Un Rioja a contracorriente: Bodegas Valenciso

Entre el total de 7 catas en la pasada XIV Experiencia Verema Valencia, hubo una que no dejó indiferente a ninguno de los que asistimos y que sirvió como calentamiento sobre vinos de Rioja a lo que se viviría por la tarde ese mismo día.

Todos hemos oído hablar o hemos leído en esta casa, sobre los vinos de Rioja clásicos o modernos. Pues bien, los vinos de Valenciso, siguen una personalidad y un saber hacer propio que los hace muy singulares. Fue una cata vertical con 5 añadas a la que se le sumó un vino blanco muy poco al uso en La Rioja, que le dio un comienzo (y un final, una hora después estaba espectacular) que prometía mucho.

Hablar de Valenciso es hablar de honradez, de 32 años de experiencia, de unos conocimientos y habilidades en parte heredadas de los mejores en Francia, y de dos personas: Luis Valentín y Carmen Enciso, encargados de explicarnos Valenciso, sus vinos y La Rioja. Ambos llevan en el proyecto desde el principio y siguen al pie del cañón junto a ahora 6 personas más.

La primera cosecha la realizaron en 1998 con lo que ya son 17 años y fue de 25.000 botellas, empezando los dos solos, en instalaciones alquiladas. En 2013 han llegado a las 106.000 botellas (100.000 de tinto, 5.000 de blanco y 1.000 de rosado). Vamos, una evolución y pasión meteóricas.

Como preámbulo a la explicación de la cata, diré que Valenciso planta todas sus viñas en suelos arcillo-calcáreos situadas a 400-600 metros de altitud, fermenta y macera todo su vino en cemento y lo cría en roble francés (excepto el blanco que es en caucásico). Según Luis:

“Preferimos el roble francés, da más complejidad y elegancia a los vinos y una vida más larga”.

Luis nos contaba que un día alguien les preguntó: “¿Pero sois clásicos o modernos?”. A lo que dijeron:

“No somos clásicos porque no usamos el roble americano y solo tratamos con la tempranillo. Tampoco modernos porque no buscamos la concentración ni la extracción ni damos tanta carga frutal”

Ya va pintando la cosa “a contracorriente”, ¿verdad?
Hace poco abrí un hilo comentando esto, el caso de los “Rioja clásicos”, los “Rioja modernos” y los otros Rioja, aquellos de elaboración singular, de autor, saliéndose un poco de la “norma” o de lo habitual en la historia de una zona tan rica como La Rioja.

Para llegar a elaborar vinos así, Luis y Carmen han tenido una larga vida enológica, empezando por su trabajo durante 15 años en la bodega Cosme Palacio en la Rioja Alavesa. Bodega que dejan cuando el Grupo Seagrams al que pertenecía se sale del vino y Cosme Palacio pasa a formar parte de Hijos de Antonio Barceló.

Como buenos hijos de Burdeos que son Luis y Carmen al haber estudiado y trabajado con reconocidos enólogos franceses hubo una frase después de su explicación de qué es La Rioja (en la que no voy a entrar ya que todos conocéis), que me cautivó mucho:

“La Rioja es una hija de Burdeos”

Tanto que me propuse abrir un hilo en Verema conocer más acerca del tema. Pero aterrice aquí, y aquí hallé la respuesta.

Vamos con los vinos de la cata de Valenciso

La cata se desarrolló con un vino blanco y 5 tintos. Estos 5 últimos formaron una cata vertical que tuvo tres fases diferenciadas. Los Reserva 2001 y 2002 marcaron un precedente, una evolución. Luego los 2007 y 2008 que marcaron juventud y potencial de envejecimiento, de los cuales me sorprendió uno en especial. Por su parte, el 2004 marcó un punto de inflexión entre estos 7-8 años de evolución, tanto del vino, como de los propios elaboradores.

El vino blanco por su parte sirvió para reafirmar la Garnacha Blanca en la elaboración de blancos de Rioja con porcentajes importantes, o para destronar a la Viura como monovarietal.

Valenciso Blanco 2013

Para La Rioja, el año 2013 fue una cosecha difícil. Fue un año muy lluvioso que provocó alta presencia de botrytis en la viña, haciendo necesaria una selección de la uva mucho más exhaustiva. Fue la causa de que ese año descendiera la producción un 40% inferior a la esperada.

Se trata de un vino elaborado a partir de un 70% de Viura y un 30% de Garnacha Blanca, una uva poco usada en La Rioja y que además lo hace en un coupage con Viura en un porcentaje alto, cuando tampoco es lo habitual.

