Un vino riojano que ya nació para durar, de una de las mejores (y más largas) cosechas de la historia de los vinos españoles  y a fé que lo han conseguido porque poder celebrar sus 50 años no es tarea fácil.

La botella casi no tenía pérdidas y su color aevidencia su edad quedando un elegante atejado de menisco anaranjado como su etiqueta (¿premeditación?), ya su capa es baja pero se mantiene brillante, con algo de sedimentos.

En nariz necesita tiempo para alejar esa sensación de desván y flor amrchita y pasar a mostrar lo que le queda de aromas de fruta roja madura, algo de especias y tostados; ojo que se acaba rápido.

En boca matiene acidez, queda fruta madura, buenos taninos y especias; todo ello con buen equilibrio de un  gran señor bien envejecido.

Un placer poder probarlo 59 años depués y eso entra en su valor.

Color atejado, menisco anaranjado, capa baja, limpio, con sedimentos, lágrima fina y clara.

En nariz y tras ser abierto con tiempo y jarreado mantiene unos leves aromas de fruta, destacando más los tostados y especias, flor marchito y desván; todo en tono suave y delicado con persistencia corta.

En boca mantiene acidez (poca pero ahí está), fruta madura, taninos maduros y especias. Persistencia corta.

Un viejete sobreviviente aún... eso en sí es un lujazo y como tal se valora..

Disfrutado en la Comida de Bojos Pel Vi celebrada en el Restaurante El Laurel el 07/01/2017.

Oxigenado entre 1-2 horas antes de la cata.

Visual: rojo picota de capa media-baja, ribete anaranjado con ligeros posos, brillante y de buena lágrima. Bastante bonito.

Nariz: de intensidad alta a fruta roja madura, orejones, fruta de hueso (melocotón), flores marchitas, maderas viejas, trufas, setas, monte bajo y balsámicos de mucho nivel. Franco, directo, complejo, fresco, intenso. Aromas a viejuno "joven". Nariz estratosférica.

Boca: ataque suave, sedoso, con fruta todavía, taninazo aún con margen de pulido en botella, acidez alta, buen volumen manteniendo cuerpo y estructura. Final muy largo, eterno con notas a fruta roja junto a herbáceos en retrogusto; en una retronasal colosal aparecen trufas, setas, hongos y flores marchitas. Una maravilla de boca.

Tremenda nariz. Excelente boca. Con muchísima vida por delante aún.

Estos Riojas de 1970 parecen vinos prácticamente eternos, con una vida tan larga o, incluso, mayor que muchos sus hermanos de la mítica añada 1964. Para adquirir, si es posible, por palets.

Estos vinos se pueden adquirir en subastas por la red, en ventas de segunda mano, etc... y su precio es muy variable, pero la media (tirando hacia arriba) ronda los 50-70€. Excelente RCP en cualquier caso.

De color rubí claro de capa media-baja, límpido, brillante, luminoso, reflejos ambarinos y cobrizos, borde amplio, atejado, con pocas diferencias con el menisco.

Nariz franca y reconocible, muy Campo Viejo, que en nada o poca cosa difiere del reserva del mismo año. Enorme clasicismo, con notas de cava de puro, tabaco inglés, especias dulces, fruta roja (endrinas, guindas) con algo de citricos, cáscaras de naranja, cuadra. No para de ganar potencia al ir abriéndose. Aparecen aromas de hojarasca, humus, marchitos, marroquinería, corteza de nogal y un fondo especiados de mucha intensidad. Un Rioja de toda la vida, complejo y lleno de detalles.

En boca es grueso y reposado. Equilibrado, elegante, redondo, con taninos acariciantes y maduros junto a una acidez soprendente. Sabroso, concentrado, con notas especiadas y picantes, cacao amargo, fruta pasa. Permanente, no se va de la boca, con un punto confitado en retronasal. Estos Campo Viejo siguen siendo una referencia de Rioja bien elaborado en este momento. Aguantará muchos años en botella. Excelente!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/10/campo-viejo-1970-gran-reserva.html

De color rubí de capa media-baja, borde atejado, brillante, limpio, reflejos anaranjados.
Nariz limpia y suave, con aromas de crianza clásica (vainilla, animal, abedul, marroquinería) y un cremoso de fondo que va ganando en potencia al respirar el vino. Sigue creciendo y poco a poco asoman notas de monte umbrío, trufa negra, hojarasca y una larga retahíla de especiados. Sin diferencias destacables con el Reserva 70 de Campo Viejo.
En boca es grueso y marcado por la crianza. Hay notas cremosas a vainilla, especias blancas, y esa acidez que distinguía a los vinos de la casa. Sabroso, redondo, lleno. Parece más joven que la mayoría de vinos de otras bodegas de la misma añada. Muy bueno!!!