Blog de Eugenio Saenz

La parcela de la iglesia

No, por favor, hoy no vamos a habar de ni cuestiones urbanísticas ni de asuntos eclesiásticos, simplemente comentar que el título de este articulo es la transcripción al castellano del vocablo alemán Kirchenstück, que además hace referencia al que probablemente es el mejor viñedo del Palatinado, una de las zonas más importantes de la Alemania vinícola.

Se trata de un pequeño viñedo situado junto a la iglesia del pueblo de Forst, de ahí el nombre que lo identifica. Los suelos son de origen volcánico debido a la erupción de un antiguo volcán en la zona, que dejo una capa basáltica que identifica la composición edafológica. Este viñedo cuenta con varios propietarios, pero la mejor parcela es la que explota Dr. Bürklin-Wolf, con un total de 0,54 has, por cierto cultivadas en biodinámica desde 2005.

Weingut Dr. Bürklin-Wolf es con toda probabilidad la propiedad más importante del Palatinado y una de las más prestigiosas de Alemania. Con ya varios siglos de historia por detrás, cuenta actualmente con una gama de vinos y viñedos de la máxima calidad y variedad, entre ellos los principales nombres de la zona. Y sin lugar a dudas, Kirchenstück es su vino más prestigioso y de mayor calidad.

Pero hoy no es el momento de hablar del Palatinado, ni de Bürklin-Wolf en general, sino de Kirchenstück en particular. Hace unos días participamos en una antológica vertical de este vino, presidida por la cabeza visible de la bodega, Bettina Bürklin y por Michael Wöhr, importador de sus vinos en España, y organizada con la profesionalidad habitual por los amigos de Vinialia. La cata tuvo lugar en el restaurante Peixample, situado en plena Diagonal barcelonesa y consistió en una vertical de 8 añadas del GG seco del viñedo y en un almuerzo con otros vinos del productor, para comparar los estilos de los diferentes vinos y viñedos. Hubo además dos sorpresas dulces de la máxima exclusividad y calidad, que casi merecen un capitulo aparte.

VERTICAL KIRCHENSTÜCK GG
2007

Añada de gran equilibrio en la zona, excelente en especial para los vinos secos. Para Bettina es el mejor Kirchenstück elaborado hasta la fecha. Y pensamos que no va mal desencaminada, a pesar de que habrá que seguir su evolución. Es un vino ahora joven, muy primario y directo, pero al que se le advierte una calidad de materia y una estructura realmente impresionantes. Es un vino al que indudablemente hay que dejar descansar en la botella para que vaya desarrollando todo lo que tiene dentro. De momento notamos un vino delineado, profundo y delicado, con un poderoso armazón que le define. Nuestra recomendación sin duda guardar, esta añada será grande.

2006

Añada complicada por las lluvias y el granizo que asolaron la zona en tiempos de vendimia. Hubo quien vendimió antes y quien aguantó y por tanto muchas veces la suerte es la que decidió el futuro de los vinos. En el caso de este productor, los vinos GG resultaron muy dañados por los meteoros y este en concreto sufre con respecto a otras añadas. Se le nota mas maduro en nariz, con menos matices minerales y con un final de boca falto de equilibrio, con unos toques amargosos finales algo puntiagudos. Por tanto pensamos que esta es una añada a evitar en este vino.

2005

Esta es una añada importante en toda Alemania, además con el añadido de que lo fue tanto para vinos dulces como para vinos secos. Fue una añada más bien cálida. Vamos ya percibiendo notas de un vino con más tiempo en botella, por tanto ya advertimos los toques de hidrocarburos y especias. Se trata de vino muy equilibrado, con toques maduros y a la vez frescos y minerales, con el atractivo que va otorgando el tiempo. Todavía esta joven, pero ya puede comenzar a disfrutarse. Magnifico vino.