Las uvas proceden de viñedos antiguos muy altos (650m.), plantados en suelos arcilloso-calcáreos. La fermentación la realizan en roble caucásico y permaneció realizando la misma hasta julio de 2014 (9 meses).

La historia de este vino y de lanzarse a hacer un blanco, viene de cuando Luis y Carmen fueron a estudiar a Burdeos y se toparon con Denis Dubourdieu, profesor y Decano de la Facultad de Enología de Burdeos que había asesorado y asesora a casi todas las bodegas de Burdeos que elaboran blancos, incluso a las de la talla de Chateau Cheval Blanc o Chateau d’Yquem. Hoy en día es una eminencia en Burdeos y es el culpable de que los blancos de Burdeos pasasen de ese exceso de azúcar y baja calidad de los años 60 a vinos serios, secos y profundos actuales.

Un hombre según Luis, “muy curioso” que les llegó a decir:

“Hacer un vino blanco bueno con viura por debajo de los Pirineos es imposible”

Así, fue en 2008 cuando Luis y Carmen empezaron a elaborar este vino blanco gracias a que el propio Denis les ayudó con un programa especial de prensado para vinos blancos, cosa que les ha dado mucho éxito.

Para Luis,

“los vinos blancos españoles tienen tendencia a envejecer maderizandose mucho. Nosotros queríamos cremosidad”

De ahí el uso de la Garnacha Blanca para ganar en peso y cuerpo en el vino, con solo 3,4 gr./l. de azúcar residual.

Cata de Valenciso Blanco 2013.

Valenciso Reserva 2001

El Valenciso Reserva (esta y todas las añadas) están elaborados con Tempranillo al 100% y reciben la maceración y la fermentación en depósitos de cemento, herencia de “haber trabajado, estudiado y haber sido asesorados por franceses”. Normalmente realizan este proceso en cemento de octubre a mayo, aproximadamente, tiempo necesario para que gracias a este material el vino se mantenga vivo y estable durante más tiempo.

No se les provoca la fermentación maloláctica ya que en este periodo como máximo están a 10ºC (temperatura baja como para iniciarla). Es entonces en mayo, cuando hace más calor, cuando hace la maloláctica de forma espontánea.

Según nos comentaban sus creadores, Luis y Carmen, esta maloláctica espontánea le da al vino mayor estabilidad, unida a la que le da el cemento. Además, en cemento al hacer la maloláctica, pierde mucho menos color que en inoxidable.

Centrándonos en la 2001, esta añada recibió una crianza de 18 meses en roble francés de la tonelería Radoux, una de las mejores de Francia.

Se trata de un vino mineral, terroso, especiado, muy rico en aromas y con una buena carga frutal. Han sido 14 años de evolución y sigue manteniendo esa vivacidad, ese cuerpo y esa firmeza.

Ese final largo y especiado es lo que lo hace más atractivo, y según nos comentaba Luis, un estudio reciente dice que

“el final del vino influye en la necesidad de seguir bebiendo, de echarse más de ese vino en la copa”

Tanto es así, que en su época de mayor apogeo, fue un vino que El Bulli eligió para vino por copas y que, para los “parkerianos”, Parker le dio 93 puntos.

Cata de Valenciso Reserva 2001.

Valenciso Reserva 2002

Saltando inmediatamente un año hacia arriba y 10 minutos en la cata pasamos a catar el Reserva de la añada 2002. En principio de la 2001 a la 2002 no debieran haber muchos cambios, pero entre todos sí que encontramos algunos, en parte propiciados por una añada difícil, que hizo variar la estancia en barrica y las fases de estancia en depósitos de cemento.

Si por algo se caracteriza Valenciso es por ser una bodega que practica la viticultura sostenible, y para ello, ante una añada difícil, tanto Carmen como Luis se calientan la cabeza para que de la forma más natural posible el vino salga lo más equilibrado y estructurado posible, para que salga un vino a su medida.

Porque según ellos:

“el dinero gastado en lo artificial y en químicos, se puede destinar en mano de obra”

, sin actuar en detrimento de la calidad, por supuesto.

A diferencia de la 2001, la añada 2002 se caracterizó por ser muy fría y con muchas irregularidades, lluvias y heladas. Esto generó una vendimia bastante más tardía de lo habitual para aprovechar la mejoría del clima. Este retraso provocó algo de botrytis que se palió con polvo de sílice, un método natural y ecológico.

Esto hizo que el vino, después de macerar y fermentar en cemento, recibiera después una crianza de tan solo 12 meses, tras los cuales, siguió afinándose en cemento entre 8 y 12 meses más.

