Gran Colegiata Gran Reserva 1987
Gran Colegiata Gran Reserva 1987
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Graduación (vol):
13,50%
Varietales:
100% tinta de toro
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 30 a 49,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.53
/
98
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
10,0
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ELABORACIÓN
Selección de uva procedente de viñedos arenosos muy pobres y de baja producción. Estrujado de la uva muy intenso con derraspado, maceración larga y fermentación en depósitos de acero inoxidable entre 27 y 29 grados de temperatura. Trasegado a barricas de roble americano de 225 litros, con un porcentaje mayoritario de barricas usadas anteriormente para los crianzas y reservas y un pequeño porcentaje de madera nuevo. Sometido a crianza durante 26 meses. Un mínimo de 2 años de guarda en botellero en los calados de la bodega antes de ser comercializado.
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OPINIONES
3

Y cinco años después volvemos sobre este espectacular vino de Toro que nos dejó maravillados en 2016. Ésta es la botella n° 028238 con un nivel de líquido aceptable, justo al inicio del cuello, unos 2 cms por debajo del tapón. Sacamos el corcho con el abridor estándar de tijera sin ningún problema, tintado en 1/3 de su longitud. Lo dejamos respirando por espacio de 5 horas antes de proceder con su valoración a 17°C. Veamos:

VISUAL: Precioso color rojo cereza de capa media-alta con un amplio ribete en tonos rubí ligeramente atejados ya. Presenta una lágrima abundante, densa, gruesa y transparente. Estos añitos le han rebajado el tono ligeramente (91).

OLFATIVA: En nariz resulta imponente y los primeros aromas que emana son de fruta en compota, de mermelada de moras y ciruelas pasas. Enseguida muestra su lado mineral, con notas de arcilla húmeda, mina de lápiz y con recuerdos de polvorilla. Se va desmelando poco a poco y ahora apreciamos apuntes de flor marchita, exóticos especiados de fenogreco y cardamomo, algo de castañas asadas, así como unos deliciosos terciarios de cuero curtido, chocolate negro, café torrefacto y tabaco inglés. De fondo un hilo conductor que no te deja desde el inicio, la madera, en este caso mostrando unos finísimos tostados muy, muy elegantes. Tremendo en esta fase y además de intensidad alta, 5 horas abierto y está como si nada, qué mala bestia! (97).

GUSTATIVA: En boca... madre de Dios!, se muestra pletórico, con una amplitud y una acidez descomunales. Los taninos todavía presentes, semi-dulces si me permiten, aportando un elegante puntito secante en su paso por boca. No obstante es eminentemente frutoso con notas de higos secos y uvas pasas y con unos aromas retronasales que nos recuerdan a las guindas en licor. En el post-gusto nos encontramos con algo sublime, qué gran vino este Toro y qué bien ha evolucionado. Corpulento y a la vez amable, con esos taninos emergentes que le aportan gran personalidad y con una tremenda mineralidad que nos acompaña durante toda la valoración. Las notas de madera maravillosamente ensambladas con la fruta, con roble de cabo a rabo y con una persistencia brutal, 4 minutos y 20 segundos, ahí es nada el animalito. En un estado de forma espléndido, en su clímax tal y como auguramos en 2016 y ahí se mantendrá no menos de diez años viendo esa acidez y esos taninos estratosféricos. Dejamos la última botella en capilla, a ver cuánto aguantamos la tentación ): .Tremendo vinazo, sensacional, se disfruta de cada sorbo, es de los que te atontan y te hacen entornar los ojos pues transmite sensaciones de gran placer, casi lujurioso. Menuda obra de arte del maestro Manuel Fariña. Colosal!! (98).

La RCP qué decir, a 10 euros la botella... Sin comentarios.

MARIDAJE: Lo disfrutamos en tres ágapes. En el primero acompañó un suculento Cowboy steak de 700 grs al romero. Después fue pareja de un entrante de jamón ibérico bellotero y de unas lentejas con costilla y panceta espectaculares. Y para terminarlo nos curramos un rabo de toro guisadito por 6 horas a fuego lento, con sus pimientitos, su zanahoria y sus patatitas. Un disfrute indescriptible en las tres ocasiones pero destacaremos el maridaje con el rabo. Los intensos sabores cárnicos y especiados de nuestro plato requerían del poderío y la personalidad de nuestro Fariña GVA de 1.987, Toro con toro ):. Un privilegio de verdad el poder disfrutar de estas perlas enológicas, qué lujazo compañer@s!!

Salud-os!!

Hoy abrimos una de esas botellas traídas desde España en la que tenemos puesta mucha ilusión. Un "Toro" de los principios de la DO. Me permito pegar unas palabras de Manuel Fariña en su página web que me parecieron entrañables, palabras de alguien que ama y entiende el mundo del vino: "Tengo que confesar que aparte de mi gran pasión por el vino, desde que siendo niño veía a mi padre hacer vino, trasegarlo, catarlo... siempre tuve un gran sueño: elaborar un vino y enseñarlo por el mundo. Con el tiempo empecé a creer que eso era posible y que merecía la pena intentarlo. Entendí que el camino para conseguir ese sueño era el camino de la calidad, el de hacer un vino distinto, expresando la personalidad propia del terruño."