2004

Fue sin duda un año complicado debido básicamente al hecho de que las plantas acusaron el calor y la tremenda sequedad del 2003, completado además con un 2004 más bien fresco y seco. Es una añada de calidades irregulares y se alternan vinos interesantes con otros que no lo son tanto. Y quizá este Kirchenstück se encuentra entre los segundos. Se le advierten unos toques de oxidación en nariz y una menor expresividad que en otras añadas, algo que en boca consigue disimular mucho mejor, con una acidez muy lineal, aunque termina por quedarse algo corto en posgusto. No parece por tanto una añada para recomendar en este vino.

2003

Como bien sabemos esta fue la añada de la gran canícula en Europa. Y pese a que por norma general no somos muy defensores de este tipo de añadas en estos vinos, debemos reconocer que ahora mismo, lo que tenemos en la copa es un vino de muy buena calidad. Es un vino opulento y graso, de carácter maduro, muy expresivo en nariz, y que mantiene todavía una acidez más que digna en boca, algo que sin duda equilibra el conjunto otorgándole un importante peso. Muy buen vino sin duda, algo que confirmamos con la cata posterior del Jesuitengarten 2003. Probablemente seguiremos evitando las añadas tan cálidas en las compras de estos vinos, pero hay que reconocer que estos dos son magníficos y dignos de ser catados.

2002

Añada de calidad, de ciclo de maduración perfecto, con mucha regularidad. Puede que no mejor ni peor que otras como 2001 o 1998, pero la evolución de este vino esta siendo sencillamente arrolladora. Aquí hay notas de vino ya maduro, complejidad, prestancia, profundidad, todo ello acompañado con una fuerza en boca que sorprende, ya que además finaliza con un equilibrio y una delicadeza que invitan a seguir disfrutando de su compañía. Un verdadero vinazo, sin duda el mejor de la cata. Algunos señalaban también al 2001, pero en nuestra opinión este 2002 esta un paso por delante por su complejidad y delineación. Muy grande, sin duda el mas recomendable de todos, además con la ventaja de que ya puede consumirse.

2001

Añada de referencia en toda Alemania, de gran calidad media y que proporcionó excelentes vinos secos en la zona. Y si bien, y en nuestra opinión, no ha evolucionado con la grandeza de 2002, es justo reconocer la gran calidad de este vino. Con un gran equilibrio entre notas maduras y frescas, con mucha expresión mineral, estructurado y de final realmente evocador, se trata de una magnifica expresión de este gran viñedo, de un vino de esos que hay que buscar, pero que sin duda tiene mucho y bueno que decir. Muy delicado y armónico.

1998

Otra excelente añada en la zona tanto para vinos secos como para dulces. Pero el vino nos dio algo menos de lo que esperábamos de el, en especial tras lo que nos impresionó hace un tiempo el Hermmanshöhle de la misma añada. Mantiene un gran equilibrio con notas complejas en nariz y se muestra todavía muy vivo en boca con una acidez integrada y presente. Pero no sé, quizá le falta esa grandeza con la que ha evolucionado el 2002 o esa expresión de terroir que nos muestra el 2001. Muy bueno, quede claro, pero inferior a otras añadas, al menos en este momento.

La principal conclusión que sacamos tras la cata es que es un vino con mucha permeabilidad a la añada, que acusa en exceso las diferencias entre estas. En años flojos como 2006 o 2004 la calidad se ve afectada y en otros más importantes como 98 la evolución no ha sido la esperada. Solo magnificas añadas como 2007, 2005 o 2001 muestran la calidad que esperamos, además de las dos sorpresas, un 2003 sorprendentemente fresco y equilibrado y un 2002 realmente grande. A la hora de la verdad nos pensaríamos si comprarlo, ya que el precio de estos vinos es el más alto entre los de su clase y ahí sufre para nuestro gusto con el Hermannshöhle de Dönnhoff o incluso con el Jesutengarten del propio Bürklin. Aun así, la calidad de este vino y de este viñedo se hace patente y su profundidad aromática y prestancia en boca son únicas. Hablamos indudablemente de uno de los grandes riesling secos del mundo, o lo que es lo mismo, de uno de los mejores vinos blancos secos que existen. Nuestro consejo: busquen ese 2002 o guarden ese 2007.


