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Abadía Retuerta en el 12 Encuentro Verema: Evolución de los vinos del valle del Duero en los últimos 15 años

Hace poco os conté lo bien que lo pasamos en una cata comentada sobre los grandes vinos de pago de Abadía Retuerta, con Ángel Anocíbar, primer enólogo español doctorado en una Facultad de Enología (Universidad de Burdeos), reconocido con el premio al Mejor Enólogo del Año, en el certamen Internacional Wine Challenge en 2005, director técnico la bodega Abadía Retuerta y, ante todo, un tipo formidable y campechano que no solo vive la viña y el vino con devoción, sino que sabe comunicarlo con facilidad, transmitiendo ese amor por la enología y al viticultura. El caso es que disfrutamos tanto en aquella cata, que no me lo pensé para este 12 Encuentro Verema 2013 y repetí experiencia, con la cata Evolución de los vinos del valle del Duero en los últimos 15 años, que organizaba la bodega.

Acompañando a Ángel, Álvaro Pérez, director de Marketing y Comunicación de Abadía Retuerta, y de nuevo a destacar su calidad humana, afabilidad y soltura a la hora de describir los vinos que esta bodega del valle del Duero tan bien hace. Y cerrando el triángulo Henar Cano, sumiller y responsable del departamento de Experiencias Únicas de Abadía Retuerta. Henar nos puso los dientes largos mostrándonos las idílicas postales de un entorno único, en el que encontramos esta célebre abadía del s. XII. Y es que viendo las instalaciones de la bodega, el lujoso hotel Le Domaine con su restaurante, comandado por Andoni Luis Adúriz, y todo el tinglado sobre turismo del vino que tienen montado en Sardón del Duero, bien puede decirse que las experiencias vividas por los visitantes de las instalaciones de Abadía Retuerta serán únicas.

Henar Cano, Ángel Anocíbar y Álvaro Pérez Abadía Retuerta

Henar Cano, Ángel Anocíbar y Álvaro Pérez de Abadía Retuerta

La bodega Abadía Retuerta está enclavada en el valle del Duero, pero no está adscrita a la denominación de origen Ribera del Duero. Cuestiones políticas decidieron dónde hacer el corte de esta denominación de origen, englobando a la prestigiosa bodega Vega Sicilia, colindante con los viñedos de Abadía Retuerta, que se quedó fuera de la D.O., saliendo sus vinos al mercado como V.T. Castilla y León. Por otro lado, se benefició de poder utilizar variedades de uva que no están permitidas en la D.O., como la petit verdot, gracias a lo cual podemos disfrutar de esos vinazos.

Los viñedos más bajos están plantados a una altura de 700 metros sobre el nivel del mar, llegesando a los 850m, lo que les confiere unas características propias, así como unos rendimientos bajos, similares a los de zonas como Burdeos. Además las condiciones climáticas son bastante extremas en la zona, sobre todo en cuanto a cambios de temperatura entre el día y la noche, lo que produce una fruta característica en estos viñedos. Estas diferencias de temperatura, así como las características pluviométricas de la zona, y la adaptación de las variedades de uva a las condiciones de cada terreno, hacen necesaria la intervención del hombre. Y es que cada año las decisiones que se toman, tanto en campo como en bodega, son diferentes, y se adecuan a los requerimientos de la uva.

Dani Cervera Henar Cano abadia-retuerta-12-encuentro-verema-angel-anocibar.El control de calidad es el pilar fundamental sobre el que Abadía Retuerta se asienta. Se promociona el uso de levaduras propias, controlando los microorganismo presentes en el vino y tratando de evitar que lleguen especies poco deseables. También debido a las características de la zona, las precipitaciones anuales pueden dar datos incorrectos, pues es más importante el ver cómo se distribuye ese aporte de agua. Por eso desde Abadía Retuerta, se estudia la reserva de agua en el suelo, que es un factor mucho más determinante que saber lo litros que han llovido por metro cuadrado al año. El control es tan exhaustivo, que hasta se tiene en cuenta el aporte del agua que puede suponer el rocío matinal.

Las variedades tintas que la bodega trabaja son la tempranillo (65%), merlot (6%), que en palabras del propio Anocíbar, no se ha acabado de adaptar a la zona, cabernet sauvignon (14%), syrah (14%) y petit verdot (1%).

