Bono-Pascua

Para los postres contamos con dos celebraciones onomásticas y para los otros días las correspondientes tortas de pasas y nueces rellenas, o no, de nata; chocolate puro en tabletas y bombones; más los cavas/champagnes traídos por las homenajeadas. Hace años también teníamos las monas de pascua, típicas de por aquí, para los más pequeños.

Para mí, este año, en el apartado de salado, la ganadora fue la morcilla de Toribio de Xirivella para la barbacoa, y en el de dulce, la tarta de pasas y nueces rellena de nata junto a la tarta de manzana del horno Pepet (La Cañada). Mención especial para el brazo de gitano casero, mejor dicho, ambos brazos: izquierdo y derecho.

Todos los matrimonios, 9 participantes este año, ponen la cuota calculada (50€). Si no vienes, pierdes comba, si traes comensal extra pagas una derrama de 10€ p.p. Cada uno compra lo asignado con el presupuesto dado, y lo hace donde cree mejor y aguanta las críticas. Se cocina entre todos (unos que saben más que otros) y salvo el día de salida, se come en el Club de La Vallesa donde preparan mesas con ensaladas, cervezas, agua, cafés y licores, más el servicio correspondiente.

Mi aportación de compra fue dirigida a los vinos: solo de tintos, con el límite de un precio inferior a 6€ de media. En principio estaba pensado para un vino diferente cada día, pero al final se mezclaron botellas para poder comparar mejor, porque tampoco es lo mismo tomarte un tinto con un arroz meloso de bogavante que con una panceta de barbacoa. Nos hicieron falta 2 botellas más de aportaciones personales para el día de la barbacoa que hubo algún comensal extra.

Los elegidos y por orden de aceptación final por los comensales, fueron Hacienda Lopez de Haro crianza, Cepa Hito 2010, Pasion de Bobal 2011, Protocolo 2011,  Laderas de El Sequé 2013

Se trata de comidas de confraternidad en las que como dice el refrán: "yo me lo guiso y yo me lo como"; la diversión empieza diseñando el plan un par de sábados antes en la cena habitual, pasa por ir a comprarlo cuando se puede, y si no, como mínimo a cocinarlo a prepararlo y guisarlo en la cocina del Club Social, siempre entre risas y cervezas, y llevarlo a la mesa de la que te levantas cuando notas que empieza a caer el sol. Partidas de dominó, de cartas. Con tantos días nos da para arreglar no solo el país, si no hasta el mundo entero, que falta hace.