Rioja en tres versiones.
La cata de Navidad 2004, celebrada el pasado mes de diciembre, tuvo lugar, una vez más, en el Bar la Estrella donde Rafa, o mejor dicho su mujer Mari Carmen, nos preparó como plato principal un "all i pebre" colosal. La anguila no podía llegar a más con este plato típico de la Albufera valenciana. Quizá no maridaba bien con los tintos riojanos seleccionados por el organizador, que también eligió el plato principal de la cena, pero lo compensamos con tres vinos blancos para acompañar el "all i pebre", un sauvignon blanc (Palacio de Bornos Sauvignon Blanc 2003), un malvasía (Abel Mendoza 2003) y un petit chardonnay (Jean Leon Petit Chardonnay 2003).
El lema de la cata fue "Rioja en tres versiones" que empezaban con el clasicismo más "esencialista" de Rioja, representado por el "terciopelo", la moderación, el refinamiento y el equilibrio del Tondonia y el 904 de Rioja Alta. Las tres versiones continuaban con vinos que incorporan notas de modernidad sin abandonar la mayoría de las virtudes tradicionales de Rioja, con el Muga y acababan con vinos que, según siempre el crítico norteamericano David Rosergarten, se encuentran a medio camino entre el clasicismo y la modernidad, en el Marqués de Vargas.
El gusto de los catadores parece que se decantó por el término medio y ganó el Muga. La lástima fue que el 904 de Rioja Alta no pudiera ser valorado por aparecer en él notas a corcho. En las notas de cata que siguen, por ello, pongo además de las nuestras las que da el crítico David Rosergarten que parece que cató una botella en mejor estado que la nuestra, a juzgar por sus apasionados comentarios sobre este vino.
Las diferencias en las puntuaciones fueron, en cualquier caso mínimas y éstas nunca llegaron al 8 de puntuación media, a pesar de ser, en todos los casos, Riojas muy reputados.
Como reflexión, creo que la experiencia de buscar como hilo conductor distintos estilos de elaboración para vinos de la misma D.O. e incluso con los mismos varietales, resulta interesante. Este tipo de refinamientos en las catas nos obliga cada vez a hilar más fino y creo que de lo que se trata es de plantearnos estos retos. Si se me permite la comparación, en la cata anterior teníamos vinos muy parecidos aunque procedieran de zonas distintas y en esta hemos tenido tres estilos diferenciables en vinos de una misma DO.
En fin, quizá se nota demasiado que el organizador era quien esto escribe, así que lo dejo aquí, no sin antes mencionar que a los postres Jose Luís nos presentó un interesantísimo vino dulce francés, el Quarts de Chaume 2001 de Domaine des Baumard, elaborado con chenin blanc botritizado. Y, finalmente, quizá la prueba de que sí eran diferenciables los tres estilos es que esta vez sí hubo plenos en la cata ciega (Iñaki, Juan Máñez y Paco Higón).