El enólogo de Abadía Retuerta reconoció que les preocupa el grado alcohólico que están alcanzando los vinos en España, y que es bastante probable que se empiecen a buscar variedades de uva cuya madurez fenólica vaya más acorde a la madurez alcohólica, tratando así de aplacar este efecto secundario de la subida de grado en los vinos españoles. De este modo, Ángel Anocíbar rechaza la idea de que en los vinos modernos se esté buscando el grado como característica deseada, como moda o demanda del mercado. Los vinos están experimentando una subida del grado porque la madurez fenólica tarda más en alcanzarse y el grado alcohólico se dispara en la viña.

En Abadía Retuerta se apuesta por una agricultura sostenible y ecológica, pero no a ultranza. Esto es, se lleva a cabo siempre y cuando se pueda. Y es que a Anocíbar no le tiembla el pulso cuando asegura que usa fungicidas o cualquier otro tratamiento, cuando la añada lo requiere. Lo que sí han erradica en la bodega es el uso de insecticidas, por el posible riesgo tóxico que podría tener. Pecar de defecto es siempre mejor que de exceso, fue otra de las frases clave, en referencia al uso de abonos o tratamientos de la viña.

Tras este pequeño, pero intenso, mini curso de enología, pasamos a la cata de los vinos, comentados por Álvaro Pérez.

Abadía Retuerta Selección Especial

Empezamos por el Abadía Retuerta Selección Especial 2009, un vino del que sobre todo destaca la excelente relación calidad/precio. Es un vino con gran personalidad mezcla de tempranillo, cabernet sauvignon y merlot. Sin lugar a dudas una perfecta carta de presentación de la bodega, pues muestra todo de lo que son capaces en Abadía Retuerta, con un vino que podría decirse es el más básico. ¡Pero qué básico!

Para comparar la evolución de este vino, catamos el Abadía Retuerta Selección Especial 1999. Claramente había evolución, pero a este vino le que queda aun mucho que dar. Lo que encontramos fue un vino muy vivo que evidentemente ha matizado ciertos aromas, más propios de la crianza en botella, como las notas especiadas, los suaves totados, pero con una presencia de fruta y flores aún muy marcada. Es fácil decirlo a botella vista, pero creo que si hubiera probado este vino a ciegas, hubiera dicho que era el mismo que el 2009, pero de otra añada, o lo que es lo mismo, este vino mantiene una personalidad propia que aun con el paso del tiempo queda patente.

Abadía Retuerta Pago Negralada

Vinos-abadia-retuerta-pago-12-encuentro-veremaPasamos a los grandes vinos de pago de Abadía Retuerta, empezando por el Pago Negralada 2010, o cómo se entiende la tempranillo en Abadía Retuerta. Cuando empiezas a ver los matices de este vino, te llama la atención que Abadía Retuerta no sólo se encuentra legalmente fuera de la D.O. Ribera del Duero, sino que también el perfil de sus elaboraciones dista mucho del arquetipo Ribera. Estos vinos mantienen una identidad propia, fuera de los patrones de la D.O. Ribera del Duero, o al menos, a lo que nos tiene acostumbrados. Durante la añada de 2010 las reservas de agua del Pago Negralada eran elevadas. Había retirar agua del suelo, así que se buscó la forma más natural, se dejó crecer la hierba que fue extrayendo ese exceso que podría haber dado vinos de más baja calidad. Todo un acierto del equipo técnico, como lo fueron las labores de clareo de los racimos que no habían madurado correctamente, debido a los meses lluviosos y fríos de mayo y junio. Nos contaba Álvaro Pérez, que justo al entrar la uva en la bodega, llegaron las lluvias otoñales, que habrían interferido en la salud de la uva. El resultado es este vino tan personal y con un marcado terroir.

Y seguimos con ese estudio sobre la evolución de los vinos de la bodega, ahora con el Abadía Retuerta Pago Negralada 1996. ¿Qué puedes decir de un vino que te conquista tan joven, cuando lo pruebas con 17 años de perfecta evolución? Pues que es un vino mayúsculo, para catar y recatar y no cansarte nunca. Un vino complejo que no paró de evolucionar en copa. Esta añada fue excepcional, sobre todo en cuanto a condiciones de la viña. Condiciones climáticas de libro para hacer un vino perfecto, lloviendo en invierno para tener unas buenas reservas hídricas y manteniendo un clima estable, con escasas precipitaciones el resto del año. Y así se nota... ¡Menudo vino!