ALMUERZO

Una vez finalizada la cata comenzó un almuerzo regado con otros vinos del productor, pertenecientes a sus otros GG más conocidos. Pero antes del almuerzo en sí, pudimos degustar el que sin duda y en nuestra opinión, fue el mejor vino de la jornada:

Kirchenstück Auslese 1971

Una rareza. Con tan solo 62 g/l de azúcar residual además de los años de botella, se trata de un vino casi perfectamente seco, lo cual le hacia ideal como un sofisticado aperitivo. De tonos ambarinos pero manteniendo una gran limpieza, es tremendamente complejo en nariz donde asoman los aromas de la reducción en botella. La complejidad de este vino es sublime así como su equilibrio en boca, donde muestra una fina acidez y unas sensaciones de frutas maduras en el final llenas de encanto y categoría. Un Auslese maduro con todas las de la ley, enorme, muy grande. Uno de esos vinos que no se olvidan. Como siempre en estos vinos tan viejos suele haber variabilidad entre botellas y además la nuestra resultó especialmente destacable. Un lujo haber podido disfrutar de este vino, sin duda uno de los mejores del año.

Tosta de tomate y cebolla caramelizada con langostino de La Rápita.
Gaisböhl 2001

Comenzamos con esta tosta que, a pesar de un exceso en la cantidad de cebolla, estaba sabrosa y equilibrada. La calidad del marisco, fuera de toda duda. Acompañamos con un Gaisböhl 2001, un vino procedente del viñedo homónimo, un GG de 5,7 has, monopole de la bodega y de suelos areniscos, situado en el pueblo de Ruppertsberg. Ya con 8 años podemos considerar que este vino ha llegado a su plenitud e incluso que ya va iniciando su declive. Todavía mantiene su grado de acidez y de equilibrio, pero ya va dando muestras de cansancio sobre todo en nariz donde ya se revela un poco apagado. En cualquier caso, un buen ejemplo de riesling maduro con calidad, que languidece ante sus prestigiosos compañeros de cata.

Calçots asados con berenjena y provolone
Jesuitengarten #63 2003

Ricos estos calçots, sin duda. Y para acompañarlos, un extraordinario vino, quizá la sorpresa de la cata. Jesuitengarten es otro viñedo basáltico de Forst, del cual Bürklin-Wolf posee algo más de media hectárea. Hablamos por tanto de otro de los grandes viñedos que explota. Este 2003 es realmente un vinazo, expresivo, poderoso, profundo y lleno de matices en nariz, pero ofreciendo un soberbio equilibrio en boca, ya que aparece por una parte el peso de un vino maduro y por otra la frescura y la mineralidad. Un vino que da la impresión de encontrase en un momento ideal de consumo, de estar pasado por una fase realmente dulce. Teniendo en cuenta su precio, sensiblemente inferior a Kirchenstück, esta es una compra perfecta. Lo dicho, la sorpresa de la cata.

Presa ibérica con puré de patatas
Pechstein 1999

Muy bien preparada esta presa ibérica, de textura mantecosa y con el punto perfectamente logrado. Se le acompañó con otro de los vinos procedentes de la parte basáltica de Forst, Pechstein, del cual la casa posee algo mas de 1,5 has. Sus vinos suelen ser serios y estructurados, de lenta evolución. Y este 99 se muestra en efecto monolítico, cerrado, serio, con muchas cosas que decir, eso sí, es uno de esos vinos que hay que ir a buscar, es un vino tímido que necesita largos diálogos para soltarse. Muy mineral, de acusada acidez, con un largo final de recuerdos pétreos y especiados. Un vino que no es fácil de comprender, pero que sin duda nos muestra toda la esencia de este mágico viñedo. Otro vino muy a tener en cuenta. ¡Y que buena armonía con la presa!

Rodaballo salvaje con arroz
Kirchenstück 2002

Curiosamente se nos sacó el pescado posteriormente a la carne y consistió en un sabroso rodaballo salvaje acompañado con un perfumado arroz. ¿El vino? Pues repetimos, el mejor de los Kirchenstück, el 2002. Sobran más palabras.

