Conde de los Andes Gran Reserva 1982
Conde de los Andes Gran Reserva 1982
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Graduación (vol):
12,00%
Varietales:
85% tempranillo, 10% mazuelo y 5% graciano
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 50 a 99,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.08
/
95
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
10,0
ELABORACIÓN
Permanece durante 12 meses en grandes depósitos de madera centenaria para finalizar la fermentación maloláctica y reposar antes de ser trasegado para su posterior crianza. El vino madura entre 4 y 5 años en barricas semi-nuevas de roble americano de 225 litros. Según la cosecha se deja descansar entre 10 y 15 años en los botelleros de los calados de la bodega de Ollauri antes de ser comercializado.
MARIDAJE
Asados, estofados, paellas de carne, chuletas de cabrito.
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Opiniones de Conde de los Andes Gran Reserva
OPINIONES
2

Hoy le toca a esta joya riojana de la excelente añada de 1.982, el top de la gama en Federico Paternina. Compré dos botellas en subasta hace más de 8 años, en Diciembre de 2015, por 35 euros cada una, una ganga vamos. Crianza de las auténticas, un año en grandes tinos centenarios, entre cuatro y cinco en barricas de roble americano de 225 ls., y después entre 10 - 15 años en los calados de la bodega, ahí es nada. Se cosecha a principios de los 80 y se comercializa a finales de los 90 / principios del 2.000, entre 15 - 20 años después, palabras mayores. Botella con un nivel de líquido impecable, apenas 1 cm por debajo del corcho. Abierta con el abridor de tijeras y el corcho nos salió íntegro, increíble, largo, compacto y totalmente humedecido. Esperamos 3 horas y 10 minutos antes de proceder con su valoración a 17°C.

VISUAL: Color rojo picota de capa media-alta, con un amplio ribete con reflejos ocres y atejados, limpio y cristalino. Su lágrima es escasa, gruesa, lenta y transparente. Muy buen aspecto para sus 42 años (92).

OLFATIVA: A copa parada asoman aromas dulzones de fruta, mermelada de fresa, orejones y fruta escarchada. Agitamos y enseguida nos viene un puntito a gominola de regaliz roja y también de "peta-zetas", como de fresa ácida, increíble tanta fruta, incluso fresca. Ahora percibimos las notas típicas de canela y vainilla, esculpidas en piedra en el alma del vino, con un toque de flores marchitas y recuerdos fúngicos de trufa blanca. Es un no parar olfativamente, aparece algo de comino, de fenogreco, de café torrefacto, duelas envinadas, cuero viejo y chocolate negro... ¡qué pasada!. De repente muestra un sutil, curioso y poco común recuerdo de violetas, para terminar con una delicada ebanistería fina, la madera tremendamente elegante y perfectamente integrada con el carácter alcohólico, bastante presente pese a su corto 12%. Para flipar amigos, intensidad media-alta tras más de tres horas abierto y cuatro décadas a cuestas (96).

GUSTATIVA: Vino en absoluto estado mesetario, todo se quedó quieto pero no hace un año no... probablemente hace 20 años. Estabilizado para la eternidad tras su largo reposo en los calados de la bodega, sedoso, aterciopelado, tanino pulido maravillosamente, con un paso por boca frutoso aportando notas dulzonas de uvas pasas que dejan paso a la fruta fresca, frambuesa y fresa. En retronasal encontramos flor marchita y unos sutiles especiados de vainilla y comino. Qué placer a cada sorbo, cómo se disfruta, con un toquecito dulzón embelesador, aportando notas de chocolate negro, de desván y armario cerrado, con un puntito medio mineral de polvorilla, ferruginoso, y con la ebanistería fina omnipresente, auténtica protagonista. El gran vino de Federico Paternina, amor, trabajo bien hecho, increíble crianza y muchísima sabiduría. No lo olvidaremos fácilmente (96).

La RCP atendiendo a que lo sacamos por 35 euros fue excelente por supuesto.

MARIDAJE: Abrimos la botella con nuestro fantástico surtido de queso curado de oveja, embutidos y jamón ibéricos. Otro día acompañó unos filetitos de pechuga de pollo en masala, y nos la terminamos con unos T-boncitos de cordero al tomillo con alcachofas. Memorable botella, absoluto disfrute en cada ágape, pero sublime con el queso, el jamón y los embutidos ibéricos, se hicieron tal para cual, sabores cárnicos, grasos, especiados y salinos en total armonía con la frutosidad y las notas amaderadas de nuestra joyita riojana, ¡¡Dios bendiga los viejunos!!.

VIDEOCATA:  https://youtu.be/MxsUPKKtBSc

Salud-os!!

Representante de las escuela clásica riojana con el clásico color teja de media capa. Nariz también al uso, muy elegante, de media intensidad, expresiva, con toques animales, algunos recuerdos licorosos, cueros viejos y un fondo de barniz de mueble viejo. En boca es ligero, con un ataque de media intensidad, amargoso, con muy buena acidez, paso ligero pero estructura consistente. Muy rico.

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