Y vamos con la botella (número de serie 028253). Se presenta con una etiqueta negra en donde las letras son doradas y aparece la impresionante imagen de la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro. Abrimos la botella con el abridor de tijeras y el tapón salió sin problemas, entero y mojado en un tercio de su longitud. Tengo que confesar que esta botella sufrió un poco de pérdida de líquido tras el viaje en avión por lo que estábamos un poco ansiosos. Al abrir la botella los aromas eran muy reducidos lo cual nos inquietó. Por ello le dimos su tiempo y lo dejamos respirar por dos horas antes de la cata:

VISUAL: Toro negro zaíno, rojo muy oscuro, casi azabache, de capa muy alta. El ribete de un tono rubí algo atejado. De lágrima densa, lenta y transparente. Un color impresionante de verdad, rozando la perfección (99).

OLFATIVA: Afortunadamente esos apuntes reducidos del principio han desaparecido casi por completo. La primera impresión a copa parada nos traslada al interior de una bodega con ese aroma de duelas envinadas, muy intenso, potente. Si agitamos afloran notas de fruta roja en sazón y recuerdos de bosque umbrío, musgo húmedo, hojarasca, níscalos y trufa negra. Si seguimos olfateando nos deleita con un buen surtido de toques especiados, clavo, nuez moscada, comino y pimienta negra, madre mía!, qué escándalo, qué riqueza de matices, imponente. Por último apreciamos su lado balsámico con apuntes de eucalipto, un toque mineral de mina de lapiz muy marcado y un final achocolatado muy goloso. Una nariz potentísima, de una exquisita complejidad y muy rica, realmente extraordinaria. Lo único que penaliza en la puntuación es que apreciamos todavía un ligero atisbo rancio, pero muy leve (96).

GUSTATIVA: En boca es un Toro como la copa de un pino. Ataque frontal, sin ñoñerías, carnoso, muy amplio, opulento, de los que le gustan al tío Parker. De una acidez marcada y con los taninos delicados pero presentes con el paso del tiempo. A cada sorbo dejan su impronta y quedan anclados en la boca regalando una sutil astringencia que embelesa. Estructura de vinazo, de Vitorino, de gran Toro!! En retronasal nos trae recuerdos de regaliz y muchas notas terciarias: cuero curtido, tabaco, café torrefacto y esas notas de chocolate negro tan golosas. Al final, como gran colofón nos muestra unos delicados apuntes minerales de tinta china y grafito propios de un señor vino. Delicioso retrogusto con una persistencia enorme de casi 4 minutos. Un vino con larga vida por delante, muy cerca de estar totalmente redondeado. En cuatro o 5 años creo que alcanzará su clímax aunque le falta muy poco. Sin duda estamos ante una auténtica obra de arte. Lástima que tal y como nos informa el maestro Limonero se elaborase en cuentagotas y tan sólo hasta 1989. Una pena aunque por suerte nos quedan dos botellas más para disfrutar y ver su evolución (95).

La RCP fue excelente pues me hice con tres botellas en subasta por 10 euros cada una, increíble.

Maridamos esta maravilla con un risotto de boletus y parmesano, un sabor intenso que necesitaba de un vino a la altura, con personalidad y carácter. El rissoto y este Toro parecían hechos el uno para el otro, gran acierto en nuestro maridaje. Qué gran vino amigos, esta vez un Toro, pero espectacular. No me cansaré de expresar mi alegría por la cantidad de DO que tenemos en nuestro país elaborando obras maestras. Qué gozada!!

Color cereza granatoso de capa media-alta, tapado, muy oscuro. Poco brillo, mate, leves reflejos rojizos y cobrizos. Mucha sensación de grosor, lágrimas gruesas, permanentes. Ribete amplio, anaranjado, con mucha diferencia respecto al menisco.

Aromas iniciales de media intensidad. Suave, limpio, nada ostentoso, sin artificios ni gesto de cara a la galería. Se lo guarda todo para ir dándolo con pausa, poco a poco. Se conjetura un elegante matiz de fruta negra, brea, regaliz Zara, que va dando paso a perfume de monte otoñal, a tierra húmeda, hojas muertas, castaña en rama, humus, cortezas... Aparece un resquicio de duelas envinadas, maderas nobles, aceite de tung, que no acaban de desplegarse. Gana en finura y profundidad. Cava vez más fragante y perfumado. Hay un punto de marron glacé, membrillo escarchados y tostados. Muy completo.

En boca quizás lo mejor. Seco, recio, pulido por los años pero sobrado de vigor y de vida. Mantiene un nivel de acidez de gran vino sobre el que se asientan frutillos negros maduros y todo tipo de especias, amargosos. Concentrado, muy fresco, intenso. Un tinto enterísimo, aunque algo adusto y esquivo, que se mueve entre la severidad de un gran Toro y la ligereza necesaria de un vino pensado para durar. En plena forma, una gozada!!!

Hacía tiempo que andábamos detrás de estos Gran Colegiata "Etiqueta Negra", como se llamó en su momento a este super-Toro que Manuel Fariña tuvo la osadía de elaborar a mediados de los 80 para dar brillo a la recién nacida D.O. Un vino poco probable de encontrar, escasísimo, vendido a cuenta gotas en ediciones limitadas y que apenas se pudo producir por su alto coste durante unos pocos años; se dejó de elaborar en 1989. Una de las cimas de la tinta de Toro y que toma el pulso a las posibilidades de esa tierra para elaborar vinos de larga guarda sin traicionarse a sí mismo ni caer en papel de calco del Rioja tradicional.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/10/gran-colegiata-1987-gran-reserva.html

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