El Alma del Vino

Colección Vivanco-Parcelas de Garnacha 2007.

Algunas veces me cuesta comenzar a describir un vino. Esta es una de esas ocasiones. No ya por las explicaciones previas, ya que estamos ante un monovarietal de la variedad garnacha, criado durante dieciocho meses en roble francés sin trasiegos, con uvas procedentes de cepas sitas en Rioja Baja, Tudelilla; y cerca de la capital Logroño, Villamediana. Vivanco se esfuerza en progresar lanzando al mercado estos productos de colección, con los que se busca engrandecer la calidad de sus vinos, llegando a un tipo de cliente más exigente a la par que sibarita. Lo más complejo llega ahora. Y es que trasladar mis sensaciones con este vino delante resulta un tanto desconcertante.Y es que no parece ni de lejos un vino que acredite su condición de monovarietal de garnacha. Se presenta con una estética elegante, bien detallada, con una caja impecable y una plástica llena de galanura. Pero las sorpresas llegan en nariz y boca. Color apicotado con ribete violeta. La vía nasal se muestra franca en cuanto a fruta, un torbellino de ciruelas rojas acompañadas de balsámicos, un empuje de mentol que despista, realzando la sensación de no estar delante de una garnacha monovarietal. No hay apuntes florales. Incluso en última instancia aparece un aroma que recuerda al Kirsch de la Selva Negra alemana. Boca rotunda y apacible. Es un vino que empieza marcando un toque goloso, carnoso; pero a los pocos segundos también nos habla de unos taninos bien trazados y de un equilibrio magnífico de acidez. Da noticias de redondez, si bien aparece con la garnacha tan disimulada que podría asegurar que no la representa. Su persistencia es media, tirando a débil. Aparenta pero no confirma. Retronasal con apuntes de fruta roja madura y un débil toque de caramelo tostado. Empieza siendo emotivo, termina resultando engañoso. Si tendría que definirlo con una sola palabra, me resultaría difícil encontrarla. Me ha gustado como vino, pero no como representante de la garnacha. Lleva una máscara prendida de su rostro. Es un vino de guante blanco, elegante pero golfo. Peculiar y complicado, no tanto por su complejidad, sino más bien por su identidad real. ¿Tal vez sea un vino inusitado?. No apto para profanos... ¿ó tal vez sí?.



"La comida es la parte material de la alimentación; el vino, la parte espiritual" (Alejandro Dumas).

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar