La más feliz de las entradas - Feliz 2011

Apuro la botella de Mauro VS 2005 que abrí esta Nochevieja para despedir el año viejo y acoger al nuevo, y al dejarme mecer por su abrazo, le escucho susurrar la buena nueva del nuevo año.

La profundidad de su aroma me habla de cuidar el mundo de los sentimientos, de permitir que la marea se calme y se asienten en el fondo marino del alma.

La hermosura de su lágrima al empapar lentamente la copa, y el limpio brillo de su oscuro color mora, me recuerdan que la belleza se halla en la madurez de las cosas, cuando lo superficial ya va inexorablemente unido a lo subyacente y el espíritu se muestra a través de la expresión de unos ojos, de los rasgos de una cara que ha sufrido, ha gozado, ha hecho cosas buenas, y, malas también, pero que ha encontrado su camino, que no es otro, que haberse encontrado a sí mismo.

El sabor pleno que con tanta elegancia se despliega en la boca, se agarra con fuerza a tu lengua, anunciándote que lo bueno que has permitido que entre en tu vida no se irá jamás, que esa dulzura sin empalagos te brindará mimos y caricias el próximo año.

La picardía de sus especias te promete alegrías y placeres futuros, risas y juegos salpicados de complicidades.

El chocolate aterciopelado que te acaricia al pasar, augura un suave equilibrio en el transcurso de los días, en los que armonizar las diferentes caras de la vida ya no será tarea de aprendiz de prestidigitador sino de abrir los sentidos para permitir que la intuición se alíe con la mente y permitiendo que hablen los sentimientos, la vida deje de ser una carrera de obstáculos y se convierta en una senda de oportunidades.

Sorprendente todo lo que te puede contar un vino, asombrosa la manera en que te transmite los deseos de aquella persona que te los envió contenidos en una botella de Mauro VS 2005.