Abadía Retuerta Pago Garduña
En el Pago Garduña podemos encontrar viñas de syrah en un entorno muy especial. Henar Cano nos comentó la disposición privilegiada de este pago, al resguardo de una pinada cercana, ubicados en una vaguada que crea un microclima muy especial, confiriendo características propias a estos vinos. El primer vino a catar fue el Abadía Retuerta Pago Garduña 2010. Llegado a este punto, la primera vez que lo llevas a nariz notas una cierta pauta, un estilo propio de la bodega... Estos vinos huelen a Abadía Retuerta. En este caso la syrah se muestra muy claramente, pero ya se perciben ciertos matices característicos, tal vez esas notas de tierra mojada, esa marcada fruta, las notas de violetas, más comunes en la syrah, pero que también aparecen en la tempranillo de esta bodega.

Y del 2010 al Abadía Retuerta Pago Garduña 2004, catado en formato magnum. Este es un vino "sosegado", tardó en mostrarse tanto en nariz como en boca, un rasgo más de su elegancia. De nuevo la syrah se expresa de forma extraordinaria en este pago Garduña. 2004 fue un año frío, lo que provocó brotaciones tardías. Sin embargo, un verano típico de la zona, con temperaturas elevadas de más de 34ºC, compensó el invierno, que estuvo por debajo de los 7ºC, además de producir un adelanto en la vendimia. Fue la vendimia más rápida de la bodega. En este punto coincidieron los tres ponentes en que la 2004 es una añada mítica para la bodega, y no es para menos, porque lo cierto es que este vino estaba no solo en perfecto estado para consumo, sino con una larga vida por delante, mostrándose con una finura excelentes.

Abadía Retuerta Pago Valdebellón
Vinos abadia retuerta 12 encuentro veremaCambiamos de pago y nos fuimos al Abadía Retuerta Pago Valdebellón, famoso por aquellos 97 puntos Parker, que llegó a superar a los 94 que el Pago Garduña había tenido. Un vino codiciado por los amantes del vino elaborado con cabernet sauvignon, una variedad nada fácil de elaborar en España, o al menos complicada en vinos monovarietales. El Abadía Retuerta Pago Valdebellón 2009 me tiene enamorado... Y es que, como digo en la nota de cata, es posiblemente el mejor cabernet sauvignon español que he probado. 2009 fue una año marcado por el frío, con temperaturas por debajo de los 13ºC bajo cero, pocas reservas hídricas y escasas precipitaciones. A este se le unió una verano caluroso, donde todo el equipo técnico de la bodega tuvo que emplearse a fondo para que el estrés hídrico de las cepas no diera al traste con la campaña. Sin embargo, al aproximarse la vendimia, se moderó el clima y la uva llegó en un estado óptimo de maduración, pasando a ser una añada donde esta variedad alcanzó una calidad sin precedentes.

Como hermano mayor, Abadía Retuerta Pago Valdebellón 1999 catado en formato magnum... Y si el 2009 me gusta, imaginaos lo que es tomar este vino perfectamente madurado en la botella y en un estado óptimo de consumo. De nuevo la añada 1999, que se complicó un poco con las lluvias en plena vendimia, aunque afortunadamente casi toda la uva había entrado en bodega. El resultado es este cabernet sauvignon tan técnico, como me atreví a sugerirle al propio Ángel Anocíbar. Y es que he probado cabernets tan malos poco apetecibles, que cuando encuentras uno así de pulido, no solo bien hecho, sino resaltando las características de esta variedad, no puedes dejar de pensar que este vino se ha elaborado con mucho mimo, se ha diseñado perfectamente (por artificial que pueda parecer la palabra) y se ha conseguido un vino donde no falta, ni sobra nada.

En este punto es inevitable hacer un alto en el camino y percatarse de la enorme capacidad de guarda de estos vinos, tanto los 99 como el 96 estaban exultantes de vida, con una complejidad y una finura exquisita. El propio Ángel Anocíbar subrayó que es una lástima que el vino no se consume en su momento óptimo, pues se están dando cuenta de que son vinos de largo recorrido que están en su punto álgido a los 10 años... El problema que tanto hemos debatido en Verema, una lástima que no siempre podamos mantener una pequeña bodega para envejecer vinos en casa.

