Jameson Distillery: la esencia del whisky irlandés
John Jameson's, una leyenda viva.
La licorería John Jameson's Dublin fue fundada en 1780, dirigida por la familia por el lema “Sine Metu”, que significa sin miedo. A día de hoy, esas palabras aparecen en todas las botellas de whisky irlandés. En la licorería original, situada al lado de Smithfield Market, Jameson usó buena agua, buscó excelentes cepas de cebada y barriles de alta calidad y creyó que el whisky debería madurar en sótanos húmedos y fríos. Eventualmente, construyó almacenes mas grandes que capturaban el agua de lluvia para recrear tales condiciones, y en 1890 el whisky irlandés se había convertido en uno de los whiskys mas populares del mundo.
Mas tarde, debido a la Prohibición en Estados Unidos (Ley Seca), y las consecuentes e insufribles tarifas arancelarias en Inglaterra, hubo un descenso en el mercado que llevó a la caída de muchas de las compañías de whisky irlandesas y además, a la formación del Irish Distillers Group.
En 1971, la licorería Jameson's Bow Street detuvo sus operaciones y toda la producción fue trasladada a la licorería Midleton en Cork.
Entre bastidores en la destilería Jameson con el maestro licorero Barry Crockett.
En Dublin, los tours en la destilería Bow Street en Smithfield Village continúan hoy en día, retomando el legado y orgullo de la herencia del whisky irlandés. Los visitantes pueden ver un corto documental, hacer el tour y disfrutar tanto de la sala de degustaciones como del restaurante. El edificio de la licorería es también el escenario para eventos especiales incluyendo la Jameson Global Party en St. Patrick's Day.
Fuimos entre bastidores en los tours de degustación en Jameson Experience en Cork para conocer el equipo principal. Los pasos que hay detrás del suministro y reparación de barricas fue presentado en el taller de toneleros, revelando un proceso que conecta perfectas piezas de roble cortadas de forma precisa de acuerdo con los anillos de madera, técnica que se ha mantenido intocable a lo largo de los años.
Conocimos al actual maestro licorero Barry Crockett, que hizo de aprendiz a las ordenes de su padre, el maestro licorero Max Crockett, para aprender el antiguo comercio. Durante la comida con el hijo de los Crockett en su casa de la infancia, aprendimos sobre el proceso de triple destilación que Jameson ha perfeccionado desde 1790, así como el periodo de envejecimiento de cinco años para un solo alambique y mezclas de grano de whisky.
Desde el principio, “Jameson ha estado usando el mismo tipo de material y métodos, pero el producto que se hace hoy es mas limpio, mas refinado y mas dulce que ha sido posible con el viejo equipo de finales de siglo XVIII” dice Crockett. “Con un mayor nivel de control con el equipo moderno podemos conseguir un licor de mejor calidad”.
“El whisky irlandés ha sido siempre diferente al escocés”, dice Crockett. “El hecho es que lo diferencia es la técnica de producción, que es parte de lo que hacemos. El uso de altas proporciones de cebada, recolectada localmente, le proporciona un sabor único al whisky. La cebada en mi opinión le da un aroma parecido a manzana, pera o melocotón. Podéis encontrarlo mucho en todos los whiskys irlandeses. Eso también le da un efecto suave e incluso pomposo que se presta a un regusto mas suave y dulce”.
Hay una sección de la cabaña siendo transformada para un mostrar un mejor escaparate de la historia de la marca. “Jameson tiene una fuerte historia en términos de herencia e imagen, tal imagen consiguiendo nuestros logros todos juntos para exhibirla” dice Crockett. “Sabemos cuando la gente viene aquí. El aspecto principal es entender por qué es un whisky popular en primer lugar”.
Mientras que Jameson se centra principalmente en despachar pedidos, la responsabilidad principal de Crockett reside en desarrollar alambiques de origen singular. “Estos indudablemente le muestran al consumidor que el whisky irlandés no es solo Jameson, sino que es también capaz de presentar una alta gama de sabores con diferentes características” explica. “Creemos que el origen singular del alambique será para el whisky irlandés lo que el concepto de la malta hizo por Escocia”. Crockett dice que su objetivo es lanzar de uno a dos alambiques de whisky cada año.
Nuestro tour concluyó en los almacenes Jameson, donde hasta 36,000 barriles son almacenados en filas de palés. Cuando le preguntamos que querría beber si estuviese en una isla desierta, Crockett respondió: “Jameson de 18 años”.