Frente a la 2001, este 2002 gana en capa, pierde notas terrosas, especias y tanta complejidad, para ganar en más carga frutal, regalices y tostados más finos y untuosos.

Una añada muy bien salvada.

Cata de Valenciso Reserva 2002. 

Valenciso Reserva 2004

Salimos de los tonos teja y evolutivos para entrar en el punto de inflexión de la cata, la añada 2004, un medio camino en la evolución en botella a lo largo de estos 7 u 8 años que nos presentó la bodega.

Esta añada fue de lo más normal. Frío en invierno, verano seco y mucha lluvia en septiembre. Lo previsible. Todo ello no generó ni retrasos ni lo más mínimo de botrytis.

A diferencia de sus predecesores, después del cemento, no han sido ni 18 ni 12 meses en roble francés, sino 14.
A destacar que este vino tiene 14.9% vol., es el vino de las añadas de Valenciso Reserva con más grado.

A pesar del grado, los balsámicos estaban perfectamente trabajados, entremezclándose con ahumados, tierra mojada, tabaco y tostados de perfil untuoso. A diferencia de sus anteriores, aquí tenemos bastante más perso de la fruta roja madura, sin perder en complejidad.

Cata de Valenciso Reserva 2004.

Valenciso Reserva 2007

Bueno, pasamos a un tercio distinto. Dejamos tanta evolución y nos quedamos con las últimas añadas que han pasado por el mercado. Acabamos la cata con la fruta y los balsámicos de regaliz.

En la 2007, el vino pasó 16 meses por barrica francesa. Ya veis, dependiendo de la añada, esto no es algo fijo.

Lo cierto es que en octubre de 2007 llovió mucho con lo que provocó que la fecha de la vendimia fuese muy decisiva para salvar la añada.

Lógicamente con respecto a los anteriores, hemos perdido ya evolución en color, pasando de los tonos teja a los violeta. Esto nos hace pensar en grandes aportes de fruta roja, lácteos, mineralidad atlántica y balsámicos.

Con respecto al 2008, en el siguiente apartado veremos. Creo que un factor determinante para valorar a ambos es su capacidad de evolución, ergo su acidez.

Cata de Valenciso Reserva 2007.

Valenciso Reserva 2008

De todos los vinos, contando a partir del 2004, más susceptible de seguir teniendo una evolución más constante, el 2008 es el que tiene mejor potencial. ¿Llegará por acidez, estructura y complejidad a superar el 2001? Lo sabremos de aquí a 7 u 8 años, pero creo que sí.

El 2008 fue una añada con temperaturas suaves e invierno y verano secos, sin lluvias durante la vendimia.

La crianza para este fue de 17 meses en roble francés.

Una auténtica bomba de tanino fino, fruta roja, regaliz de palo y gran acidez que le auguran un gran futuro.

Ah, hablando de la regaliz de palo, La Rioja y la Tempranillo. He aquí algo controvertido, de mano de los fundadores de Valenciso:

“El regaliz de palo es muy común en la Tempranillo, no como la fruta, como otros quieren. Eso se ve en nuestro rosado”.

Habrá que probar el rosado pues, que no tuvimos la oportunidad ese 21 de febrero.

Cata de Valenciso Reserva 2008.

Y una hora después…

Una hora después fue como pasar de blanco a impoluto. El Valenciso Blanco se tornó con un perfil amielado muy rico, y en boca mejoró muy mucho su buena estructura.

En los tintos con evolución (2001, 2002 y 2004), se fueron abriendo más y dando más especiados y los tostados se fueron asentando con ese puntito de fruta negra.

En los tintos sin evolución, los lácteos, el chocolate, la especia y la regaliz fue convirtiéndose en notas untuosas muy agradables, siempre teniendo en cuenta y sin perder la fruta, claro está.

De los 5 tintos, si tuviese que elegir uno, me quedo con el 2001, pero me ha costado decidirme lo suyo… Hay que tener en cuenta que La Rioja calificó como “Excelente” las añadas 2001 y 2004, pero quizás el 2001 tenía eso, esos 3 años de buena evolución, que al 2004 aún le queda por delante.

Me sorprende el 2008, añada calificada como “Muy Buena”, y que encontré con un potencial de vida espectacular. Veremos qué dice el tiempo.

Como colofón a este post y haciendo alusión a su título, el Valenciso Reserva es el único vino tinto que elaboran con lo que, remontándose a sus inicios, Luis nos confesó:

“Con este vino buscábamos chispa, finura. No queríamos algo masticable, tampoco queríamos concentración. Queríamos un Rioja a contracorriente”.