Una syrah profunda, una syrah de terruño, alejado de la bravura de esta variedad, nos muestra un tinto silencioso, complejo, concentrado en matices aromáticas, desplegando ricas notas frutales de fruta negra en buena conjunción con la madera. Se aconseja una decantación o aireación tranquila para que las notas tostadas, ahumadas y de chocolate dejen mostrarse a la fruta.
En boca se presenta recio, denso con muy buena estructura tánica y nervio aún por pulir, muy buen final, aunque sus amargores finales solicitan guarda durante un tiempo.
Un vino para meditar, no, no es un vino fácil...

Gracias por el detallazo Santiago, ahí nos queda esa verticla de Hisanda Miret 04, 05, 06 dentro de los actos de EntreVinos 2008.