Campo Viejo Reserva 1964
Campo Viejo Reserva 1964
FICHA TÉCNICA
Bodega
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Graduación (vol):
12,50%
Varietales:
80% tempranillo, 20% garnacha, mazuelo y graciano.
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 30 a 49,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.17
/
96
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
10,0
ELABORACIÓN
Selección de uvas de diferentes parcelas de la Rioja Alta. Permanece durante 18 meses en viejos tinos de madera en los que realiza la fermentación y se estabiliza antes de ser trasegado a las barricas. Criado durante 30 meses en barricas usadas de roble de roble americano de 225 litros. Sometido a dos trasiegas manuales cada año. Embotellado en noviembre de 1969. Un mínimo de 2 años de guarda en los calados de la bodega antes de ser comercializado.
OTROS VINOS CATADOS DE ESTA BODEGA
VER MÁS
Opiniones de Campo Viejo Reserva
OPINIONES
8

Tres años después abrimos otra botellita de este reserva riojano de la gran añada de 1.964. En esta ocasión la etiqueta se ve ligeramente decolorada y el nivel de líquido está un par de cms. por debajo del corcho. Lo abrimos y dejamos respirar por espacio de dos horas y media antes de proceder con su valoración a 17°C. El corcho sorprendente por su compacidad, o probablemente re-encorchado no sé, pero en su parte superior (último cm) no estaba ni tintado.

VISUAL: Color rojo picota de capa media-alta, ligeramente turbio y con un amplio ribete de tonalidades ocre y teja. Todavía presenta algo de lágrima, gruesa, densa, lenta y transparente. Precioso color dada su ancianidad (95).

OLFATIVA: En nariz es de una elegancia tremenda. Asoman aromas de frutos del bosque muy maduros (de nuevo increíble que vinos con 66 años se muestren frutosos de entrada, alucino en colores...), especiados dulcecitos de canela y vainilla con un toque de nuez moscada, fragancias de flor marchita y toda una pátina de apuntes viejunos: naftalina, polvorilla, desván y pelo animal... un no parar pero con una definición asombrosa en cada matiz. Al rato encontramos recuerdos de manzanas asadas, de corteza de naranja seca, de cacao, cuero viejo y caja de puros todo bajo un elegantísimo fondo amaderado de ebanistería fina de una calidad brutal. Sigue pletórico en esta fase, con una intensidad media-alta, realmente sorprendente el abuelito (95).

GUSTATIVA: De entrada apreciamos que ha perdido un poco de punch respecto a la botella del 2017, con una acidez más moderada. No obstante se muestra muy amable, tremendamente amplio y bastante carnosito. Tanto la acidez como los taninos parecen elásticos, están encogidos de inicio y van asomando y despuntando a cada sorbo, maravilloso este vinito al cual vuelvo a calificar de mutante, qué maravilla!. Con un paso por boca frutoso, sorprendente, que recuerda a la mermelada de fresa y con ese tacto aterciopelado que nos encanta, pura seda. Los aromas retronasales son de flor marchita y de fruta en compota. Y en el post-gusto el clímax, tacto cremoso y corpulento, se masca por momentos, con sabores frutosos, especiados y amaderados yendo y viniendo en un juego armonioso y delicado que nos deja atónitos. Final ligeramente licoroso con notas de duelas envinadas y con ligeros atisbos fúngicos que persisten durante tres minutos y 45 segundos. En fin, lo que nos sigue anonadando es ese protagonismo de la fruta, por todos lados, en nariz, en retronasal y en el post-gusto, qué pasada de vinazo amigos! (94). Nos quedan más botellitas que iremos abriendo escalonadamente a ver qué tal.

La RCP tal y como ya comenté fue excelente.

MARIDAJE: Disfrutamos de nuestro RVA del 64 en tres ágapes. En el primero acompañó a un pollo de corral con mellocos. Después a unos bistecs cuencanos al tomillo con brócoli y nos la terminamos con unas suculentas alubias pintas con manitas de cerdo, costilla y pimientos asados. Espectacular el maridaje con los frijolitos pues los apuntes cárnicos y ferruginosos armonizaron a las mil maravillas con las notas frutosas y licorosas de nuestra joyita riojana. Todo un placer poder disfrutar de momentos como los que nos proporcionan vinazos así.

Salud-os!!

Y ya cerquita de la vuelta a España por Navidades hemos reservado para hoy este Campo Viejo del 64 del cual nos hemos agenciado unas cuantas botellas a buen precio. El nivel estaba un poco bajo y presentaba posos en el cuello pese a que la pusimos de pie los últimos tres días. Sorprendentemente pudimos abrir la botella con un abridor estándar de tijeras (al probar con el de lamas se nos iba el corcho hacia adento) y sacamos el tapón íntegro aunque tintado en el 100% de su longitud. Dejamos la botella abierta por espacio de tres horas y servimos a 18°C:

VISUAL: Al principio nos asusta un color marrón anaranjado de capa baja incluso los aromas reductivos son desalentadores. Lo dejamos reposar en la copa por espacio de dos horas más a ver qué pasa y el vino afortunadamente parece mutar hacia un color más oscuro, un rojo amarronado de tono caoba, turbio y con un amplio ribete teja-anaranjado. Lágrima escasa, transparente y muy gruesa (80).