Copa de helado de frambuesa acompañada de pomelo y fresas
Pechstein Auslese "R" 1989
Kirshenstück TBA 1994


Terminamos con un fresco postre de fruta y helado, muy goloso y que completó una comida más que destacable. El primero de los vinos presentados es una reciente adquisición de Vinialia y es un Pechstein Auslese "R" de 1989. La sensación que nos dio en un principio es de frialdad, probablemente por el nivel de sus acompañantes, nos dio la sensación de ser un buen Auslese maduro y ... no mucho más. Como disponemos de otra media botella por ahí, le daremos una segunda oportunidad, donde lo probaremos con más tiempo y tranquilidad.

La segunda botella abierta fue una autentica joya, un TBA de Kirchenstück de la añada 1994, grande en el Palatinado y en especial para los vinos dulces. Estos TBA son vinos imposibles en cuanto a su definición, en este caso hablamos de 15 g/l de acidez y 190 g/l de azúcar residual. Esos números solamente pueden coexistir si hay un equilibrio absoluto y desde luego que este es el caso. El vino tiene un curioso color ambarino oscuro que nos descentra bastante, pero da la sensación de estar en plena forma, con una acidez y una longitud final de las que dejan huella. Quizá nos impresiono algo menos que el brutal Pechstein TBA 2007 que catamos en la pasada presentación de Vins Alemanys en Gerona, pero desde luego que impresiona lo suyo, ya que parece imposible lograr semejante equilibrio con estos números. Probablemente sea un vino para consumir ya, aunque con semejante grado de azúcar son vinos de gran longevidad, pero sinceramente eso es lo de menos. Es uno de esos vinos que hay que probar para saber hasta donde puede llegar la botrytis en sus máximas consecuencias. Y fue sin duda una suerte haber podido probarlo.


Bien, pues esto y no poco es lo que dio de si esta soberbia vertical del más prestigioso pago del Palatinado en manos de su mejor intérprete. Es un vino caro y escaso y puede que si nos ceñimos a la relación calidad-precio sufra en comparación a otros viñedos del mismo productor como Jesuitengarten o incluso Pechstein, pero desde luego que este viñedo tiene algo especial, plasma unas características a sus vinos que le otorgan un carácter único. Sin duda, uno de los vinos y viñedos de referencia cuando hablamos del mejor riesling.

Un saludo,
Eugenio Sáenz de Miera Arnau
(EuSaenz)
  1. #1

    anonimo

    Excelente crónica. Muy instructiva y enriquecedora. Muy buen trabajo, Eugenio. Muchas gracias por hacer el esfuerzo de transmitirnos con tan precisas palabras tus experiencias en catas de tan alto nivel. Casi se llegan a saborear los vinos cuando uno te lee. Eres un gran comunicador. Gracias por acercarnos un poquito y desvelarnos las claves de ese interesante y muchas veces inescrutable mundo de los vinos alemanes.

  2. #2

    EuSaenz

    Pues me alegro enormemente de que te haya gustado y de que haya sido un texto provechoso, al fin y al cabo para eso escribimos.

    Un saludo,
    Eugenio.

  3. #3

    oscar

    Anda que no tenemos suerte de asistir a esos eventos, eh? yo me lo pasé en grande, no todos los días se tienen a mano esos vinos.

    Cómo siempre, puedo estar más (o menos) de acuerdo con unas u otras opiniones comentadas, pero en lo que no cabe duda es en la grandeza de las añadas 2007 y 2002. La primera muy necesitada de ensamble y tiempo en vidrio, la segunda es como un caramelo en la puerta de un colegio.

    Caso aparte para el Jesuitengarten 2003, un vino (casi) denostado desde el principio pero que, con el tiempo, está evolucionando hacia el lado mágico de la Diva... una grata sorpresa, tanto por su categoría cómo por la cosecha en cuestión.

    Un abrazo Eugenio y que se repita!

    OG


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