De color rubí rojizo de capa media-alta, oscuro, opaco, sin mucho brillo. Relejos cobrizos, anaranjados. Borde estrecho, atejado.
Un Villamagna que ha dejado de serlo, al menos en parte, pero que se resiste a su suerte... Muy agradable, abierto, con sobredosis inicial de maderas finas, vainilla fresca, flores ajadas y un cuero de calidad que se funde con las especias dulces. Rioja clásico, conocible, ordenado, coherente, que no es capaz de rescatar ese fondo de fruta madura del que hacía en cosechas anteriores y de ese brillo al que asociábamos. Respira poco a poco, se abre, va creciendo en intensidad y en apuntes de hierbas aromáticas (lavanda, fenugreco). Le falta esa pegada que había mostrado años atrás: una versión light de los fantásticos vinos de 1973 y 1975. Aún así se trata de un vino encantador.
En boca se muestra íntegro, entero, denso, concentrado, con los taninos presentes y una sensación de redondez que aún no ha alcanzado. Va por el buen camino pero aún le queda un largo camino por delante. Más nervioso de lo esperado con acidez sobrada. Nos ha gustado pero dista de lo anterior.
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/11/marques-de-villamagna-1978-gran-reserva.html
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