Blog de Álvaro Moreno

El Valle del Ródano. Ródano Sur

Los dos últimos días del viaje los teníamos reservados para el sur del Ródano, quizás la zona menos conocida y con menor prestigio, donde con apenas 100 kilómetros de distancia, tanto el clima (en este caso puramente mediterráneo), la orografía y las variedades de uva empleadas para la elaboración de los vinos son completamente diferentes. Salimos del reino de la Syrah para introducirnos en una región en la que lo habitual son las elaboraciones multivarietales donde destacan la Garnacha, la Mourvedre, Cinsault, Counoise y la propia Syrah. Eso si no fuimos a cualquier sitio, nos centramos en la subregión con más crédito de la zona, Chateauneuf du Pape, en las proximidades de Avignon. Aquí se encuentran algunas de las bodegas de mayor fama mundial, que elaboran vinos de corte mediterráneo, con mucho color y una graduación alcohólica lejos de los registros habituales del resto de vinos franceses. Son vinos más adaptados al paladar común español.

Visitamos quizás las 4 bodegas de mayor relumbrón, comenzando por Clos de Papes , donde nos recibió su propietario Vincent Avril y nos regalo una de las mejores mañanas de toda nuestra escapada enológica. Una de las casas con mayor tradición de la zona, impulsora de la creación de la denominación y ubicada en el mismo pueblo de Chateauneuf. Son vinos que buscan la elegancia desde la sencillez. Rendimientos reducidos, elaborados con diferentes variedades de uva donde destaca la Garnacha (65 %) y con una crianza en grandes fudres de 12 a 15 meses. Personalmente tengo que decir que me cautivaron estos vinos, quizás se alejan del estereotipo de vinos que ahora tanto gustan a los “entendidos” más ligeros, con menos alcohol,.. pero como digo a me llegaron, incluso en alguna de las añadas me emocionaron (también pudo influir que escupí poco esa mañana). Son vinos de boca, la añada 2005 (la que más nos gusto de cuantas catamos) aunaba todas las propiedades que debe reunir un vino cuando lo echas al gaznate, sedoso, estructura, taninos potentes pero dulces y aterciopelados, equilibrio perfecto (a pesar de sus más de 15 º de alcohol) y largo, muy largo. Catamos un 2004, 2005, 2006, 2007, 2008 y una muestra de 2009, que no pudimos por menos que acompañar con unas raspitas de jamón para el regocijo de Vincent y de dos importadores americanos que nos acompañaron en la visita.

Esa misma tarde habíamos quedado con otro de los grandes Vieux Telegraphe, otra de las  grandes referencias de la región, una de las casas más clásicas, donde nos recibió el joven enólogo de la bodega de origen argentino, Leonardo Borsi. Choca encontrar una casa con tanta tradición con un joven enólogo extranjero al volante, pero en cuento escuchas sus primeras palabras, la convicción en las mismas, la sencillez que atesora, te das cuenta del porque. Lección enológica magistral la que yo me llevé en el zurrón. ¿Los vinos? A un nivel muy alto aunque nos pillaron algo cansados después del madrugón y sobre todo del homenaje matutino.

 

 

 

Nos resistíamos a estar en Chateauneuf y no visitar una de nuestras bodegas fetiche, los que leéis esta humilde gacetilla sabéis de mi debilidad por los vinos de Chateau Rayas, aquel vino que descubrí gracias a Lionel Gourgue (enólogo de Alonso de Yerro) en la sala de barricas de Hacienda Monasterio con Peter Sisseck de anfitrión. Muchas alegrías nos ha regalado su Pignan (el segundo vino de la bodega, más accesible para mi bolsillo) en el último año, acompañando y engrandeciendo algunas de las mejores citas gastronómicas de la temporada. Éramos conscientes de la dificultad de ser recibidos por su actual propietario, Emmanuel Reynaud, de todos es conocida su excentricidad (que conserva de generaciones anteriores) y carácter reservado, además de su independencia y rebeldía ante las normas de las denominaciones  y las tendencias creadas por algunos periodistas influyentes. Ya nos aviso su importador en España (Paco Berciano) que nos olvidáramos de esta visita, pero al menos decidimos conocer los viñedos de donde salen estos vinos con tanta personalidad, con la buena suerte que llamando a la puerta de la bodega nos recibió Emmanuel, como es habitual no nos dejo visitar la bodega (quizás mejor que no la viéramos) pero a cambio nos acompaño hasta los viñedos que rodean esta humilde (su imagen externa) bodega y nos invitó a pasar a una pequeña estancia del edificio, donde intercambiamos una distendida conversación (los afortunados francoparlantes entre los que no me incluyo). Me quedo con una frase ¡¡No bebo vinos en los que se perciba su paso por madera, yo solo bebo terroir!!, y una anécdota, nos pregunto si conocíamos sus vinos, le contestamos que no solo los conocíamos si no que éramos fervientes admiradores de sus elaboraciones, nos volvió a interrogar ¿con cuanta antelación los abrís? Con un máximo de 2 horas, ¿dos horas? ¡Vosotros aun no conoceis los vinos de Rayas!, nos dijo. Se encamino a la entrada de la bodega, cerrada con al menos 3 cerrojos y del interior salió con tres botellas Chateau Rayas, Pignan y Fonsallete si no recuerdo mal de la añada 2000 y nos dijo os voy a vender estas tres botellas, abrirlas al menos con 2 días de antelación, ese día descubriréis la verdadera esencia de Rayas. Que mejor souvenir nos podríamos haber traído del viaje, nos permitirá disfrutar de otra gran cita tripera en los próximos meses, de la que prometo dar referencias.