OLFATIVA: Los primeros aromas rancios y acéticos han desaparecido gracias a Dios. Aún así nos encontramos un vino cerrado, con notas fúngicas y también de arcilla húmeda que se va abriendo con el movimiento con aromas balsámicos de eucalipto, especiados de fenogreco y clavo, herbáceos de hierbabuena, flores marchitas, apuntes animales, sanguíneos, y un toque curioso como a betún. Al rato aparecen incluso unos clarísimos recuerdos frutales a plátano!! (la primera vez en un tinto) y a coco... todo un mutante. Y la cosa no decae, nos deleita con fragancias de tabaco de pipa, pan tostado y notas amaderadas en forma de duelas envinadas. Parece mentira como se viene arriba. Inmenso en su complejidad y de intensidad media-alta, creciendo con el transcurso de las horas, camaleónico. ¡Cómo he flipado! (95).

GUSTATIVA: En boca es pura dinamita, altísima acidez, muy amplio y bastante lácteo. Taninos muy puliditos asomando tímidamente tras cada sorbo. Creo que está en un estado mesetario y que así perdurará durante años aunque tengo la sensación que esta botella en concreto estaba ya muy cerca de su final por un tema de corcho (mojado íntegramente + poco adherido al cuello = peligro...). La acidez descoloca, es algo descomunal inundando el paladar y confiriéndole una gran personalidad. En retronasal de nuevo es portentoso: nos devuelve aromas de flores marchitas, notas herbáceas de estragón, apuntes sanguíneos y el característico puntito licoroso y amaderado de las duelas envinadas. Persistencia de casi tres minutos y medio. Calificaré esta botella como "el vino zombie", resucitado de entre las tinieblas, vuelto a la vida y de qué manera. Juro que creía que iba a tener un vinagre añejo para rato, pero por suerte no. Debía estar lleno de células madre o qué se yo!... la cuestión es que nos ha sorprendido con su maravillosa mutación, alucinante!l (93).

La RCP la considero excelente. Allá por el mes de Febrero del 2014 conseguimos un par de estas botellas por 23 euros cada una (ésta era la de nivel más bajo). Por suerte nos hemos agenciado hace dos meses seis botellas más por 10 euros la unidad y éstas sí poseen un excelente nivel, un chollete que nos permitirá ir contando cómo evoluciona esta joyita de las bodegas Campo Viejo.

Acompañamos el vino con unos T-Bone de cordero con su salsa de setas, ajitos y tomillo (El T-Bone es un corte muy popular por estos lares, a un lado del hueso en forma de T el solomillo y al otro lado entrecotte). Jugosísimos cortes de unos 2 cms de espesor que junto con la cremita de hongos y el tomillo armonizaron de modo excepcional con el carácter fúngico y las notas herbáceas de nuestro viejuno. Con su impresionante acidez nos dejaba anonadados entre bocado y bocado haciendo de este maridaje una experiencia de enorme disfrute. Gran susto inicial que terminó en apoteosis. Este mundo viejuno cada vez me tiene más enganchado.

Salud-os!!

Poder tomar estos vinos me producen un ejercicio de reflexión muy intenso, pensar en todo lo que ha tenido que transcurrir para que esa botella en concreto, llegue a mis manos, desde hace ya 52 años que se cosecharon las uvas que ahora llegan a mi copa y a la de los míos, con los que disfruto de ella.

Abierto con abridor de láminas, tras la espera de 3 días de la botella en posición vertical para facilitar su decantación y una hora con la botella abierta mientras espera su momento. El corcho salió bien, ya en sus últimos momentos de vida.

Mientras tanto, mi madre y mi abuela contando historias de entre esos 52 años, donde estaban en el 64, que edades tenían cuando se recolectaron las uvas... dan a este vino y a este momento un toque mágico y memorable.

Visual y lógicamente la evolución hace acto de presencia, de capa baja, de color granate y ribete anaranjado.

En nariz sorprendentemente aparecen ligeras notas de fruta roja, guindas en licor, balsámicos, endrinas, naranja amarga y sus cascaras, regaliz rojo, tostados, aromas sanguinolentos, especias dulces, pimienta, laurel, notas metálicas, a ratos me recuerda al pacharán.

En boca es muy agradable, fresco y con gran acidez, goloso, aun con ligeras notas de algo de fruta roja, guindas en licor y endrinas casi exclusivamente, de acidez afilada, magnifico, especias dulces, clavo, pimienta blanca, notas arcillosas y férricas, duelas envinadas, taninos dulces y suaves, es esencia, es un viaje al pasado, son 52 años de historia.

Un gran momento con un gran Campo Viejo 1964

Botella procedente de una colección privada muy especial. Condiciones de guarda excepcionales. Corcho como nuevo, casi sin tintar, inflado. Ha salido de una pieza como si se tratara de un vino joven. Veamos: de color rubí rojizo de capa media, más oscuro que en otras ocasiones y con una sensación ligeramente turbia difícil de explicar. Reflejos grandinos, poco brillo. Ribete mínimo, apenas cobrizo, matizado respecto al menisco.

