La Vuelta al Mundo en 80 días

A principios de este mes de julio nos surge la oportunidad de probar el menú en el que Begoña Rodrigo ha estado trabajando últimamente para regocijo de sus clientes durante las lentas, perezosas y placenteramente largas veladas de verano y del que se podrá disfrutar en su terraza al aire libre.

Nosotros nos "sacrificamos" en pos del bienestar mundial y más concretamente del de los valencianos de nacimiento o adopción, aficionados a la excelencia gastronómica y el goce enológico, no sin antes consultar que la compañía de dos menores, que mediante el oportuno soborno se habían comprometido a comportarse, no suponía obstáculo.

Siéndonos asegurado este último extremo con la calidez y la cercanía acostumbradas, nos acercamos con curiosidad y expectación ante la anunciada "Vuelta al Mundo en 80 Días" que es el menú de degustación que se va a poder degustar durante los 80 días en los que estará abierta la terraza.

Una esquina acotada con celosías de madera que finalizan en jardineras de las que crecen enredaderas que juegan al escondite por el entramado de madera, recoge las cinco o seis mesas vestidas de elegante blanco, con el único adorno de una vela sobre ellas.

Las sillas de lo que pareciera ser madera de teka (lo siento pero no soy experta) dan la réplica al inmaculado mantel, al igual que las grandes sombrillas al recinto enrejado.

Las mesas no se agolpan, podrían admitir la carrera de chiquillos persiguiéndose sin molestar a los comensales, pero no será el caso de esta velada en la que los únicos menores presentes están mostrando la buena educación que únicamente despliegan cuando están fuera de casa ;-)

Las tardes veraniegas se alargan y a pesar de acercarnos a las 22:00 horas  el azul del cielo no ha alcanzado su tono marino. Hace media hora corría una apresurada brisa que tras barrer las nubes amenazantes, nos regalan un raso cielo de intenso azul. Es jueves por la noche y sin embargo, y a pesar de la sana afición de los valencianos al disfrute al aire libre, el ambiente era tranquilo, no había barullos ni corrillos, se disfrutaba de una extraña paz...

De aperitivo degustamos esos Perucci blancos cuya evocación a la leche merengada -tan deliciosamente grasos y cubiertos en canela resultan- tan bien preparan nuestro paladar para la fiesta por venir.

Sergio nos guía por la complicada tarea de elegir un vino que pueda acompañarnos en esta gira internacional que atracará en puertos tan diversos como Tailandia o los países nórdicos. Se para ante Dido La Universal 2009, sabia elección puesto que su frescura hará de buena pareja a las opciones orientales, y su grácil estructura dará cumplida réplica al resto.

Al poco rato aparece una versión reducida de El Tenderete, con la colada tendida a base de los ya clásicos Chips de Sardinas que nunca defraudan y te abren el apetito y seguidos por unos Conitos de Ensaladilla Rusa con Caviar de Pimientos Asados, "remake" de este clásico nacional en el que se encuentran los sabores que esperas con unas texturas que no.

La cultura nórdica precede a la mediterránea que será seguida por la oriental, sobre una tabla de madera redonda:

- Burrito de Tartare de Salmón Marinado en Casa acompañado de Salsa Holandesa:
. Es palpable en el paladar la delicadeza de la elaboración casera del salmón, envuelto en una ligera tortilla cuyo sabor no se inmiscuye en el del tartare. Una salsa holandesa sutilmente sabrosa, sin excesiva grasa ni marcado protagonismo cítrico. Para mí una de las estrellas de la velada.

- Helado Italiano, Tomatitos Cherry con Espuma de Mozarella, Migas de Focaccia, Champiñones Marinados y Sorbete de Tomate:

. Lo más destacable de este plato son las diferentes texturas que contrastan, compiten y se armonizan entre sí. Los sabores son puros en su punto de amargor, el queso no empalaga y el sorbete de tomate hace de contrapunto al conjunto.

- Spring Rolls de Espinacas y Tofu dulce con Salsa Hoisin junto con Spring Rolls de Pollo Agripicante con Salsa Agridulce:

. Sorprendente matrimonio el de las espinacas con el tofú dulce, realmente delicioso. La salsa Hoisin muy conseguida, un ciudadano chino no le habría puesto objeciones ;-)

. En este segundo plato de Spring Rolls la balanza se inclina más a lo agrio que a lo picante, supongo que curándose en salud, mas la salsa agridulce podría haber socorrido a quien a ella hubiera acudido para calmar ese punto más picante que yo eché de menos.

Pequeño descanso entre tablas que aprovechamos para saludar a amigos en una mesa cercana y pronto nos vemos transportados al otro lado del Atlántico con la aparición de:

- El Toro al Cuadradado: Hamburguesa Cuadrada de Estofado de Toro con su Glasé y Patatas Deluxe:

. Genial la presentación tipo Big Mac. El pan de hamburguesa es artesano y se nota. El estofado de rabo de toro presenta esa combinación de potencia en el contenido pero suavidad melosa en el continente que tanto me embelesa en los buenos vinos.

Ya sólo nos restaba esperar qué se les habría ocurrido para cerrar nuestro viaje y sonreímos cuando Jorne apareció con una caja repletita de cucuruchos de los cuales sacaría dos que nos ofrecería con su amplia sonrisa:

- Calippos Habaneros de Mojito de Fruta de la Pasión:

. Refrescante, aromática y digestiva caricia tras la contundente Hamburguesa de Toro.

- Couland de Chocolate con Praliné de Avellanas y Espuma de Crema Inglesa:

. En Francia y con el otro clásico de La Salita nos bajamos del barco en el que hemos navegado por tres continentes. La lengua y el paladar se deshacen fundiéndose en un único punto de placer gustativo.

Con los cafés degustamos sendas copas de Tintoralba Dulce, vino dulce natural elaborado con Garnacha Tintorera sobremadurada. Exquisito, ligero y moderadamente alcohólico.  Una vez más excelente recomendación de Sergio.

Desde el inicio del festival recibimos repetidas visitas de Begoña, a quien se ve feliz en su estado, cuidando a sus clientes con calor y a la espera de nuestras reacciones.

Jorne y Sergio dieron una vez más una clase magistral de servicio atento y cercano pero sin molestar, debiéndose resaltar que atendían a mesas de la terraza y del comedor y que, en ningún momento, nos tuvimos que levantar a servirnos el vino.

Éste último tuvo la delicadeza de adaptar el respaldo una de las butacas, inclinándolo a modo de hamaca para que mi hijo menor, a quien el sueño había vencido y cuya carita reposaba sobre el mantel, pudiera descansar con comodidad. 

Begoña se les unió para despedirnos, momento que aprovechamos para agradecerles su detalle al contar con nosotros para esta grata ocasión en la una vez más pudimos disfrutar de la alta gastronomía, imaginación y cuidadísimo servicio, tres bastiones que no decaen en  esta versión veraniega y viajera de su menú de degustación.