Cata Plenaria Experiencia Verema Valencia, 40 años de Ribera del Duero

El pasado jueves 24 de marzo de 2022 y tras la Entrega de los Premios Verema a los mejores vinos catados durante el año 2021, a la labor de las bodegas y sobre todo a todas aquella personas que hacen una trabajo continúo para fomentar, difundir, investigar y mejorar el mundo de la producción, comercio y cultura del vino. Contamos con una cata plenaria protagonizada por la Denominación de Origen Ribera del Duero, que celebra sus cuarenta años de trayectoria.

Para hablar de los vinos de Ribera del Duero, su trayectoria, presente y futuro, se llevo a cabo una de mesa redonda moderada por Alberto Tobes, Responsable del Departamento de Experimentación y Campo de la Denominación de Origen Ribera del Duero. En la misma participaron  Fernando Villalba, Director de Comunicación y Responsable de RRHH de Bodegas Protos, Belén Sanz  Directora Técnica y enóloga de Dehesa de los Canónigos; Estíbaliz Abajo Relaciones Públicas de la Bodega Cillar de Silos, Pedro Ruíz Director General de  Pago de Carrovejas, Sergio Ávila, Director Técnico y enólogo de  Cruz de Alba y el Presidente de Verema Juan Such.

En la mesa redonda se habló, entre otras cosas, de la dedicación de la Ribera del Duero, durante sus cuarenta años, a fomentar el trabajo de viticultores y bodegueros que elaboran sus vinos bajo las exigencias del viñedo de Ribera del Duero, consiguiendo productos que marcan una identidad de la zona y de gran calidad, y todo ello con la finalidad de dar impulso a la cultura del vino en la zona y de mantener, mejorar y fomentar el carácter propio de su viñedo.

Los 40 años de Ribera del Duero

La Denominación de Origen Ribera del Duero, entendida tal y como la conocemos en la actualidad, se originó el 23 de julio de 1980. Constituida por terrenos ubicados en los términos municipales pertenecientes a las provincias de Burgos, Soria, Segovia y Valladolid. Las viñas cultivadas en estos terreros albergan las variedades : Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Garnacha Tinta, Malbec , Merlot y como uva blanca Albillo Mayor. Siendo la uva Tempranillo y la uva Albillo Mayor las dos uvas por excelencia del terroir ribereño.

Los viñedos de Ribera del Duero viven bajo un clima extremo condicionado por la altitud y la orografía que conforma la zona. Un clima mediterráneo con influencias y carácter continental de inviernos largos con pocas precipitaciones (400 mm) y gran oscilación térmica, con temperaturas inferiores a 10 grados como mínimas y máximas de 42ºC. Elementos que hacen a la planta desarrollar un fruto de tamaño pequeño y piel gruesa que madura de forma lenta, tardía y óptima.

Estas tierras meseteñas son la cuna de los 9 vinos que probamos en la cata y que a continuación pasamos a conocer con más detalle.

Protos Verdejo y Protos Crianza

Bodegas Protos es una bodega emblemática de Ribera del Duero que elabora vinos también en otras zonas y nos ofreció para iniciar la cata su vino blanco 100% verdejo, un vino fresco de aromas intensos con notas tropicales, flores blancas, cítricos y toques hinojados. Un vino fresco, redondo y con cuerpo. Este vino sirvió de entrada al recorrido que a continuación se llevó a cabo.

Bodegas Protos produce vino y trabaja la viña desde 1927, además fue una de las primeras bodegas que se adhirieron a la Denominaciónd de Origen. Fernando Villalba nos habló de la trayectoria de la bodega, así como de su visión general de la Ribera del Duero para presentarnos su vino Protos Crianza.

Protos Crianza, es un vino tinto elaborado al 100% con tinta del país procedente de parcelas de edad media entre 30 y 35 años con una rendimiento no superior a 5,000 kg/ha. Vendimiado en cajas y con una selección manual del fruto. Vinificado atendiendo a la forma tradicional en tinto con una fermentación alcohólica a baja temperatura con levaduras autóctonas. Posterior fermentación maloláctica parcial en barrica nueva de roble francés y americano. Envolvente, sabroso y equilibrado vino tinto donde priman las notas frutales maduras, ciertos toques de especias y ahumados. Redondo y elegante.

