El joven Baco

Conceptos básicos en la cata de espumosos

Cómo catar el vino más estiloso del mundo

¡Hola querid@s míos! El sol aprieta y las temperaturas suben y suben como lo hacen las burbujas del vino más glamouroso del mundo: el espumoso. Por eso, y no por ningún otro motivo, me he lanzado a hacer una cata de vino espumoso en mi propia casa. 

Lo malo de invitar en casa es que hay que limpiar, ordenar, esconder, tirar, etc. Bueno, una serie de trabajos forzosos que tarde o temprano tenían que llegar pero... ¡Allá vamos!

Copas de vino espumoso

Fotografía de Sylvie en Unsplash

Sin embargo, ¿cómo no iba a entrar en el fantástico mundo de las burbujas una moza tan chic como yo? Yo soy capaz de vendimiar, de ensuciarme, de caer rendida ante un gentleman o incluso de desplomarme ante el consumo indiscrimidado de cientos de copas de alcohol pero ¡ojo! Qué yo nací con estrella (y no estrellada) y me he formado en la escuela del buen gusto; de ahí que yo marque cierta tendencia con mi forma de ser. No todo el mundo lo ve igual que yo pero tiempo al tiempo amigos. (Creo que mis amigos y mi padre están conmigo pero ante la duda se lo preguntaré).

Burbujas VS Gas carbónico

El gas carbónico es el responsable de que muchos quedemos prendados de los espumosos; esas burbujitas que suben poquito a poco con unos bonitos destellos de fondo que hacen que te quedes mirándolas embobada. Sin embargo, hay una cosa que llevo pensando desde hace tiempo y es que la palabra carbónico es lo menos glamourosa del mundo. ¿Pudiendo decir burbuja por qué decir gas carbónico? Obviamente sé que el responsable de las burbujas es el gas carbónico (CO2) pero oye, ¿es preciso llamarlo así? Sinceramente no me imagino (ni en mis peores pesadillas) a James Bond o a Audrey Hepburn diciendo "qué gas carbónico más bonito tiene este vino" mientras beben un poco de champagne en una cena bajo la luz de una vela. 

James BondAudrey Hepburn

James Bond y Audrey Hepburn

Desde mi punto de vista, la palabra gas suena a “contaminación” y la palabra carbónico a “tubo de escape”. ¿O no? ¡Si de mí dependiese retiraba de la terminología vinícola estas dos palabras! ¡Hala!

Burbujas, por favor

Las burbujitas, esas pequeñas esferas llenas de ….. (omitamos su nombre) que estallan en nuestra boca pueden hacer que una sencilla cena se vuelva más distinguida e incluso exitosa porque le da, ¡qué se yo!, otro aire y un matiz más tranquilo y sosegado. Si además cuentas con tu James Bond a tu lado, quizá y sólo quizá, el calor del verano se convierta en tu mejor aliado pidiéndote más y más vino. 

La preparación de la cata de espumosos

Puesto que en mi casa no existe un orden desenfrenado me he dado cuenta que no tengo suficientes copas alargadas para todos, apenas tengo tres copas “tipo tulipa” y, claro, así no hay quien monte una cata digna para unos cuantos amigos. De manera que (en vez de comprar unas nuevas) he decidido poner unas copas de vino estándar; he leído por ahí que van de maravilla e incluso hay algunos frikis que dicen que son todavía mejores que las clásicas alargadas.

Por lo tanto, el tema de las copas ya no es un problema para mí, es más, encima tendré que explicar a mis invitados que la utilización de este tipo de copas es lo más en el mundo de la cata de los vinos espumosos. Sinceramente, creo que voy a quedar como una reina. Ahora sólo me falta escoger bien los vinos. ¡Qué eso ya es otro cantar!

Como voy a ser la anfitriona quiero estar al día en la cata de espumosos (y por supuesto de los champagnes) por eso me ha parecido una buena idea recapitular y recordar algunos aspectos básicos y sencillos a la hora de catar este tipo de vinos.

¡Vamos allá!

Copas de vino

Copas de vino estándar

Las fases de la cata

Fase visual

Puesto que hay burbujitas hay que fijarse en ellas, evaluar su tamaño y la velocidad que tienen éstas en ascender a la superficie de la copa. También es importante darse cuenta si tienden a desaparecer y con qué rapidez lo hacen. Hay que ser pragmáticos por lo que podemos resumir así: 

  • si las burbujitas suben muy rápido y desaparecen enseguida (como la coca-cola) podemos intuir que el vino que tenemos ante nosotros no es de muy buena calidad. 

  • si la burbujas, por el contrario, son pequeñas y persisten en el tiempo, lo más probable, es que estemos ante un vino de calidad.

  • te puedes fijar en si se forman o no cadenas verticales por la copa (rosarios) o si las burbujas se quedan flotando en la superficie formando un círculo (corona).

Fase nasal

No se debe agitar la copa como se hace ante los vinos tranquilos. Sí que se puede agitar de forma muy muy suave y lenta pero hay que recordar que el carbónico (qué dolor me produce escribirlo) ya tiene un efecto potenciador del aroma y hace que ascienda llegando hasta nuestra nariz. Por eso vale la pena que no acerques demasiado la nariz a la copa si no quieres que te salten las lágrimas y sientas un cosquilleo que te llegue hasta la médula. 

Fase gustativa

A diferencia del vino tranquilo, en este caso, no es necesario pasarse el vino por el interior de la boca de forma muy agitada porque lo más probable es que las burbujas pincharán tu lengua y mucosas y te quedarás prácticamente insensible si las burbujas son de las fuertes. Hay que tratar de disfrutar el vino a la vez que tratas de descifrar lo que tiene dentro.

¡Hasta la próxima amig@!

 

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