Vista: Limpio, brillante de color amarillo no muy intenso pero con claras irisaciones doradas. Denso.
Nariz: De buena intensidad, franco, goloso, en donde la fruta (orejones, piel de melocotón, pera almibarada) está acompañada de notas florales, algún mentolado, balsámicos dulces, recuerdos amielados y un toque de vainilla.
Boca: Denso, glicérico, de buena entrada, sabroso, untuoso, casi cremoso, afrutado, de buena amplitud, con un toque amargoso que le da carácter y notas finas amoscateladas, con la madera perfectamente integrada y un final largo y placentero.
Una de las mejores elaboraciones de Albillo, variedad que hasta ahora se resistía a ser interpretada con tanta maestría.
Después de esta añada, he tenido la oportunidad de catar el Picarana 2010 y me ha parecido realmente magnífico.
Su precio ronda los 11 euros.
Espléndido este Albillo de la Bodega Marañones. Cada vez me gustan más los vinos blancos de esta subzona de San Martín de valdeiglesias en la DO Madrid. Con una uva poco valorada y utilizada para alcoholes de alta graduación por su carácter neutro y facilidad para coger grados, tenemos un vino vestido de un bonito color dorado, enormemente glicérico, casi untuoso, con una nariz en la que la manzana madura aparece en primer plano, con melocotón en almibar, flores blancas y flores secas, especias dulces (canela, vainilla) con toques cítricos y un elegante fondo mineral. En boca es, como adelantaba la vista, graso, sedoso, con un fino amargor y ese fondo fresco de los cítricos, muy, muy largo, siendo de destacar que sus 15º pasan desapercibidos por completo, estando perfectamente integrados, no destacando ni en nariz, ni en boca. Eso, sí un único pero, el de una acidez algo baja ( aunque este es un rasgo varietal de la Albillo).
Lo dicho un gran blanco por 10 euros, elegante, de estilo borgoñón, aunque "no apto para todos los públicos", pues no es un blanco "al uso".
amarillo dorado de ribetes oro
nariz madura,de fruta blanca golosa con leves lías,con el tiempo aparecen notas de tila,manzanilla,cereales.
boca licorosa con buena acidez y postgusto amargo
Fernando con su escuela de elaboración francesa, añade la búsqueda personal del terruño, este vino de altura entre la sierra de Gredos y la de Guadarrama, supone un renacimiento de la variedad, casi olvidada en elaboraciones monovarietales.
Utiliza técnicas como la maceración pelicular prefermentativa en frío para una mayor preservación de los aromas y lo consigue, el vino se muestra muy floral, heno y hierbas de tocador, con un tacto en boca cálido y graso, un vino fantástico y singular elaborado en un suelo granítico.
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