Cavas a la luz de una luna casi llena y cena en el Cranc
Siguiendo la tradición de todos los años, un grupo de amigos nos reunimos en Altea a celebrar un nuevo verano. Elegimos la mejor noche: una noche con una luna admirable, que no pudimos coincidir con luna llena, pero casi, y cenamos en El Cranc (La Olla de Altea) y a continuación nos lanzamos a la playa a seguir con un “botellón” de cavas. Y lo pasamos estupendamente.
¿Qué decir de El Cranc?. Es un chiringuito al lado de la playa con una carta con productos frescos y de calidad. Un lugar recomendable si te gusta el pescado. Pregunta lo que tienen fuera de la carta, ya que a veces disponen de género especial. Atención, no es un chiringuito económico; pero su situación es destacable, pegado al mar. Y el servicio atento.
Nosotros nos acercamos a cenar aquí cumpliendo nuestro rito anual. Nos encanta coger la carta y degustar todo lo que nos apetece.
Este sábado nos pedimos entradas diversas:
Sepionets en su tinta: insuperables; albóndigas de calamar: imprescindibles; ensaladas a base de medios tomates con anchoas de bota, pepinos y cebolletas: típico del restaurante, muy buenos; verduras asadas con bacalao: ricas, mas presentadas en pequeña ración.
Y cerramos con dos grandes pescados a compartir con todo el grupo: un gallopedro y una lubina que nos prepararon en rustidera y plancha: muy buenos. Muy bien cocinados, pescados muy frescos y de textura exquisita.
Regamos todo esto con vinos blancos. Pedimos dos referencias de 2011: Enate 234 y un albariño, que disfrutamos con toda la comida.
Yo destacaría el Enate 2-3-4, un vino donde predominan las notas suaves, con presencia de aromas de piña y pomelo. Notas cítricas, y no tan suave como esperaba. Buen recorrido en boca, buena acidez.. Un vino estupendo.
Al acabar en el restaurante cogimos la nevera con los cavas y nos fuimos andando hacia la playa, acercándonos a la orilla del mar. La luna estaba brillando allá arriba, testigo de nuestro “botellón”. Elegimos siempre una noche con luna llena o en este caso, casi llena. Nos hacía una
noche estupenda y aprovechamos para departir de lo divino y lo humano ala vez que disfrutábamos de buenos cavas en copas de plástico (tristemente, cierto, que no pueda acompañarnos una buena copa de cristal, pero no hay otra).
¿Y qué espumosos bebimos?.
Juve y Camps Reserva de la familia 2007, un cava redondo y afrutado, en su punto.
Durán Gran Reserva Brut 2007. Un cava especial, con unas notas sabrosas de frutos secos y tostados muy agradable.
Champagne Veuve Pelletier and Fils Brut. Un champagne elaborado correctamente muy grato en el paso por boca, elegante.
Tamtum Ergo Pinot Noir 2009. Un cava rosado que seguimos desde hace años y que anualmente nos sorprende por su frescura y suavidad.
Fue una noche genial; disfrutamos de la velada y acabamos muy tarde.
Hasta la próxima, amigos!
2011, Alberto Bermejo
Grupo de cata Mediterráneo
http://www.catamediterraneo.es