Rojo cereza intenso y de capa alta. Nariz muy elegante pero algo cerrada ( necesita más de una hora decantado para abrirse ), con aromas que recuerdan a las fresas y picotas maduras y de rasgos caramelizados en su final ( frutas rojas ). Hay sensaciones de maderas con leves tonos tostados ( cacao / café ), y suaves pinceladas de alicoramiento. Final que recuerda al carbón vegetal y al grafito ( mina de lápiz ) con algo de madeera verde ( corteza de árbol ). En boca es potente ( con materia ), con unos taninos algo secantes en el paso y que deberá limar la botella para que deje más peso a la fruta, la cual se deja intuir pero está algo escondida en estos momentos. Buena acidez. La evolución transmite rasgos amargosos al igual que en el posgusto que se antoja seco. Conociendo los vinos de esta bodega y sobretodo los grandes reservas, creo que le falta bastante botella y está en una fase de misticismo sensorial, pero que es un valor seguro a largo plazo. El vino transmite materia en cuanto a estructura y un color soberbio. Creo que es una buena compra para mantener en bodega y disfrutarlo en los próximos 10 – 15 años ( y en adelante ).
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