Abadía Retuerta Petit Verdot

La coyuntura política de antaño, que dejó a la población de Sardón del Duero fuera de la D.O. Ribera del Duero, tiene la culpa de la existencia del siguiente vino que probamos, el Abadía Retuerta Petit Verdot 2009, una variedad que no está permitida en dicha denominación de origen. Un vino más que interesante, pues esta variedad muestra un carácter propio en esta zona del Duero. Me hizo gracia en este punto el hincapié que Álvaro Pérez hizo sobre la capacidad de maridaje o armonía de este vino con múltiples platos, pues no podemos olvidar que el vino se elabora para comer con él. Nosotros ya vimos lo bien que quedaba con un rabo de toro, cocinado en el restaurante Vertical de Valencia, donde el vino se expresaba dando lo mejor de sí mismo. Por tanto, un vino para disfrutar en la mesa. Del mismo modo que lo estaba el Abadía Retuerta Petit Verdot 2006, añada en la que se realizó la poda en verde, buscando así unos rendimientos bajos. El resultado es este vino es la que petit verdot se expresa con carácter, un vino pensado para llevarlo a la mesa y disfrutar de él, alguno incluso sugirió con un postre de chocolate. Habrá que probarlo...

Solo me queda reconocer a la bodega Abadía Retuerta el excelente trabajo que están haciendo, no solo elaborando estos vinos tan especiales, llevando la marca del vino español por todo el mundo con estos representantes de altura, sino también por el excelente trabajo en el sector del turismo del vino que están desarrollando, creando riqueza, revitalizando una zona con un enorme potencial turístico, que ahora además tiene calidad, respetando la naturaleza y creando ese entorno único que es Abadía Retuerta y Le Domaine. A Henar Cano, Álvaro Pérez y Ángel Anocíbar, solo agradecerles el buen rato que nos hicieron pasar y que, por supuesto, no será el último de estos encuentros en torno al vino.

  1. #1

    J_de_Castro

    Gracias por la crónica, Dani. Muy interesante.

    Me alegro de que los enólogos empiecen a preocuparse por el grado alcohólico. Naturalmente, esto no es buscado, es más bien un efecto secundario no deseado de un modo de elaborar. Las extraordinarias maceraciones y el imponente componente tánico de los vinos sólo es bebible a corto plazo (y dentro de un orden) con taninos dulces, es decir, sobre-maduración fenólica. Y la alcohólica, pues es inevitable. La línea de la madurez fenólica es muy delgada y, a mi juicio, frecuentemente rebasada. Reconozco que es el coste que hay que pagar para obtener la carga frutal en el vino pero cuidado, al menos a mí me cansa. Y, naturalmente, no me refiero concretamente a los vinos de Abadía Retuerta, sino al problema en general, ya que lo has mencionado.

  2. #2

    ToloS

    Fue una interesantisima charla-cata. Angel dio una autentica leccion de viticultura más allá de ilustar tecnicas de bodega y ahi reside el mayor interes de la cata a mi juicio. Pocas veces el publico puede seguir una conferencia sobre viticultura en estos eventos. Mucha gente esta familiarizada con terminos enologicos pero no es del todo consciente que la verdad de un vino esta en el campo. Ya estuve en la cata el año pasado de marques de riscal y le hice ver a mis compañeros que el ponente llevaba los zapatos con tierra, y me pareció un detalle interesantisimo, no a nivel de habitos de higiene si no por el hecho de que era una persona que estaba al frente de la ceación que nos estaba "vendiendo".
    Supongo que habeis oido la fase de que una buena uva solo puede ser estropeada en la bodega y creo que es parcialmente cierto. Las tecnicas en bodega estan superadisimas pero saber que aplicar en cada caso es el sello de identidad del enologo. Lo que nos ofreció abadia retuerta fue una gran selección por añadas de sus vinos mas representativos. Personalmente me encantó el petit verdot 2006. Una explosión de aromas maduros pero no empalagosos que se completaban en boca con una amargosidad y estuctura mas dellicada de lo normal paa esta variedad que amenudo aparece con aristas demasiado definidas.
    Un placer y una gran experiencia.

  3. #3

    Dani C.

    en respuesta a ToloS
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    Ese Petit Verdot es una maravilla, Tolo, y sólo es posible gracias a no estar dentro de la D.O. Ribera del Duero, así que no hay mal que por bien no venga.

    Ya ves que a mí ese cabernet me superó, me parece que es un vino superlativo, pero ¿qué vino no te gustó? La syrah se expresa de una forma exquisita... ¿Por cuál decantarse?

    Estoy de acuerdo, la charla o mini curso de enología y viticultura de Ángel Anocíbar fue una verdadera lección maestra. En una hora aprendí más viticultura que nunca.

