Blog de Jordi Melendo

Recuerdos de la Champagne, mágicos, inolvidables, irrepetibles

La primera vez que pisé la Champagne, el que para mi es el mejor terruño vitivinícola del mundo fue en 1992. Fue con motivo de una visita a Moët Chandon y todavía guardo la foto que me hice junto a la estatua de Dom Perignon. En este blog publico habitualmente las entrevistas “Tomando una copa con…”. Cuando me responden a la pregunta “Un personaje histórico que te hubiera gustado conocer personalmente”, muchos responden Jesucristo, Einstein, Napoleón, Kennedy, Julio César… A mi me hubiera gustado conocer a este monje benedictino que hizo el mejor invento de la historia de la humanidad, el vino con burbujas, que se ha convertido en un líquido mágico que preside todo lo que tiene que ver con el amor entre personas. Desde entonces mis visitas a la Champagne han sido constantes, calculo que he visitado más de 100 bodegas. Cuando estoy allí lo que más me cautiva es el paisaje, los viñedos, el “terroir”, hasta el punto de que en el comedor de mi casa tengo un jarro que contiene tierra de la Champagne, esa tiza que da fruto a unos vinos espumosos únicos y excepcionales. Me propuse elaborar “mi” Champagne, cuyas primeras botellas me están a punto de llegar. Envié cartas con mi propuesta a muchísimas empresas, me respondieron poco más de una veintena. Las visité una a una, me llevaban a los viñedos, me mostraban sus instalaciones y al final cataba sus productos. Intentaba catar con mucha precisión, no podía fallar en la elección. Al final del proceso elegí una empresa que se encuentra en un gran terruño: Le Mesnil-sur-Oger, en la Côte des Blancs. No me equivoque con la elección de la Maison Gonet, además de elaborar un Champagne excepcional se trata de una familia excepcional con la que desde el primer momento establecimos una entrañable amistad. Desde 2005 viajo cuatro veces al año para controlar todos los procesos de mi cuvée de Champagne. En la Maison Gonet, que es “mi casa” en Francia he vivido momentos inolvidables e irrepetibles. El año pasado, durante las tradicionales fiestas locales con motivo de Saint Vincent, su patrón, después de la cena que compartí con algunos prestigiosos elaboradores de la zona, a altas horas de la madrugada, cinco personas nos dirigimos a las galerías subterráneas de las cavas de Gonet. Allí Pierre Gonet degolló “in situ” unas botellas de 1945, 1954, 1964, 1970… Un momento de verdadera magia. Dicen que cuando pruebas un vino y te seduce lo retienes para siempre en tu memoria. Yo todavía tengo pegadas en el paladar algunas burbujas de aquel día. Por cierto, una de las botellas que abrimos ese día era de 1945. Un año especial para mí. El año que nació mi madre.
  1. #1

    EuSaenz

    ¡Magnífica experiencia!

    Yo ya sabes que ese personaje histórico que me hubiera gustado conocer es Dom Perignon. Interesante vida la del abate de Hautvilliers.

    ¡Que ganas tengo de hacer un viaje por la champaña!

  2. #2

    anonimo

    Se nota, por tus palabras, que amas la Champagna. Espero y deseo que tengas suerte con tu aventura enológico-comercial.
    Si algún día viajo por allí te pediré consejo, si no te importa, para que me orientes por el buen camino.
    Saludos.

  3. #3

    anonimo

    Se nota que para tí es única e irrepetible, además de inolvidable, por muchos buenos y algún que otro recuerdo con "mala pata". Un abrazo.

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