. 48 meses de crianza en barricas viejas. Vino intenso en nariz, que muestra una importante reducción que requiere de aire para abrirse. Complejo y expresivo, muestra múltiples capas. En boca es donde se percibe su gran clase, siendo un vino poderoso y estructurado, con gran acidez y un final largo y sabroso, con una enorme fuerza tánica. Lo cierto es que los grandes riojas de esta mítica añada siguen todavía evolucionando en muchos casos y no sabemos dónde terminarán. No es el mejor 64 que hemos catado (quizá ese honor recae en el Viña Real), pero desde luego que podemos considerarlo como un grande.

Para la casa sus tres añadas legendarias son 1895, 1924 y 1945, estando estos 64 y 58 en un segundo plano de calidad, junto con algunas otras añadas como el 1925, hasta ahora la mejor botella de Riscal que hemos tenido el placer de degustar, y ojo, decimos botella porque como bien sabemos, con más de 30 años ya no hay grandes vinos, sino grandes botellas. A ver si algún día tenemos la gran suerte de toparnos con alguna botella de esas añadas prefiloxéricas, anteriores al 1900, cuyos registros eran, por lo visto, bastante diferentes.

La experimentación

En 1991 un nuevo vino salió al mercado e inauguró una nueva estirpe entre los de La Rioja, los llamados “vinos de autor”. Era el Barón de Chirel. A partir de aquí, han ido saliendo numerosos vinos de este tipo, y algunos de ellos han llegado a conseguir una fama y nivel mundial consagrados por los míticos 100 puntos de Wine Advocate, caso del Contador o de El Pisón. Pero el pionero de la estirpe fue sin duda Barón de Chirel. Se busca un tipo de vino más frutal, que base su producción en una uva de gran calidad, muchas veces de un solo viñedo y que además tenga igualmente una cierta dosis de identidad y una importante capacidad de guarda. Además, en el caso que nos ocupa, se trata de un vino solamente elaborado en las añadas que el productor considera más adecuadas y que además, lleva un importante porcentaje de sus magníficas cepas de Cabernet Sauvignon.

Barón de Chirel 1996

Tras dos añadas calificadas como excelentes, llegó esta que muchos consideran incluso superior a las anteriores, ya que resultó como un compendio de las dos. Su composición varietal es de 54% tempranillo y 46% cabernet y fue criado durante 26 meses en barrica de roble americano. Teníamos una cierta curiosidad por ver la evolución de este vino y lo cierto es que parece muy positiva. Ya va perdiendo fuerza primaria y nos muestra una cierta complejidad especiada en nariz, siendo todavía potente en boca, dejando muchos ahumados y minerales, pero con una buena acidez que todavía le otorga viveza. Un vino que probablemente no vaya a ser mucho más longevo, pero que sin duda da y seguirá dando alegrías a quien lo consuma.

Barón de Chirel 2005

Un vino que próximamente saldrá al mercado y que supone sin duda lo que el productor espera de él. Añada muy buena en la zona y que está dando grandes vinos. 80% de tempranillo y 20% de cabernet. Con 28 meses de crianza, pero ya un 66% en roble francés y un 33% en americano. La transición en maderas quedará completada en 2006, que será ya un 100% roble francés. El cambio de madera implica un cambio de estilo y vemos ya un vino exuberante, con toneladas de fruta de gran calidad, muchos balsámicos y tonos minerales. En boca está muy rico, estructurado, pleno, concentrado, pero siempre con esa acidez frutal. Un vino que está en pañales y que debe dejarse descansar pero que sin duda nos muestra una gran calidad, dejando a las claras que Marqués de Riscal continúa siendo un grande, continúa elaborando magníficos vinos y se sigue situando entre nuestros primeros nombres del sector.

Su legado está ahí, sus vinos y añadas históricas figuran entre los mejores de todos los tiempos, pero eso por desgracia se acabará algún día y lo que quedará es lo de ahora. Y, al menos de momento, lo de ahora continúa por la buena senda. Sigamos bebiendo.

(*) La fotografía del Hotel y viñedos es de la web de la bodega www.marquesderiscal.com

Un saludo,

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)

  1. #1

    Jose Contreras

    Felicidades por la cata y por el post. Sólo de recordar aquella en la que tuve suerte de participar, se me ponen los pelos de punta.

  2. #2

    EuSaenz

    en respuesta a Jose Contreras
    Ver mensaje de Jose Contreras

    Jeje, y mí después de leerte...

    Son catas para tenerlas en un hueco de la memoria para siempre, son vinos para la historia.

    Un saludo,
    Eugenio.


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