Visita a la bodega Celler Jaume de Codorníu. El nuevo banco de pruebas de I+D del cava

El pasado sábado 29 de diciembre miembros del equipo de Verema.com y algunos bloggers visitamos el Celler Jaume de Codorníu, la nueva apuesta por el I+D de la célebre bodega catalana.

La familia Codorníu lleva elaborando cava desde 1551, de hecho es la empresa más antigua de España y la decimoséptima en el mundo, lo que hace presuponer que, como pioneros en el panorama enológico nacional, existe un gran interés por ofrecer un producto de calidad.

En esta línea se invierte en esta microbodega integrada en el histórico edificio de las cavas de Codorníu. Un pequeño espacio de alta tecnología repleto de pequeños de depósitos de acero inoxidable, cemento y, en breve, de madera donde se hacen microvinificaciones y se estudian las diferentes variedades, separándolas por parcelas, grados de madurez, etc., estudiando cómo se comportan en las distintos depósitos.

Bruno Colomer, jefe de enólogos de Codoníu, nos acompaño en nuestra visita. Todo un lujo, no sólo por contar con el máximo responsable de la elaboración de los vinos de la bodega, sino porque además Bruno es un tipo encantador, cercano, amable y un buen comunicador, ya no sólo de la información técnica de la bodega, sino que además es capaz de contagiar su pasión por el vino, en especial por el mundo de los vinos espumosos.

Como no podría ser de otra manera, ya en la recepción empezamos con una copa de cava para pasar a ver las instalaciones de Codorníu y el cuidado complejo que rodea esta cavas centenarias. El recorrido fue interesante, paseando por los jardines y las zona de recepción de uva, en la que se ubica un pequeño museo donde se puede seguir la historia de la familia Codorníu, además de ver diferentes piezas antiguas de enología y viticultura, como la imponente antigua prensa de madera que preside la gran sala. 

Y de ahí al Celler Jaume, que consta de una primera sala de vinificación compuesta por pequeños depósitos de una capacidad máxima de 2000L, una bodega de juguete con la más puntera tecnología que permite estudiar múltiples parámetros.

Probar los vinos base del cava que ahora mismo están en los depósitos, aquellos que posteriormente sufrirán la segunda fermentación en botella, dando paso a la magia de las burbujas, es un ejercicio interesante. Y digo ejercicio porque son vinos "muy duros", son el esqueleto, los cimientos sobre los que crecerán los cavas y por tanto una parte muy importante del resultado final de estos vinos espumosos, aunque son vinos sin acabar, lo que tiene su gracia, pues te hace intuir hacia dónde evolucionará, lo que no deja de ser una mera especulación no exenta de cierto romanticismo. Pero además estos pequeños depósitos permiten diferenciar a la perfección las distintas variedades y zonas en las que se elaboran. Ver cómo el terroir afecta una chardonnay crecida en cantos rodados o en terrenos franco-arcillosos es una oportunidad difícilmente practicable en una gran bodega.

Tras catar distintos depósitos bajamos hasta las cavas donde tiene lugar la segunda fermentación en botella, las famosas rimas y pupitres donde crecen los espumosos y se obtiene el cava final. Bruno tuvo el detalle de tomar una de las botellas y degollarla en el momento para ver cómo iba evolucionando. Y por último pasamos a la sala de catas del Celler Jaume en la que pudimos probar los vinos que actualmente se están elaborando en la bodega.

Empezamos con algunos de los clásicos de la bodega, de entro los del que destacaría el nuevo Anna Blanc de Blancs de Codorníu, presentado en un bonita botella blanca y con el típico coupage del cava catalán, macabeo, parellada, xarel·lo. Un cava interesante de gran tirada pero que me sorprendió, sobre todo en boca, donde la integración del carbónico es excelente y un corte muy fresco en boca.

Gran Codorniu Pinot Noir Finca El Coster 2007, elaborado con uva procedente de la Serralada de Prades, una de las zonas más frías donde se elabora cava. Un blanc de noirs que pasa más de 50 meses de crianza sobre lías, un vino realmente excepcional, muy elegante, tanto en nariz como en boca.

Gran Codorniu Xarel·lo Finca La Nansa 2007, de nuevo un vino de pago donde se selecciona la uva en distintas tandas dependiendo de su grado de maduración. El resultado es este monovarietal de xarel·lo con una nariz sugerente, llena de notas minerales y un punto maduro. En boca de nuevo un espumoso afinado y elegante a la vez que refrescante.

Gran Codorniu Chardonnay Finca La Pleta 2007, aquí el carácter de la variedad está mucho más marcado sin perder esa mineralidad que estos cavas de larga crianza derrochan. En boca de nuevo es un cava muy bien perfilado, franco, con unos matices sutiles muy bien equilibrados.
Acabamos con el vino recién degollado, un coupage multivarietal que aún no ha visto la luz comercialmente pero que sin duda será un producto de gran calidad, pues ya apunta buenas maneras.

Pero un proyecto de I+D debe ir más allá de desarrollar un superproducto de alta gama, y así lo han entendido en el Celler Jaume. Según nos comentó Bruno, ya se están aplicando los nuevos descubrimientos al resto de las gamas de la productos de Codorníu, sobre todo a aquellos de gama media y alta que pueden asumir unos costes mayores. Quedarse en elaborar unos cavas top no pasaría de ser un pequeño juego de la bodega, pero si se extrapola al resto de espumosos de la firma, este Celler Jaume bien va a merecer la pena, no sólo para la bodega, sino también para los consumidores finales que vamos a poder disfrutar de espumosos de mayor calidad en un segmento de precios más comedidos. 

Lo mejor de estas visitas en petit comité son los momentos y conversaciones que se comparten, y en esta ocasión tuvimos la suerte de ser acompañados en la visita por periodistas y bloggers del vino y la gastronomía con un buen nivel, lo que siempre da más que hablar, comentando distintos temas, no exentos de cierta polémica y de gran calado. De nuevo aquí cabe destacar la presencia de Bruno Colomer, el perfecto anfitrión que nos acompañó en la posterior comida en la preciosa casa familiar de los Codorníu, donde disfrutamos de un ambiente distendido, charlando y disfrutando del Jaume de Codorníu, poniendo al guinda a un día interesante, aprendiendo como siempre un poco más acerca de este mundo del vino que jamás te acabas. ¿Será por eso que nos gusta tanto?