Cillar Blanco Albillo Mayor y Torre Silo Tinto

La cata continuó a manos de Estíbaliz Abajo, y los vinos de Cillar de Silos. Presentando primero a Cillar Albillo Mayor, un blanco monovarietal de Albillo Mayor, una uva de referencia história en Ribera del Duero. Hasta los últimos tiempos ha sido una uva empleada en la vinificación para complementar las elaboraciones de otras variedades que producían vinos claretes y tintos. Al ser una uva usada como complemento se plantaban en convivencia con la uva estrella hasta el momento de la Denominación, la tinta del país o tempranillo. Esta combinación de cepas tintas de tempranillo y blanca de albillo mayor era la esencia y la imagen del viñedo ribereño. 

El trabajo actual de la denominación se centra en dar reconocimiento, valor histórico a la variedad autóctona Albillo Mayor, difusión y conservación de la misma. Por ello la Denominación desde 2019 está en trámites y modificaciones del Pliego de Condiciones, permitiendo ahora a las bodegas “elaborar vinos con al menos un setenta y cinco por ciento de Albillo Mayor”.

Las bodegas se han sumado a reivindicar la uva Albillo y han comenzado a elaborar vinos jóvenes y de guarda monovarietales muy interesantes, de acidez equilibrada  y de calidad aunque todavía es una producción limitada ya que se están asentando los perfiles, estilos y la forma de ver el Albillo Mayor de cada enólogo.

Ejemplo de estos trabajos enológicos fue Cillar Albillo Mayor de Bodegas Torre Silos. Un blanco procedente de las cepas que tiene la Bodega en Quintana del Pidio con más de 70 años y rendimientos bajos, 2000 kg/ha a 870 m de altura. Vinificado en barrica de robles de 500 litros y con una crianza posterior en lías durante 8 meses. Fresco con buena acidez, carnoso en paso con recuerdos a cítricos y fruta amarilla de hueso y suaves recuerdos a pastel de crema y manzana.

El segundo vino que presentó Estíbaliz fue el vino tinto Torre Silo tinto, procedente de parcelas pequeñas, algunas de ellas con cepas prefiloxéricas y con una crianza de 14 meses en barricas de roble francés. Vino tinto con cuerpo, equilibrado, de tanino sedoso con recuerdos a frutas maduras, balsámicos, especias y ahumados. Un bouquet redondo y elegante.

Milsetentayseis Muestra no comercial añada 2019

Continuamos con nuevos proyectos creados en Ribera del Duero, en este caso Pedro Ruíz Director General de  Pago de Carraovejas nos cuenta el nuevo proyecto de Alma de Carrovejas en Fuentenebro. Un nuevo proyecto centrado en la búsqueda de potencial el viñedo ancestral de Ribera del Duero, sus uvas autóctonas, y potenciar las zonas más singulares. En este caso ponen en valor pequeñas viñas ubicadas a 1076 metros de altura, con cepas centenarias cultivadas en vaso. La peculiaridad de este proyecto se concentra en el vino catado Milsetentayseis tinto 2019, una añada que todavía no ha sido lanzada al mercado por lo que fuimos unos auténticos privilegiados en conocerla.

Milsetentayseis tinto, es un vino elaborado de forma minuciosa por parcelas. Para su vinificación se usan recipientes como el hormigón, madera y el acero inoxidable por separado, con una crianza final de 18 meses en barricas y fudres de roble francés de distintos usos y capacidades según el carácter de cada una de las parcelas. Estamos ante un vino de color cereza, con buena intensidad olfativa tras aireación y muy buena definición, frutas, especias y fondo de crianza integrada. En boca es un vino sedoso, elegante, con gran acidez y estructura que aurugan un gran futuro.

Tras comentar el interesante el proyecto de Alma Carrovejas, Pedro Ruiz compartió con los asistentes su vino más emblemático, Pago de Carraovejas 2019, como conocéis la mayor parte de todos los usuarios y catadores de Verema, es un coupage de Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Merlot, vendimiados de forma manual por parcelas con selección en campo del fruto y mesa de selección a la llegada a bodega. El trabajo una vez llega al lagar se realiza por gravedad, respetando así al máximo la uva. La fermentación alcohólica también se realiza por parcelas a partir de levaduras propias y con una crianza final en barricas de roble francés y americano por 12 meses. Fino, delicado y elegante vino de entrada vibrante y expresivo en su recorrido.

