Garnachas innovadoras.
Uno de los sitios que tenemos muy en cuenta a la hora de elegir entre la vasta oferta de catas que mensualmente se programan en Madrid es La Tintorería. Muy didácticas, distendidas y siempre con algunos vinos de excelente calidad. La cata de garnachas de nuevo cuño de febrero respondió perfectamente a todos estos parámetros, aderezada además por el “factor Flequi” que siempre añade un plus de divertimento.
La cata comenzó con cuatro muestras de barricas sin tratamiento sulfuroso procedentes de parcelas diferentes de lo que serán los vinos Ziries 2010 y Navaleguas 2010. Según nos informó Flequi el Ziries sale de la parcela que cada año tiene mejores características. Las muestras venían acompañadas por unos botes que contenían tierra de las parcelas correspondientes. Como no podíamos desplazar la cata a la viña, Flequi nos trajo un poco de “viña” para ilustrar la cata.
Aún cuando las muestras no habían finalizado la fermentación maloláctica, no fue nada difícil percibir las características que las diferenciaban tanto en nariz como en boca. Matices que procedían de las viñas (de diferentes edades) y de los terrenos, ya que los métodos de vinificación son idénticos. Oler el terreno, antes de catar el vino nos ilustró el concepto de mineralidad ya que pudimos apreciar como notas de los aromas percibidos eran identificables tanto en los aromas del vino, como en la boca. Todo ello gracias a un procedimiento de vinificación respetuoso con la uva, realizado con levaduras indígenas y sin excesos de madera.
Pasamos a los vinos que constituían el grueso de la cata , y que mantuvieron un nivel elevado, siendo cada uno de ellos muy representativo de su zona de procedencia.
Jardín del Lúculo 2006 (DO. Navarra). Seis meses de crianza en barrica de roble francés. En el ribete mostró ciertos síntomas de evolución que después se confirmaron. Nariz muy floral y mineral, con matices iniciales de violetas y tierra mojada que escondían notas animales. En boca en boca tenía un paso ligero, con una acidez suficiente y bien compensada por la fruta. Flequi lo calificó como un vino de sed, y ciertamente se bebe fácil e invita a seguir bebiéndolo.
Cifras 2008 (DOC. Rioja). Crianza en huevos de hormigón. Nariz algo punzante pero nítida, en la que predomina la fruta fresca con recuerdos de fresa ácida y golosinas, acompañada de alguna nota mineral. En boca es fresco, volviendo en retronasal las gominolas. Buen volumen. Casi goloso.
Navaherreros 2008 (DO. Vinos de Madrid). Un viejo conocido del que resulta difícil creer que esté macerando durante 55 días, mostrando una capa sorprendentemente baja. En principio destacan los aromas animales, que se disipan con la aireación pasando a notas vegetales (hierba verde) que evolucionan hacia fruta fresca (frambuesa) y mineral (grafito). En boca es amplio, con paso suave. Muy buen estructura en la que se combina una acidez pronunciada con fruta ducle, dejando un posgusto algo goloso.
Ziries 2008. (Garnacha de los Montes de Toledo) El vino de Sonia y Flequi lo venimos siguiendo desde hace algún tiempo y es patente la evolución positiva que están consiguiendo. El vino se presenta cerrado, con marcados aromas animales, para dejar paso a olores muy florales (lavanda y violetas) que recuerdan francamente la cuarta parcela de la “precata”. En boca presenta taninos aún algo ásperos y amargosos, pero compensados por la fruta, con buen volumen y persistencia.
Pegaso Granito 2007. (VT Castilla y León). Crianza de doce a catorce meses de barrica. El aroma es fresco, con matices frutales entre los que destaca la fresa, y con notas muy minerales. En boca tiene una entrada suave, golosa. Un vino muy vertical, que va creciendo en la boca, con taninos elegantes, que deja un posgusto ligeramente herbáceo.
Pignan 2005. (AOC. Chateauneuf du Pape). Destaca su aroma a lavanda, mezclado con hierba verde y matices balsámicos (hinojo, menta). De la nariz de este vino se podría escribir un libro. Estuvo en continua evolución durante toda la cata pasando posteriormente a frutas en licor, cáscara de naranja, una pequeña joya… En boca se muestra muy bien integrado, suave, dejando un retrogusto balsámico y ligeramente amargo muy característico.
Después de catar esta maravilla nos dimos cuenta de la intención con que se eligieron los vinos que claramente tienen en este Chateauneuf su referencia, aunque estén la mayoría aún a cierta distancia. Finalizamos la cata con un más que correcto Navaleguas 2009, que no consiguió oscurecer al magnífico Pignan, como por otra parte era de esperar.
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en respuesta a Vvidlan Ver mensaje de Vvidlan Aqui no llegamos a tiempo para meter comentario de la garnacha que está haciendo Alfredo, aunque siendo prudentes y no saber si al final va a salir al mercado o no, mejor no adelantar acontecimientos.
Superior la garnacha centenaria de aqui el amigo.
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