Amarillo dorado limpio y brillante.
Nariz de media intensidad y realmente encantadora por su expresión, complejidad y frescura. Cambia en cada momento, ofreciendo una gama cítrica de limón, frutas frescas, flores y ahumados. Siempre con esa mineralidad que es el sello de este pago. Se advierten también toques de miel y anisados. Elegante y distinguido.
En boca es una bestia, pero llena de matices y finura. Redondo, amplio y graso, dotado de una fantástica acidez, firme el en paso y profundo en el final que nos deja un recuerdo parte cítrico y parte mineral. Queda un posgusto amargoso muy poderoso. Tiene un potencial tremendo, su evolución se mide en decenios. Enorme estructura y gran persistencia.
Un vinazo, producto del pago más mineral de Huet y en una excelente añada, que evolucionará muchos años positivamente. Ahora mismo es un cañón pleno de matices y potencia. Creo que por 19 euros hay muy pocos blancos secos en el mundo que ofrezcan semejante calidad y sobre todo semejantes perspectivas de guarda. Muy grande y lo será mucho más.