Rafael Veas y Bodegas Carrascas: Un proyecto pensando en el gusto del consumidor

Rafael Veas es el Director General de Agrícola Carrascas desde el 2017 tras aceptar la propuesta que le hace Jose Paya propietario de Bodegas Carrascas. Este ingeniero químico natural de Arcos de la Frontera y albaceteño de adopción, lleva más de 40 años trabajando en el mundo del vino del que nos comenta:

no he sido capaz de salir porque es un mundo que te embruja y que te encanta.

Y no podemos estar más de acuerdo con él.

Conozcamos más de este gran profesional y su nuevo proyecto a través de esta entrevista que nos regaló en el pasado diciembre.

Hay otras zonas en España que están haciendo trabajos tan interesantes como el vuestro con gran repercusión. ¿Crees que por el hecho de que vengáis de La Mancha muchas veces vuestro proyecto puede pasar más desapercibido?

No tenía que ser así, pero es que hay un concepto tan equivocado.

En realidad todo obedece a cosas muy concretas y es que durante tanto tiempo, si uno analiza la historia, en La Mancha se ha vivido durante muchísimo tiempo de producir vinos en los que se cuidó poco la elaboración, cosa que ha cambiado en los últimos 20 años muchísimo, pero se sigue trasladando al mercado un concepto que no tiene nada que ver con lo que hacemos unos pocos en proyectos como el nuestro. 

Al  final sabemos que España es una potencia en el mundo del vino y La Mancha es la mayor región vinícola del mundo. Pero lo que nosotros hacemos no tiene nada que ver con lo que se hace o se ha hecho en La Mancha, me refiero a lo que se ha hecho de manera mayoritaria.

A nivel comercial cambiar estos conceptos será complicado ¿no?

Claro cuesta trabajo, de hecho, desde el punto de vista comercial una de las grandes trabas que nosotros tenemos es precisamente nuestra geografía. Cuando voy a cualquier sitio, ya sea dentro de España o en cualquier otro mercado nunca empiezo a hablar de geografía, porque si hablas de ello, sobre todo en España, fuera de España no es tanto así, inmediatamente te están ubicando, etiquetando y te están diciendo... Bueno, vino de un euro, ¿no? Y eso es la antítesis de lo que nosotros hacemos.

La D.O. La Mancha decidió hace años entrar en lo que era su principal línea argumental, en hacer vino de elaboración sencilla, bien provista de fruta, cosecha temprana, con una relación precio-calidad buenísima y eso está muy bien y además está bien que haya un sitio en el mercado para ese tipo de productos.

Frente a proyectos de  gran volumen hay otros proyectos con otros objetivos, el vuestro encajaría entre estos últimos 

Sí, frente a esos proyectos de volumen, hay sitio en el mercado para este tipo de proyectos y lo que hacemos son vinos especiales, vinos de guarda, vinos con alto potencial cualitativo y hay gente que realmente son, digamos, consumidores que gustan de este tipo de cosas pero claro hay que conocerlas.

Rafael llegas a El Bonillo con una larga trayectoria profesional en bodegas de distintas zonas de España. Cuentanos como aterrizas en Bodegas Carrasca.

Yo empecé a trabajar en el mundo del vino nada más terminar la carrera. De los 40 años que llevo profesionalmente en este mundo enológico los primeros 20 años, como tengo formación científico-técnica, soy químico-industrial, los dediqué a lo que tiene que ver un poco con mi formación, dirección técnica, calidad y todo el tema de operaciones. Y los últimos 20 años los he desarrollado en dirección general de empresas. Y dentro de la dirección general de empresas siempre ligado a grandes grupos empresariales que contaban con bodegas en zonas muy diferentes de la geografía española como Osborne, con bodegas en Rioja, bodegas en Castilla la Mancha, bodegas también en Cataluña. Es decir, trabajando en empresas ligadas al mundo de Jerez pero no solo con el vino de Jerez.

A lo largo de mi vida he ido haciendo y trabajando en muchos proyectos, como la dirección General de una de las bodegas filiales de la Nueva Rumasa. Posteriormente una dirección general en Sanlúcar de Barrameda, en Bodegas  Argüeso y después de esto estuve tres años llevando a cabo labores de consultor de empresas. En aquel momento coincidí con la familia Paya que me pidieron que les hiciera un plan estratégico para la empresa y luego me pidieron la ejecución del mismo. Y esto me gusta, yo soy un hombre de empresa, me gusta coger un proyecto y liderarlo.

En el mundo del vino, y pasa a menudo, hay mucha gente con éxito en otros negocios que llegan al mundo del vino con distintos objetivos. En unos casos el objetivo es probar, en otros casos es desarrollar otra línea empresarial, pero tanto en un caso como en otro cuando empiezan a trabajar hay un momento en que dicen, -bueno.., ¿y ahora qué hacemos? Y se dan cuenta que no tienen el know-how suficiente como para saber qué hacer en este mundo, en este campo que no conocían a priori.

 

¿Qué es lo que tiene de atractivo para ti este proyecto que lideras?

Me gustó mucho que me invitaran a ejecutar el proyecto y la propuesta de José y Amelia Payá, porque en la etapa profesional en la que estoy no me apetecen proyectos cuantitativos donde hay que hacer grandes esfuerzos para avanzar muy poco, mi interés actual está en desarrollar proyectos como el de Bodegas Carrascas, proyectos cualitativos, con gran potencial, donde hay que conjugar bien muchos factores en todas las áreas del negocio para llegar a poner una marca en el mercado y para ello se necesita un gran trabajo y factores tan importantes como tiempo y equilibrio financiero.

Y yo en este proyecto lo que vi además fue algo muy importante y es que para hacer un gran vino tienes que partir de una gran uva. Y ese gran fruto no lo puedes conseguir en todos los sitios a pesar de que cuando hablas con cualquier bodega de distintas zonas de España los mensajes que lanza son bastante parecidos. Pero los que somos del vino, los que hemos echado los dientes en el vino sabemos que tiene que haber una gran fruta para hacer un gran vino y para ello tienen que darse unas condiciones determinadas que son las que se tienen en una zona como esta, a mil metros de altitud. Más ahora, en la época en la que estamos viviendo, en la que todo tiene que ver con el cambio climático, hay mucha gente que todavía no quiere creerse que estas cosas son así, pero la verdad es que está cambiando la agricultura entera.

Nos hablas de las características excepcionales de la zona en la que os encontráis que la hacen diferente a otras y que consiguen esa fruta tan particular, ¿cómo son estas condiciones?

Esta zona tiene unas condiciones envidiables, excepcionales, para producir una gran fruta. Y esa es la condición sine qua non para hacer un gran vino. Cuando la gente, haciendo una simplificación muy grande, dice: -el vino se hace en la viña-, no, en la viña no se hace vino, en la viña se obtiene fruta.

Tenemos que tener unas condiciones ambientales adecuadas y de todos los factores diferenciales que uno puede tener a la hora de elaborar un buen vino: clima, suelo y vid, el clima es fundamental, es el que se convierte en el factor diferencial. Y eso es lo que tenemos aquí.
A partir de ahí, teniendo esas condiciones naturales excepcionales hay que mimar esa gran fruta, tratarla con guante de seda y ser capaz en la bodega de sacar todo el provecho posible.

Como soy del mundo del vino, conocía la zona y conocía un poco también el germen que nace en los vinos de Pago con Carlos Falcó y Manuel Manzaneque.

Nosotros hemos tomado al testigo con fuerza para hacer vinos de alto posicionamiento, vinos pensando en los gustos que hay en el mercado. Hoy la gente se aleja un poquito de esos vinos con mucha estructura y buscan vinos elegantes, bien hechos, vinos que sean agradables de tomar.

El vino nunca tiene que ser el centro de nada, el centro siempre tienen que ser las personas, que se tienen que encontrar cómodas a la hora de probar y de catar vinos, vinos buenos y vinos que realmente te digan algo.

Hablando de vuestros vinos, estáis apostando por variedades foráneas en La Mancha  en un momento en el que la recuperación de variedades autóctonas  es  prioritario para muchos elaboradores, ¿es valentía, rebeldía, originalidad?

Sí. He tenido una experiencia esta semana en un salón al que hemos asistido. Te encuentras a gente que viene el lunes y cata tus productos y vuelve el martes  y dicen -de lo que he catado en el salón no he encontrado ningún blanco con el estilo, la fuerza y la elegancia que tienen los vuestros-.

Esto a mi me ayuda a reafirmarme que estamos trabajando en la buena dirección.

Soy consciente, al mismo tiempo, de que el mundo del vino es un mundo en el que el factor tiempo es fundamental. De hecho, en todas las reuniones que yo tengo del Consejo de Administración tengo que hablar un poco de estos temas. Aportar al accionista información relativa a todo ello y una vez que marcamos una estrategia es muy importante continuarla en el tiempo.

