Peña La Verema

Clasicismo y modernidad en la cata 121 de la peña enológica La Verema

El pasado 16 de enero tuvo lugar la cata 121 de la Penya Enològica La Verema en su sede habitual: Mantequerías Castillo. Se puede decir sin ningún rubor, que esta es una cata de transición pues se celebra inmediatamente después de las fiestas Navideñas las cuales, en mayor o menor grado, han moldeado nuestros “michelines” y, además, es la antesala de la cata aniversario de la peña y del Encuentro Verema. Sin embargo, estos hechos no implican necesariamente que no debamos prestarle la atención necesaria.

En esta ocasión fuimos tan sólo once personas las que acudimos fielmente a nuestra cita mensual ya que junto a la baja de tres de nuestros socios habituales se sumó la de los dos simpatizantes. Por tanto, nos acercamos al número ideal de diez personas que recientemente ha recomendado un artículo de Benjamín Berjón en estas misma web. Siendo un poco egoísta y “malo”, diría que no se les echó demasiado de menos ya que estuvimos a nuestras anchas pues lo cierto es que últimamente pasamos muchas estrecheces y, además, el vino no llega para una segunda ronda de cata.

Quien se encargó de seleccionar los vinos fue nuestro anfitrión: Vicente Castillo. Por tanto, lo tuvo bastante fácil ya que no tuvo otra cosa que hacer que extender su brazo y agarrar algunas de las miles de botellas que adornan su magnífico establecimiento. Vicente es una persona con unos gustos muy tradicionales por ello los vinos que seleccionó no supusieron en modo alguno una apuesta arriesgada. Tan sólo, me atrevería a decir que el Castaño Colección 1998, a la postre el vencedor, fue la mayor y única apuesta arriesgada que realizó. Este es un vino moderno elaborado por una bodega que es toda una referencia no sólo en la D.O. Yecla sino también en la Región de Murcia. De hecho, sus vinos (Hécula, Monastrell Dulce, etc.) están alcanzando reconocimiento internacional.

El resto de vinos catados fueron dos clásicos dentro del panorama vitivinícola español, como son El Coto de Imaz Reserva 1995 XXV Aniversario (DOC Rioja) y el Gran Coronas Reserva 1996 (D.O. Penedés). También nos puso un vino francés de la appellation Chateauneuf du Pape Contrôlée denominado “La Bernardine 1999” elaborado íntegramente con garnacha y con una etiqueta apta para ciegos al estar impresa con lenguaje Braille. El vino riojano destacó por su elegancia conforme se fue abriendo a lo largo de la noche y por su buena estructura a pesar de presentar cierta especificidad dentro de esta D.O. pues está elaborado sólo con tempranillo dejando de lado las típicas mazuelo y graciano. De hecho, alguno de los asistentes lo confundió con un Remirez de Ganuza lo que ya dice mucho de este vino.

El Gran Coronas mostró en nariz un excesivo recuerdo a pimiento verde y, es más, yo me atrevería a decir a pimiento morrón. No obstante, imagino que esto sería un “problema” particular de la botella que degustamos ya que este vino con un precio que ronda los 11 euros tiene una buena relación precio/calidad. Es un vino que normalmente gusta ya que es fácil de beber y muestra un equilibrio bastante conseguido.

El vino francés, con un precio de 30 euros, está elaborado por la bodega de Michel Chapoutier en el Valle del Ródano. La propiedad abarca una extensión de 75 hectáreas de tierra cultivada bajo técnicas biodinámicas. El terruño se caracteriza por la presencia de abruptas pendientes de cantos rodados con una altitud que varía entre los 80 y 150 metros sobre el nivel del mar. Se realiza una escrupulosa selección de la uva para poder obtener la appellation.

Las puntuaciones obtenidas –muy igualadas- así como los comentarios de cata fueron los siguientes:

1º Castaño Colección 1998. D.O. Yecla. Bodegas Castaño. 80% Monastrell, 10% Merlot y 10% Cabernet Sauvignon. 8 meses de crianza en barricas de roble francés y americano.13,5% volumen.
Puntuación: 7,55

Picota oscuro bastante cubierto. En nariz destacan tonos balsámicos, fruta negra en licor, aromas de tabaco en pipa y tostados. En boca presenta una ligera astringencia, es carnoso, corpulento y con un final muy agradable.

2º Gran Coronas Reserva 1999. D.O. Penedés. Bodegas Miguel Torres. 85% Cabernet Sauvignon y 15% Tempranillo. 6 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés y americano. Con posterioridad pasa a barricas de segundo y tercer por un total de 18 meses. 13% volumen.
Puntuación: 7,33

Rojo picota con ribete rubí. En nariz muestra notas de frutas rojas, cuero, aromas animales y mucho pimiento verde y asado. En boca es licoroso y con cierta originalidad.

3º Coto de Imaz Reserva 1995 XXV Aniversario. D.O.C. Rioja. Bodegas El Coto S.A. 100% Tempranillo. 18 meses de crianza en barrica de roble blanco americano. 12,5% volumen.
Puntuación: 7,31

Rojo rubí con tonos ocres de evolución. En nariz hay recuerdos de crianza en madera, tostados, humo y tabaco. En boca se muestra elegante y sabroso.

4º La Bernardine. M. Chapoutier. Appellation Chateauneuf-Du-Pape Contrôlée. 100% Garnacha. Crianza en barrica de roble entre 12 y 15 meses. No especifica tipo. 13,5% volumen.
Puntuación: 7,07.

Picota de capa media. En nariz muestra notas de cuero, animales, chocolate, café tostado y canela. En boca tiene recuerdos especiados y animales en evolución.

Como comentario general de la cata yo diría que ésta fue bastante fácil a la hora de identificar los vinos a ciegas. De hecho, siete de los once asistentes realizaron pleno. El vino de Rioja se distinguía fácilmente por su color claramente evolucionado. El Gran Coronas hacía notar exageradamente la presencia de la Cabernet Sauvignon como ya os he comentado en estas líneas. Por su parte, el Castaño Colección, se distinguía rápidamente por su mayor concentración, corpulencia y carnosidad típica de la monastrell bien elaborada. Por último, el vino francés se podía identificar por eliminación.

La cena fue la habitual cuando Vicente es nuestro anfitrión: sencillamente productos de primera calidad de los que todos dimos buena cuenta. Los vinos que acompañaron nuestra ingesta de alimentos fueron, en primer lugar, un vino que ha creado cierta polémica en el foro de Verema.com, el Convento San Francisco 2000 (D.O. Ribera del Duero) que se caracterizó por su intenso aroma con mucha madera y coco. Y, en segundo lugar, un Gago 1999 elaborado por Telmo Rodríguez en Toro y que a mí, que no había tenido la oportunidad de probarlo, me sorprendió gratamente por sus aromas de fruta negra, su agradable paso de boca, elegancia y complejidad. Por último, unas exquisitas galletas belgas junto a un Don PX Reserva 1975 de Toro Albalá acariciaron nuestras ya exhaustas papilas gustativas.


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