¿Con qué vino marida un buen jamón? Castro y González multiplican los sentidos

Maridar un buen jamón con el vino adecuado no siempre es fácil y, aunque conseguir la excelencia garantiza un placer extraordinario, no es una tarea sencilla ya que las texturas y los sabores de las diferentes partes del jamón tienen sus particularidades y los caprichos de cada tipo de vino también. 

Para guiarnos hasta el placer y aportar luz en este bosque de sensaciones el crítico gastronómico de "El País" Carlos Delgado ofreció una cata magistral el lunes 23 de Septiembre en Valencia, en el Restaurante Sucede, con un jamón excelente de la empresa de Ibéricos Castro y González y con ocho vino diferentes.

Comenzó entonces un juego de combinaciones del jamón, - dispuesto en función de las cuatro partes principales de la pata: maza, jarrete, punta y babilla-, con los ocho maravillosos vinos:

• Gran Claustro Cuvée de Perelada
• La Encina del Inglés Blanco 2017 de Finca La Melonera
• Chivite Colección Blanco Crianza 125 de Chivite
• Chivite Las Fincas Rosado 2018 de Chivite
• Indispensable 2017 de Oliver Conti, tinto joven
• Conde de la Salceda Tinto Reserva 2014 de Viña Salceda
• Chivite Colección 125 Vendimia Tardía Blanco Dulce de Chivite
• Fino Tío Pepe de González Byass

El maridaje se ofrecía con todos los vinos y con las cuatro partes del jamón. El cava resultó bastante compatible con todas las partes que se ofrecían encajando a la perfección con la Maza, el resto de vinos ofrecían combinaciones más o menos afines con algunas de las partes ofrecidas, pero no con todas y en algunos casos no rozaban ni la excelencia ni la discordancia absoluta.

El rosado, que parecía que no iba a encajar con un buen jamón, salía airoso con algunas partes mientras el tinto reserva, tradicionalmente combinado con los ibéricos, se imponía con demasiado peso hasta neutralizar en algunas de las ocasiones a la parte del jamón que degustábamos.

Tras la sorpresa del tinto arrollador, catamos un poderoso blanco dulce de Chivite y pudimos ver cómo su relación era incompatible con cualquiera de las partes de la pata y es que, como nos dijo Delgado

nada le cae peor a un buen jamón que un buen blanco dulce. 

La alegría y la cúspide hedonista vinieron con el último de la lista: un fino de Tio Pepe que, en contraste con la combinación tan incompatible que acabábamos de experimentar, nos elevó a las cumbres del maridaje ideal. Combinaba perfectamente con todas las partes del jamón y Carlos nos explicó que los generosos generaban la combinación ideal con los ibéricos. 

Así que ya saben, aunque cada uno tengamos nuestros gustos, vinos de Jerez para el jamón. ¿A ustedes, por cierto, con qué les combina mejor?