Potente, agresivo, concentrado, muy expresivo. Tiene tanta mala ostia que cuesta creer que estemos ante un vino del 64. Se entremezclan las notas de fruta roja (guindas, picotas, endrinas) con un fondo de trasiegas y balsámicos. No hay matices reductivos, ni finura, ni siquiera deberíamos hablar de un vino de estilo tradicional. Es todo él de una intensidad hiriente. Hay una infusión de ibiscus y casacarillas de naranja que va "suavizándose" tras un par de horas de apertura. Salvaje!!!

En boca va un paso más adelante. Incruento, de una acidez descontrolada que acuchilla sin piedad las encías, lleno de fruta reducida que invisibiliza unas maderas de calidad que nada pueden hacer para asomar. Nervioso, enérgico hasta la violencia. Botellas como esta pueden llegar a sobrevivir 50 años más sin problemas.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/02/campo-viejo-1964-reserva.html

Sorprendentemente muy alto de capa. Granate muy oscuro, bordes atejados, ocres incluso.

Deliciosa y previsible nariz. Asoman los terciarios, cuadras, pelo de caballo, faisandaje, cenizas, ahumados, notas de caucho, tierra húmeda y una maravillosa fruta roja madura macerada en licor. Trazas férricas, flores ajadas.

Como los grandes de esta añada presenta unos taninos muy presentes y una acidez muy afilada. Componen una deliciosa trama con un recorrido encantador. Cáscara de naranja amarga escarchada que combinando con todo lo anterior lo hacen eléctrico, con un brío impropio de cincuenta años, frutas de aragón, torrefactos elegantes. Gran permanencia. Para el recuerdo.

Sospechoso tono caoba de capa media, orlado con un ribete ambarino. Presenta bastante turbidez. El corcho se rompe en pedazos durante la apertura de la botella.

A pesar del color tan oxidado que presenta, en nariz se muestra todavía bastante entero, desprendiendo aromas de mediana intensidad en forma de cuero, cuadra, especias (clavo y vainilla) y hojarasca seca, acompañados más tarde con notas metálicas (lata de conserva), café y recuerdos de papel humedecido. Con el tiempo acaban aflorando tímidamente notas de fruta roja muy madura.

En boca es ligero, delgado, redondo, con excelente acidez, si bien no tan marcada como otros riojas de esta añada, siendo especiado y mostrando también sensaciones de cuero, café y toques metálicos. Taninos suaves que aún no han terminado de pulirse. Largo postgusto acídulo y especiado.

Aunque muestra ya signos de fatiga, todavía se podía disfrutar de él, siendo un vino agradable, si bien menos complejo de lo que cabría esperarse.

Botella abierta y decantada con unas tres horas de antelación.
Corcho al límite de su vida útil, aunque salió perfecto.
De color rojo anaranjado de capa media, ribete en tonos teja y lagrima densa y transparente.
En nariz se muestra muy limpio y expresivo desde el primer momento, apareciendo fruta roja en licor, marcados aromas de piel de naranja, maderas finas, especias, ligeros tostados, tabaco, cacao y a medida que evolucionaba se hacía cada vez mas presente un fondo marcadamente herbáceo.
En boca sorprende lo entero que está y aún mas su marcada acidez, casi recordando mas a un blanco, taninos que todavía se dejan nota y un postgusto bastante largo, con recuerdos especiados y de fruta en licor y un final bastante mineral.
Tremendo vino para seguir guardando hasta donde el corcho aguante.

De color rubí granatoso de medio cuerpo, límpido, brillante, reflejos rojizos, borde amplio, atejado. Presenta un ligero precipitado en forma de escamas.

En nariz estamos ante un Campo Viejo de libro, reconocible, franco, con un perfil clásico riojano escandaloso. Aquí encontramos las señas de identidad de la casa. Hay un poco de todo: cuadra, duelas envinadas, cuero viejo, pluma y un cada vez más intenso fondo de fruta roja en licor y cáscaras de naranja, especias. Va ganando en precisión y potencia al ir tomando aire. Emergen aromas de flores marchitas, pétalos secos, lavanda, vainilla y pimienta negra ahumada. Suave, perfumado, ligeramente meridional con anchura de vino mediterráneo. Muy elegante.

En boca es graso, como los buenos vinos del 64. Fresco, terroso, especiado, con una punta de acidez muy intensa que da brillo al conjunto. Brioso, chispeante, nervioso, lleno de fruta roja acídula y unos taninos firmes. Hay finos matices de la crianza en segundo plano que aportando notas de cacao, amargosos (regaliz negro), cítricos dulces. Un excelente ejemplo de la capacidad de Campo Viejo para elaborar vinazos con capacidad de envejecer indefinidamente. Tiene mucha vida por delante. Vinos así serían necesarios hoy en día.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/07/campo-viejo-1964-reserva.html

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar