Dorado intenso limpio y brillante.
Nariz con buena intensidad, algo cerrada en el inicio pero siempre mostrando limpieza. Notas de frutas blancas compotadas, mieles, especias dulces, balsámicos, trazas minerales y herbáceas, frutos secos. A las dos horas se abre y nos muestra una enorme complejidad, con hidrocarburos y un sutil fondo mineral.
En boca destaca por su buen estado y su juventud, acidez presente, paso limpio y ligeramente graso y un final amplio y armónico donde nos deja una amalgama de sensaciones que van desde las frutas maduras hasta los frutos secos amargos y los recuerdos especiados. Buena persistencia.
Una rareza esta botella de los 60’s-70’s con forma renana y con una preciosa funda de caña hecha a mano, es un vino de una enorme calidad, complejo y entero, lo cierto es que estos blancos viejos de Rioja no dejan de sorprendernos. No puntuamos por no haber hecho la cata en las mejores condiciones (sobre todo de temperatura) pero es un gran vino.