Cruz de Alba Fuentelum y Cruz de Alba Finca Los Hoyales

Entrando en la recta final de la mesa redonda y cata comentada de los 40 años de Ribera del Duero nos presentaron el Proyecto de Bodegas Cruz de Alba, a manos de su Director Técnico y enólogo Sergio Áliva. Una de las bodegas que trabaja en Ribera del Duero atendiendo totalmente a los procedimientos de la viticultura biodinámica cerca del pueblo de Padilla del Duero donde se encuentra sus más de 40 hectáreas de viñedos, la Finca Los Hoyales. Finca distribuía en 18 parcelas que dan lugar a los vinos presentados: Cruz de Alba Fuentelum y Cruz de Alba Finca Los Hoyales; vinos francos, elegantes y equilibrados.

Cruz de Alba Fuentelum, se realiza con la uva tempranillo que cultivan a 700 metros de altitud en la parcela Fuentelún plantada en los años 60 y con una extensión de 7 hectáreas, tras ser vendimiado a mano se realiza una fermentación alcohólica aproximadamente durante 7 días a temperatura controlada. Finalizando el proceso con una fermentación maloláctica y 20 meses de crianza en barricas de roble francés siguiente el sistema de tercios ( ⅓ en barrica nueva, ⅓ con 1 año y ⅓ con 2 años). Tras este proceso hay un afinamiento del vino en botella. Cruz de Alba Fuentelum es un vino de color intenso, picota casi negro con ribete púrpura. Un color joven, brillante y limpio de intensos aromas balsámicos, chocolate negro con menta, fruta negra madura en sazón sobre un manto ahumado. Un aroma complejo, lleno de matices que atraen. En boca es un vino con volumen, carnoso, muy sabroso. Recorrido fresco, tanino pulido, redondo y aterciopelado. 

Cruz de Alba Finca Los Hoyales, es el vino de gama más alta de la bodega y se elabora a partir del tempranillo cultivado de la parcela de cepas más viejas de la Finca Los Hoyales. Una parcela con 1,8 ha de extensión con orientación este-oeste y a 700 m de altura. Es un viñedo plantado en espaldera reconducida con un rendimiento bajo. Es un vino vendimiado a mano seleccionando en campo los mejores racimos. En bodega suave despalillado, fermentación en barricas de roble de 500 litros. Maloláctica en barricas nuevas de 500 litros de roble francés y posterior permanencia del vino en la misma, iniciando así el tiempo de envejecimiento sobre sus lías durante 22 meses sin trasiego, pero sí con suaves removidos. Embotellado sin filtrar y reposo de 10 meses en botella antes de salir al mercado.

Luis sanz Busto Gran Reserva 2010

Para poner punto y final un vino que se gestó con la uva de la añada 2010, una de las mejores cosechas en Ribera del Duero elaborado por Belén Sanz Directora Técnica y enóloga de Dehesa de los Canónigos. Belén nos comentó sobre el vino que representó a la bodega en la Cata Plenaria que la cosecha 2010 fue excelente e idónea para los vinos de guarda debido a que la cosecha fue de potencia frutal, equilibrados gracias a su acidez, alto contenido glicérico, taninos nobles, etc., condiciones idóneas para trabajar esta tipología de vinos.

El vino presentado por Dehesa de los Canónigos fue Luis Sanz Busto Gran Reserva añada 2010, un gran reserva de evolución lenta y longeva por su alto contenido de tanino noble, como bien describe la bodega. Es un icono para la bodega pues es el vino que se creó como homenaje a Luis Sanz Busto, fundador de la bodega y padre de los actuales dueños.

Luis Sanz Busto Gran Reserva 2010, tinto compuesto por un 97% tempranillo y un 3% albillo procedente de viñedos propios con más de 90 años y cultivado en vaso sobre suelos de cascajo. Vendimiado de forma manual y con una crianza de 30 meses en roble americano y 10 meses en roble francés. Un vino fresco, carnoso tanto en aromas como en boca de color rojo intenso. Fruta negra madura, notas minerales en sintonía con los aromas propios de la crianza en barrica. Elegancia, complejidad e intensidad. En boca es un vino envolvente, con estructura paso sabrosos buena acidez ligeros ahumados, frutal y redondo.

 

Tras disfrutar de un abanico de vinos tan interesantes y de las explicaciones de personas tan conocedoras de la Ribera del Duero, quedó patente el gran momento en el que se encuentra esta joven Denominación de Origen que ha experimentado un gran crecimiento en poco tiempo y que tras 40 años es todo un referente. Una cata para recordar.