Esa noche dormimos en Avignon, antigua residencia papal, a la orilla del Ródano, el hilo conductor de todo nuestro viaje. Por cierto, disfrutamos de la cena quizás más celebrada  de toda la escapada, en un restaurante ubicado en el recinto amurallado y que nos recomendó Reynaud,  L´Essentiel.

El periplo por estas tierras del sureste francés, concluyó con otra gran jornada con el vino como protagonista, habíamos quedado a primera hora en Beaucastel, quizás la bodega con mayor fama internacional de esta región. Tuvimos la fortuna de pisar su gran extensión de viñedo y adentrarnos en una de las bodegas más bonitas que hayamos visitado, sobre todo su sala de crianza en la que se apilan barricas y grandes fudres, es una imagen de difícil olvido. Sus vinos, grandes, pero no me llegaron a emocionar. Catamos primero los tintos en añadas jóvenes y también en añadas como la 1998, elaborados con distintas variedades en cuyo coupage predomina curiosamente la mourvedre. Como curiosidad catamos una muestra de barrica de una variedad poco habitual como es la Counoise, y una botella de su vino top el Domage. Descorchamos también alguno de sus blancos antes de acabar la visita y con cierta celeridad, ante la llegada de importadores japonés, los que realmente se dejan la pasta.

El colofón fue Domaine de Trevalon, una bodega  ubicada al extremo más al sur de la Región del Rodano, en la Provenza, alejada de las zonas de mayor prestigio enológico, que en su momento se creo como rincón de descanso e inspiración de un pintor y escultor gran amigo de Pablo Picasso, cuyo hijo Eloi Dürbach decidió allá por el año 1973 plantar hasta 20 ha de viñedo extendidas en pequeñas parcelas en las colinas que rodean la casa. Hoy en día Eloy sigue al frente de la próspera y reconocida bodega que ha conseguido crear, aunque ya es el hijo de éste el que se ha hecho cargo de la dirección técnica de la bodega. Cuando menos se trata de un elaborador y de unos vinos con una gran personalidad, distintos, originales, elaborados con un coupage muy particular y poco habitual, Cabernet Sauvignon y Syrah al 50 %. De la cata de sus vinos puedo decir que me gustaron los blancos elaborados con rousanne y marsanne principalmente y poquito de chardonnay. Curiosamente me parecieron los más frescos de cuantos probamos en todo el Ródano, a pesar de ser los más sureños. En cuanto a los tintos me parecieron muy interesantes las muestras de barrica de catamos de 2009 tanto de syrah como de cabernet (vinifican por separado) pero sin embargo me costó entender su 2008 ya ensamblado y embotellado, así como el 2001. Concluimos que encontrábamos un cambio de tendencia en la elaboración, diferencias entre vinos diseñados por Eloy y los que ahora está haciendo su hijo, el tiempo nos dará o quitará la razón.

Así concluyo este viaje apasionante, 5 días intensos exprimidos hasta el último segundo, que nos permitieron además de invertir en nuestra propia educación vitivinícola ampliando el abanico de formas de concebir la elaboración de un gran vino, sobre todo y ante todo disfrutamos como niños pequeños.

 

  1. #1

    EuSaenz

    Jolines, que viaje!!! Fantásticas bodegas y visitas. Los 2000 de Rayas te gustarán mucho, además son para tomar ahora. Gracias por compartir este viaje y enseñarnos más sobre una zona que es referencia en el mundo del vino.

    Saludos,
    Eugenio.

  2. #2

    alvaro-sg

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    Gracias a ti Eugenio por tus comentarios siempre certeros y enriquecedores.

    Por cierto te seguimos esperando por Segovia, no se si finalmente viniste por Villena, si no es así tienes una escapada pendiente por las viejas viñas de Nieva y de paso hacemos una parada por Villena.

  3. #3

    EuSaenz

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    Para finales de abril organizamos algo, te mandaré un mail y vemos.

  4. #4

    Obiwan Ferran

    Bonito viaje, nosotros estuvimos la semana pasada por la zona y nos encantó. Precisamente el jueves estuvimos en Avignon. De hecho ya habíamos estado el año pasado y decidimos volver a acabar de visitar lo que nos faltaba. El año pasado compré algunos vinos de la zona de Chateauneuf y aquí los tengo guardados para que maduren un poco (creo recordar que son 2007). Pero bueno, desgraciadamente nada de Rayas ni Clos des Papes, que el bolsillo no da para tanto. Saludos,

    Ferran

  5. #5

    Jose Contreras

    Envida sana la que nos das con este pedazo de crónica de un viaje dificilmente olvidable. Encima, tuvisteis la suerte de poder departir con el excéntrico de Emmanuel Reynaud, toda una experiencia. Cuando cates los vinos de Rayas, ya nos comentaras que te parecen y si realmente vale la pena abrirlos con dos días de anticipación.

  6. #6

    alvaro-sg

    en respuesta a Obiwan Ferran
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    Disfruta de esos Chateauneuf, espero que la selección haya sido meditado, porque lo que yo encontre en mi primera escapada por aquella zona es muy irregularidad, lo grandes me gustaron bastante, pero también hay muchos vinos nada baratos y que no me emocionaron nada. Ya nos contaras.

  7. #7

    alvaro-sg

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    Ver mensaje de Jose Contreras

    Jose no dudes que os haremos participes de esta experiencia, es una de las grandes suertes de este viaje, el traernos estos vinos nos permitirá volver a reunirnos la banda que conformamos esta partida y disfrutar ademas de los estos vinos de algunos otros y de los fantásticos recuerdos de esta escapada. Será en mayo y en Galicia. Os informaré de ello.


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