En el mundo del vino no debes dar bandazos tienes que ser persistente y seguir tu objetivo y no guiarte por modas. Yo he visto muchos proyectos en los que, de alguna forma, esos cambios de estrategia han terminado por perjudicar de una manera increíble esos proyectos hasta hacerlos desaparecer.

Yo creo que nosotros nos hemos centrado en una línea de productos en los que hemos pensado mucho en el consumidor.

En vuestro proyecto habéis colaborado con José Ramón Lisarrague  junto a Ignacio de Miguel que han trabajado en el viñedo y las variedades. De las aportaciones de todos cómo resulta el vino que habéis ofrecido a vuestros consumidores

Con nosotros han colaborado y siguen colaborando gente de primer nivel en el mundo de la enología y en el mundo de la viticultura, como José Ramón Lisarrague que en su momento diseño el viñedo e Ignacio de Miguel. Y a pesar de que en ocasiones no estábamos de acuerdo, alguno quería vinos con más estructura por ejemplo, hemos conseguido hacer vino sin pensar en nosotros, sino en ese consumidor ávido de recibir productos elegantes, agradables, que se puedan tomar bien, pero que además sean complejos, que puedan decirle cosas, que le puedan contar cosas. No solamente que tienen ahí solo un vino, si no que tienen un paisaje metido dentro de la botella. Tienen obras minerales, tienen tierra caliza, tienen monte bajo, tienen toda la fruta y te está transportando además a un lugar que en un año determinado has conocido, has viajado por él y te está contando cosas también de quién lo hace y de las características propias de una familia que maneja los negocios con un concepto determinado.

Es decir, el vino habla de todo eso y yo creo que eso es realmente lo bonito y lo interesante.

Rafael veo  por tus comentarios que la Propiedad te deja hacer, que es muy importante, que tengas esa cuota de creatividad y de marcar por dónde queréis ir.

Si no me dejaran, te lo digo claramente, si no me dejaran, no estaría. A mí lo que me satisface de este proyecto es la oportunidad de crear cosas y de profundizar en temas en los que no estoy tratando de hacer una investigación, estoy tratando de poner en valor algo que he aprendido a lo largo de mucho tiempo sabiendo y respetando tendencias, gustos, etc. Cuando tú hablas con personas que de alguna manera se han enfocado a lo largo de toda su vida profesional en un solo aspecto del negocio, por ejemplo, si tú hablas con enólogos te hablan del vino, si hablas con comerciales te hablan de precios, si hablas con gente de marketing de mercados,  etc., estas personas te hablan de lo que ellos conocen, de su especialización, pero yo he tenido la oportunidad a lo largo de toda mi vida profesional de tener una visión global, una visión holística del negocio. De manera que si hablas con un enólogo y te dice yo tengo un producto excepcional pero no hay un consumidor excepcional pues no tienes nada. Y si tengo un consumidor excepcional pero estoy dando un mal producto, tampoco tengo nada.

Con Bodegas Carrasca tengo esa oportunidad de poner en valor y de que escuchen y me dejen hacer, evidentemente, sabiendo que estamos defendiendo un proyecto empresarial, ojo, nunca se puede perder de vista eso, porque yo no conozco a ningún empresario que le guste perder dinero. Lo importante es entender lo que es cada negocio. Y si este negocio necesita tiempo, desde el punto de vista de la Propiedad tiene que entenderse que eso debe ser así.

Es decir, en nuestro caso, nuestro grupo, no están pensando en hacerse rico con el mundo del vino, pero sí que es verdad que es un proyecto que está avanzando y que se autogestiona, que de alguna manera tiene un apoyo de un grupo detrás y también es un factor sinérgico para otras líneas de negocio

¿Cuál sería tu objetivo mirando la bodega dentro de 10 años, donde quieres que esté?

En esta bodega el objetivo debe ser elaborar una marca que pueda ser reconocida en el mercado por elaborar unos vinos y que esos vinos estén dentro de las preferencias de aquellos consumidores que quieran probar buenos vinos. Es decir, que sea una marca reconocida por elaborar unos vinos de calidad y en el top de los vinos de España.

Porque en nuestro país, todos los vinos de Rioja son excepcionales? pues no, el 90% de los vinos de Rioja son vinos bastante estándares. De la misma manera que si hablamos del vino de Burdeos como algo excepcional diremos que no, el 90-95% es un vino bastante estándar y ese 10% restante es un vino maravilloso.

Pues lo que yo quiero es que estemos a la altura de vinos sobresalientesy, de hecho, estoy convencido de que es así porque he catado mucho vino a lo largo de mi vida profesional, 

Esos vinos sobresalientes que hacemos tenemos que hacerlos llegar al consumidor para que los aprecien y en ello estamos.

¿Cómo veis el futuro en exportación?

En nuestro proyecto tenemos vocación internacional. Y si hoy, porque somos jóvenes todavía en el mercado, tenemos más presencia en el mercado interior en diez años el peso estará en el mercado exterior. Y cuando digo el peso, no sé si decir que el 70% sea el mercado exterior pero no pensando en estar en el mundo, porque yo cuando escucho decir a una bodega estoy en 120 países siempre se me viene a la mente, - y no lo digo por pudor y por prudencia- has enviado muestras a 130 países y estás en cuatro. Pero es que después de 40 años te puedes imaginar lo que yo he vivido.

El mercado de interés hoy para nosotros es Estados Unidos, Centro Europa es decir, Suiza, Bélgica, un poquito de Holanda, un poquito de Alemania, pero Centro Europa y Asia-Pacífico, con Japón que es muy interesante. Todo el mundo quiere estar en China, pero ahora mismo para nosotros el foco no es ese. Quiero estar reconocido en los países donde hay buenos consumidores capaces de apreciar buenos productos y que podamos estar ahí entre las preferencias de aquellos consumidores que quieran probar grandes vinos.

 

Por último Rafael, ¿cómo de dulce crees que es el momento que está viviendo el vino español? O igual no es dulce y es más bien amargo.

Vamos a ver, yo creo que tenemos que hacer un gran trabajo desde el punto de vista de mercado. Como llevo tantos años en el mundo del vino he visto la evolución positiva que ha habido desde el punto de vista cualitativo. Yo creo que en España hacemos unos vinos excepcionales, tenemos unos productos con lo que podemos competir entre los mejores del mundo, pero sin embargo, desde el punto de vista del mercado, estamos todavía muy por detrás.

Tenemos que hacer más inversiones en comercialización y en marketing. Esto no solo pasa en el mundo del vino pasa también en otro mercado alimentario cómo el aceite que podríamos decir algo parecido. Pero en el mundo del vino tenemos que avanzar más y sobre todo hay una asignatura pendiente en la que yo creo que se tiene que profundizar y es vender los vinos más caros. De hecho, en nuestro proyecto, es verdad que debido a nuestro tamaño sería absurdo pensar lo contrario pero veo proyectos como el nuestro que tienen líneas estándares.

Es decir, ¿qué hace una bodega como la nuestra o del tamaño de la nuestra haciendo vinos estándares vendiéndo las botellas a tres o cuatro euros? Nosotros hemos decidido no hacerlo. Empezamos utilizando la terminología internacional en líneas premium, superpremium, líneas top, en el nivel de precios de productos como los nuestros, tratando de estar en el mercado con un buen posicionamiento porque los vinos tenemos que hacerlos para que luego pueda haber alguien que además de que los quiera disfrutar lo tiene que poder pagar.

Nosotros no entramos en el juego de vinos de dos, tres, cuatro euros, aunque eso te dé volumen de negocio. Ese no es el objetivo. Y yo creo que de manera general en España tenemos que avanzar en esto y poner nuestros vinos en valor y más caros. Tenemos que saber vender mejor lo que hacemos, que lo hacemos muy bien pero lo vendemos mal, con escasas excepciones.

¿Esos son los complejos que llevamos arrastrando históricamente no?

Sí, sí. Pues ahí es donde yo creo que tenemos que insistir mucho. Y una cosa que es muy importante Esther, tenemos que creernos de verdad lo que hacemos. Y si tú realmente no tienes la capacidad de transmitir aquello que haces y en lo que crees entonces no haces nada, En el momento en que tú sales a pecho descubierto, no contando historias, sino contando realmente lo que haces y cómo lo haces y por qué lo haces es así que se consigue llegar lejos.

Rafael, nos comentó también que conoce a Verema desde los inicios, cuando era un foro y él era Director Técnico de Osborne y desde entonces nos siguey esto nos llenó de alegría.

Y nosotros seguiremos muy de cerca los vinos que elabora Bodegas Carrasca que son pura poesía:

El tomillo y el viento bailan
Y solo cuando el río calla.
La torpe avutarda descansa.
Al cobijo de una gran sabina.
Una sombra de ciervo avanza.
Mientras cubre la luz tardía.