Blog de Eugenio Saenz

Bruno Clair, modernidad bien entendida

Continuando con la intensa jornada del pasado 16 de octubre, una vez finalizado nuestro periplo por el salón de los mejores vinos de España tocaba asistir a una cata de cuatro crus de Bruno Clair, uno de los productores más interesantes surgidos en Borgoña en los últimos tiempos. La cata tuvo lugar en la Enoteca Barolo organizada y comentada por Miguel Prohens, gerente de dicha tienda.

Antes de comentar los vinos, repasemos someramente la historia del domaine. Fundado por Bruno Clair en 1979, incluyó inicialmente viñedos en Marsannay y Fixin. Bruno es hijo de Bernard Clair y nieto de Joseph Clair, quien fundó el Domaine Clair-Daü de Marsannay en 1919. A partir de 1986 el número de viñedos explotados por el domaine crece y se amplía a Clos de Bèze, Cazetieres, Clos St Jacques, Clos du Fonteny y zonas como Vosne-Romanee y Chambolle-Musigny. En 1993 se amplía la gama de viñedos con Corton-Charlemagne, Pernard-Verglesses, Aloxe-Corton y finalmente, en 1996 se incorpora el viñedo Petite-Chapelle (Gevrey) llegando la superficie total de viñedos explotados a 23 Ha.

Bruno Clair practica una agricultura lo menos intervencionista posible, vendimiando manualmente y seleccionando uva en el viñedo. Las uvas son parcialmente despalilladas antes de fermentar en tinos de madera utilizando levaduras autóctonas. Las fermentaciones se realizan entre 32º – 34 º con un número de entre 2 y ocho remontados por día. La duración total de la fermentación está entre 14 y 21 días dependiendo del tipo de vino. Los vinos son traspasados a barricas donde tiene lugar la fermentación maloláctica en primavera. La crianza se realiza en barricas cuyo porcentaje de nuevas oscila entre un 20 y un 50% con una duración total que oscila entre 16 y 22 meses.

Volviendo a la cata en sí, comenzamos con un magnífico Chablis ideal para abrir boca. Se trataba de un Droin Premier Cru Montee de Tonnerre 2006.

Magnífico Chablis. Todavía austero, joven, con todo su potencial por desarrollar. Para Droin se trata de su mejor Premier Cru y recomienda una guarda mínima de 7 años. Ahora todavía está muy primario, pero ya muestra la clase y la mineralidad de un excelente viñedo. Vino profundo, fresco, complejo y estructurado. Muy bueno. Y lo mejor de todo resultó su precio, algo inferior a 20 euros. Da gusto encontrar buenos vinos de Borgoña a buen precio. Me hice con una botella, claro.

El primer vino de Bruno Clair fue un Marsannay “Les Longeroies” 2006.

 

Marsannay es todavía un “patito feo” en Borgoña, siendo este “lieu-dit” uno de los mejores viñedos de la zona. El Domaine posee 1,26 Ha de viñas de entre 25 y 70 años de edad. Son vinos equilibrados entre potencia y finura, ricos, con alto color. La casa recomienda guardar entre 4 y 8 años, elevando hasta 15 en buenas añadas.

El vino se muestra cerrado, joven, pero ante todo encantador, lleno de fruta y con expresión de terruño. Se bebe muy bien, aunque debe desarrollarse más en botella. La añada 2006 no ha sido grande en tintos, siendo mejor para los blancos. Muy buen Longeroies aunque algo inferior en mi opinión al de Denis Mortet. Una magnífica muestra de que en Marsannay también se elaboran buenos vinos.

Seguimos con un Gevrey-Chambertin Clos de Fonteny 2005

Se trata de un Premier Cru situado en la parte alta del climat “Les Fontenys”, junto al Grand Cru Ruchottes-Chambertin. Son solamente 0,67 Ha y es un monopole de la bodega. La mitad del viñedo se plantó en 1972 y la otra mitad en 1987. Los suelos son pobres, arcillosos y calcáreos, otorgando finura, elegancia y estructura a sus vinos. La casa recomienda guardar entre 5 y 15 años dependiendo de la añada.
 

De nuevo nos encontramos ante un vino muy joven, por desarrollarse. No obstante se le advierte un enorme potencial tanto por la expresión del terruño como por la calidad de la vinificación. Vino de gran estructura y fina mineralidad que una añada del nivel de 2005 deberá ir evolucionando positivamente durante los próximos años.

El tercer tinto de Clair fue un Gevrey-Chambertin 1er Cru “Les Cazetieres” 2004.

La bodega dispone de 0,87 Ha en la parte alta de este viñedo situado junto al Clos de St Jacques. Los suelos son de marga y calcáreos, extremadamente pobres. Un tercio de las viñas fueron plantadas en 1958, otro en 1972 y un último tercio en 1996.
 

Los vinos de este viñedo suelen ser ricos, complejos y de más pronto desarrollo que los de su ilustre vecino mencionado arriba. Este 2004 está extraordinario. Pleno de finura, con una enorme expresión frutal y mineral. En boca es una delicia con todos los elementos perfectamente ensamblados. Largo, redondo, seductor. Un borgoña de verdad. A pesar de lo especial de la añada y de las dificultades que la caracterizan, el vino se muestra muy accesible y con una más que segura evolución en botella. Un enorme vino sin duda, con el atractivo de un precio nada disparatado.

Y finalizamos con la previsible estrella de la tarde, un Chambertin Clos de Bèze 2004.

 El domaine posee 0,98 Ha en este viñedo, uno de los más importantes de Gevrey-Chambertin y de toda Borgoña. Dos tercios de las viñas fueron plantadas en 1912 y el tercio restante en 1972. El suelo es pobre y pedregoso. Los vinos producidos son un compendio de finura y poder, riqueza y complejidad. Se trata de un vino de gran guarda.

 

Con estas premisas resulta obvio que el vino estaría muy joven y con todo su desarrollo pendiente. Pero aun así las sensaciones que ofrece son esas tan especiales que solamente nos confieren los grandes viñedos. Una gran profundidad frutal, una fina expresión de terroir tamizan un conjunto serio, redondo y sobre todo compacto. Vino tremendamente serio, de gran estructura, pero noble y redondo como pocos. Aun en una añada complicada resulta extraordinario, con mucha, muchísima vida por delante. Un grande sin duda.

Bueno, pues lo cierto es que este contacto con los vinos de Bruno Clair no pudo ser más satisfactorio. Vinos con alma, que muestran sin tapujos las características del terruño que los ve nacer, con una vinificación limpia, sin alterar su origen, esas fantásticas viñas de Gevrey-Chambertin y Marsannay. Muy interesantes y además no muy caros para lo que se estila por desgracia en Borgoña. Recomendables desde luego.

Un saludo

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)

(*) Las fotografías de las etiquetas han sido extraídas de la webs de las respectivas bodegas

http://www.jeanpaul-droin.fr/anglais/index.htm

http://www.bruno-clair.com/

 
 

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