    Saludos
    Dani

  4. #4

    Dani C.

    en respuesta a J_de_Castro
    Ver mensaje de J_de_Castro

    No te lo voy a negar, Javier. ¿A cuántos enólogos se les va la mano? Lo que Ángel nos comentó es que no es del todo cierto que sea una moda, sino que aunque no tuvieras mucho afán de concentración y extracción, el grado se dispararía, pues nuestro clima tiene ese pequeño problema.

    Creo que el propio Ángel Anocíbar te daría la razón en todas tus afirmaciones. Has hecho un resumen muy acertado:

    Reconozco que es el coste que hay que pagar para obtener la carga frutal en el vino

    Y sí, a ti te cansa como nos cansa a muchos los vinos masticables con los que cuesta comer.

    Esto da para un debate en toda regla.

    Saludos
    Dani

  5. #5

    J_de_Castro

    en respuesta a Dani C.
    Ver mensaje de Dani C.

    Sí, si tienes razón Dani. Además soy consciente de que éste no es el sitio para iniciar semejante debate que, por otra parte, tampoco está directamente relacionado con la estupenda cata que disfrutásteis. He visto el capote y me he lanzado a embestir... Simplemente me gusta ver que los enólogos -en este caso Ángel- empiezan a preocuparse del tema porque, francamente, pienso que en muchos casos se ha pasado de un extremo al otro y en el punto medio está el equilibrio. Claro, el problema es que cada uno vemos el punto medio en un sitio, pero en la variedad está el gusto. No obstante, y esta es la almendra del asunto, no será una moda pero sí una "tendencia imparable" apoyada en parte por un segmento de consumidores y, sobre todo, por ciertos prescriptores con mucha ascendencia.

    Saludos,

    Javier

  6. #6

    Dani C.

    en respuesta a J_de_Castro
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    No hombre, el debate lo abrimos donde quieras :-) Además está muy relacionado con la cata, donde se debatió este tema.

    Efectivamente, si la crítica lo avala y los consumidores lo compran ¿quién está equivocado?

  7. #7

    J_de_Castro

    en respuesta a Dani C.
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    Ya que sigues incitándome te diré quién, a mi juicio, está equivocado. Son las bodegas por lanzarse todas juntas por el mismo tobogán, además echando carreras entre ellas.

    Hay diferentes concepciones sobre lo que cada consumidor opina que es el equilibrio en un vino. Por lo tanto hay un margen bastante amplio de estilos que pueden gustar. Vamos, que hay sitio para todos y cada bodega, siendo fiel a su estilo, debería ocupar un nicho de mercado acorde con ese estilo. En lugar de eso se han lanzado todas juntas a captar al consumidor medio entendiendo, además, que este consumidor medio era completamente maleable por los prescriptores. Conclusión: al carajo el estilo propio y a segir las "prescripciones" del prescriptor. Pero ni todos los consumidores tenemos los mismos gustos, ni somos tan maleables, ni está tan claro que se pueda triunfar simplemente siguiendo la tendencia. Aquellas que han sido fieles a su estilo volverán por sus fueros y harán valer su personalidad y las demás terminarán siendo 'flor de un día'.

    Nada más lejos de mi intención que insinuar que el público (ni nadie) se equivoca. Cada uno tiene sus gustos tan respetables como los de los demás, y yo los míos. Simplemente lamento que bodegas que hacían unos vinos que me gustaban abandonen su estilo siguiendo los mandamientos mesiánicos. Nada más (y nada menos). Hay gusto para todos y en la variedad está el gusto. Pero esta tendencia está arrasando, por ejemplo, con determinado estilo de vinos en Rioja, los más finos y elegantes, mis preferidos. En cambio, los vinos de Toro o del Duero portugués siempre fueron más robustos, tánicos y frutales. Cada terruño tiene su alma y me parece un pecado mortal traicionarlo. Y ojo, que no pasa sólo en España. Ya he probado algunos Burdeos masticables que se promocionan como la modernidad.

  8. #8

    Dani C.

    en respuesta a J_de_Castro
    Ver mensaje de J_de_Castro

    Perdona por no haberte contestado antes, Javier. No deja de ser cierto que, efectivamente, los prescriptores, las modas y, al final, el consumidor manda. Pero no es menos cierto que nuestro clima es más proclive a dar vinos con mucho grado. Sólo tras este matiz, estoy de acuerdo al 100% contigo.


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